De un tiempo a esta parte (y sin menosprecio alguno) las pasarelas han dejado de ser el escaparate de la moda y el estilo que antaño fueran cuando Milán, París o Nueva York eran llamadas “Mecas de la moda”, dejando que la moda convencional, la que se forja en la calle, se labrara su pequeña parcela hace unos años y asomara el hocico por una grieta, un respiradero por el que se coló para inspirar a nuevos y veteranos diseñadores. Alejados de la técnica y la teoría, daban libertad a sus cintas métricas y sus tijeras mediante miradas furtivas a lo que se cocía en la calle.
Así pues las pasarelas, que fueron (y son) el escaparate de la moda más teórica, han visto como su propio retoño, los outfits, les hacían sombra y se convertían en un referente tan válido como ellas.
Ahora la moda la encontramos en cualquier esquina, como referente visual y como futuro estilístico. Luego, podemos tomar como ejemplo no solo lo que nos dicten los grandes de Milán, París o Nueva York, si no el producto de la selección del trabajo de los/las fashion hunters y la comercialización de estos looks.
Como ejemplo de esta diferenciación entre teoría (moda de pasarelas) y práctica (outfit de la calle) tenemos las tendencias que combinan varias prendas de un mismo color y, en muchas ocasiones, misma textura lo que confiere un toque elegante pero informal asimilándose a un vestido corto de día.
Las nuevas tendencias del Street Style se han erigido como icono social y adalid de la transgresión mediante contrastes con la luz diurna; en el caso que nos ocupa mediante el uso de negros y colores opuestos a la blancura del día, el black and white más minimalista que se enmascara con el entorno. Es entonces cuando el estilo cosmopolita se ajusta al cuerpo mediante las apariencias de cuero, las telas finas y ceñidas, las texturas más detallistas que se disputan cualquier superficie lisa.
Los zapatos han dejado de ser un atractivo complemento para fundirse con las telas mediante botines de tacón alto, cerrados, claro ejemplo de la transgresión del look que está haciendo el Street Style. Pero si los pies se han fundido con el resto, los complementos no iban a ser menos. Si bien de un tiempo a esta parte se ha producido un exceso en el uso de estos que dejaba en entredicho el buen nombre de un complemento, ahora vemos cada vez más looks que los merman en cantidad para acrecentarlos en estilo visual y, como su propio nombre indica, complementar al conjunto de prendas sin excederse o reclamar un protagonismo excesivo.
Pero no solo los objetos son complementos, en este new style transgresivo llevamos largo tiempo viendo como el cuerpo es un arma más. Asimismo, los cabellos adoptan mayor volumen y notoriedad, y tanto la forma como el color se integran en el look como un elemento más dotando de un valor añadido al conjunto.
Por otro lado, la noche no pasa desapercibida para el Street Style, que está tan presente en los outfits como la estética minimalista que se describe sobre estas líneas. La noche es tan transgresora como el día, y si bien el black & white conseguía fundirse con su entorno durante las horas de sol, no lo iba a hacer menos durante las horas más oscuras.
De ello dan debida cuenta los colores oscuros que se ven deslumbrados por los brillos y las luces de colores dorados y cobres que contrastan a la perfección con el look vintage, con motivos tribales que poco a poco vemos como encuentra recovecos por los que hacer su entrada en las fashion nights.
Los outfits nocturnos hacen hincapié en la escasa longitud de los vestidos y lo ceñido de sus telas finas y sencillas que no necesitan más que su estampado para complementarse. Aún así, aunque pocos, los complementos brillan con luz propia adaptándose y fusionándose con los tonos metálicos, ferrosos y bruñidos que nos remiten a décadas atrás.
En conclusión, y volviendo a la idea del comienzo, hemos de reconocer el espacio que han ido ocupando los outfits en la forma de ver y crear moda y, en detrimento, cómo las pasarelas se han convertido en la fase teórica de la creación de estilo. Un estilo cada vez más cambiante, transgresor y sobre todo hecho para la calle, para la moda que se viste.
Redacción: Miguel López Verdú
Fotografía: Julio Paniagua (@Paniaguaphoto)
Estilismo: Mercedes Platas (Tienda Meandme, Madrid)
Modelo: Stancicu Izabella (@Izabellamodel)
Maquillaje y peluquería: Jesús Serrano (@ilovepinturitas)