La familia del joven Kevin Santos no se podía creer lo que veían sus ojos. El niño, de apenas 2 años, que un día antes había sido declarado muerto, se sentó en su ataúd, pidió agua y cayó de nuevo sin vida. Santos, había fallecido en un hospital del norte de Brasil a causa de una insuficiencia respiratoria durante el tratamiento de una neumonía. El hospital entregó el cuerpo sin vida del pequeño a su familia. Al día siguiente, durante el funeral, la familia contó que Kevin se sentó, pidió agua antes de volver a desvanecerse y caer sin vida.
Kevin Santos fue declarado muerto a las 19:40 por médicos del hospital de Belem, en Brasil. La causa: insuficiencia respiratoria, deshidratación y neumonía. Sin embargo, un día después durante el velatorio, el pequeño se sentó en su ataúd y después de pedir agua volvió a “morirse”. Nadie se creía lo que pasaban y todos gritaban que era un milagro. Kelvin Santos, el padre, pensó que su hijo había vuelto a la vida. La familia corrió con el pequeño hasta el mismo hospital donde 24 horas antes lo habían declarado muerto y allí después de examinarlo confirmaron que no tenía constantes vitales.
“Me aseguraron que él realmente estaba muerto y no me dieron ninguna explicación de lo que habíamos visto y oído”, contó el hombre. A la vista de los acontecimientos, el funeral se aplazó con la esperanza de que el joven de 2 años se despertara de nuevo, pero no ocurrió, por lo que finalmente se enterró en un cementerio local. El padre, considera que su hijo fue víctima de una negligencia médica y ha denunciado lo ocurrido ante la policía que ha abierto una investigación.
Antonio Álvarez Lovillo