O que os sigan engañando. Pero no vengan ustedes ahora a pegar un puñetazo en la mesa por la publicación de las ya mundialmente conocidas “Cuentas de Bárcenas”. Que esto, por desgracia, no es de ahora. A ver si ahora va a resultar que contamos con una historia reciente plagada de políticos impecables, sin mancha en su expediente, sin ese tan característico retorcimiento de su propia razón de ser.
¿Pero es que esta cantinela no les suena de nada a estos recién exaltados? ¿No se dan cuenta de que el resultado de este nuestro sistema político –de valores, se entiende, los libros de Derecho Político de la Marca España están escritos a las mil maravillas- es el mismo de siempre? Es decir, un mejunje putrefacto, sin importar los ingredientes. Hoy Génova, mañana Ferraz; ayer ERE, hoy sobre; otrora El Mundo, ahora El País. Mismo perro, distinto collar.
Y es que como dijo Einstein, que debió de ser un tío muy listo (aunque yo, francamente, no tengo ni idea de Física, ni sabría más que balbucear sobre la Teoría de Relatividad), la verdadera locura reside en hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes. Ahora, y como siempre, vendrán a visitarnos el Señor Rubalcaba, disfrazado de paladín, clamando justicia y pretendiendo hablar con nuestra voz. Y el Señor Rajoy y sus secuaces responderán si pero ustedes más (seguro que a alguno se le escapa “¡la contabilidad no es de Bárcenas, la hizo Zapatero!”). Qué cansadas tienen que estar las paredes del Congreso de los Diputados de escuchar siempre lo mismo, por cierto. Y llamadita por aquí, rueda de prensa por allá, a Messi le sale un bulto en la ingle pero parece que al final no es nada, y aquí paz y después gloria.
Oigan, si tan indignados están ustedes, si tanto les preocupa el “Estado de la Nación”, les digo que tienen ustedes razones, pero muchas más y mucho más viejas de lo que parecen haber aprehendido. No es que quiera yo quitarle mérito a la capacidad del Señor Presidente del Gobierno de echarse –con perdón- mierda en el tejado (que desde luego, si fueran tan contundentes a la hora de hacer las cosas bien, me río yo del Estado del Bienestar sueco y del I+D en Silicon Valley) pero es que es tan grave que el PP robe, como que el PSOE lo disfrute; más aún que el Fiscal General del Estado tenga las manos atadas ( a ver quién es el guapo que empapela a su patrón estará pensando el señor Torres-Dulce); y más todavía, que nos lo merezcamos. Y es que esto, damas y caballeros, es la misma historia de siempre.
Enrique Arnaldos Orts
