El fuego, el mar, la noche… estas, entre otras muchas otras, son las primeras palabras que se nos vienen a la mente cuando hablamos de la noche de San Juan, que se celebra cada año del 23 al 24 de junio. Países como Portugal, Finlandia, Dinamarca, Inglaterra celebran también, al igual que los españoles, esta fiesta mundialmente conocida. Sin embargo, sus orígenes son tan variados que es difícil conocer la procedencia exacta de la celebración.
Los primeros rituales de la noche de San Juan datan del año 5000 a.C. y se cree que fue el pueblo de los celtas el primero en realizar este tipo de actos. Sin embargo, es difícil atribuir a una sola civilización estas ceremonias de culto al sol ya que desde la prehistoria se vienen haciendo y pueblos como el griego, romano, kurdo o azteca lo han practicado.
¿Por qué se celebra la noche de San Juan? Los primeros hombres prehistóricos se dieron cuenta de que a ciertas horas el sol dejaba de radiar luz con fuerza y, tras horas perdiendo fuerza, acababa desapareciendo. Por miedo a que el astro no volviera a aparecer nunca en el cielo, los antiguos hombres decidieron realizar cultos al Sol y, de esta forma, comenzaron los rituales. Por tanto, los orígenes de la fiesta son paganos.
El acto consistía en prender una hoguera, tal y como se sigue haciendo en estos días, para poder ofrecerle fuerza al astro rey y que éste no desapareciera. Además, el fuego significa pureza, por lo que aquellos que contemplaban la hoguera eran purificados también.
Sin embargo, sería arriesgado afirmar que los celtas fueron los pioneros en celebrar este tipo de cultos. Cuando se habla de la fiesta de San Juan, o mejor dicho, de rituales de alabanza al dios Sol, no se debe olvidar nombrar a México y, en especial, a la cultura azteca. Los aztecas celebraban cuantiosas festividades en torno al Sol e, incluso, erigieron impresionantes monumentos en honor al astro. Como la pirámide Teotihuacán desde la cual se hacían los cultos con fuego para alabarlo. Los aztecas consideraban el sol como un Dios que ha querido morir para renacer y que la sangre de los humanos era la fuerza para que el sol se elevara cada día. Por ello los sacrificios y las guerras se realizaban en nombre del Sol, donde especialmente era extirpado el corazón (al igual que también lo hacían para llamar a la lluvia o a la cosechas de maíz).
Además de estos dos pueblos, hindúes, bereberes o griegos también era asiduos a este tipo de celebración. Cada uno con unas características diferentes, pero siempre con el elemento del fuego como denominador común.
Todas estas culturas tenían sus propias creencias y, como es lógico, nunca se denominó “Noche de San Juan” a las celebraciones. Con la llegada del cristianismo, el rito pagano se adaptó a las escrituras de la Biblia y es por ello que en España la fiesta tenga esa denominación cristiana.
Las hogueras que se encienden a lo largo de las costas españolas, hacen referencia a la hoguera que levantó Zacarías en honor al nacimiento de su hijo Juan Bautista. Zacarias saltó por encima del fuego para celebrar la buena noticia y es de ahí de donde procede el acto de saltar la hoguera la noche del 23 al 24 de junio.
Los orígenes de la fiesta son variados y no se puede atribuir a un solo pueblo el comienzo de la misma. A lo largo de los siglos la fiesta se ha ido modificando y los rituales son diversos en cada región. En columnaZero ya hablamos sobre ritos y tradiciones de la noche de San Juan, una fecha ya, internacionalmente marcada en el calendario.
Andrea Díaz Sánchez
@andreadiazsz