
Su historia fue un cuento de hadas, pero escrito a base de trabajo y magnetismo. Haber nacido en el Bronx fruto del matrimonio de dos emigrantes judíos, lejos de suponer un hándicap para su meteórica carrera, no hace más que engrandecer su leyenda. Con apenas 17 años aparece en la portada de la prestigiosa revista Harper´s Bazaar y con 20 ya había conquistado el corazón del indomable Humphrey Bogart.
Se antoja innecesario explicar por qué a la actriz de los ojos cristalinos se le apodó “the look” (la mirada). El primer aniversario del fallecimiento de la bella Lauren Bacall nos da el pie para analizar su vestuario, su estilo de vida y su gran influencia en el mundo de la moda.
No hay duda de que los comienzos como modelo en Nueva York, supusieron para la prometedora actriz una gran escuela de moda y estilo, además de sentar las bases para su conversión definitiva a diva de Hollywood.
El punto de partida de su personal estilo se lo dio Diana Vreeland, la cual captó la atención de una joven Lauren Bacall por la sencillez y la simplicidad de su vestuario. Desde entonces la tónica general en su vestuario fueron cortes sencillos, colores neutros y prendas de inspiración masculina. Ella misma dijo “Desde el día que pude permitírmelo, compré demasiado”, confesándose así amante de la moda.
Pero Bacall llevaba la feminidad en la sangre, y sin proponérselo incluso la más sencilla de las prendas se volvía atractiva y seductora cuando ella las llevaba. Entre los básicos de la actriz se encontraban prendas que no pueden estar más de moda esta temporada como los pantalones palazzo y shorts de tiro alto, los vestidos de escotes asimétrico y voluminosas faldas tres cuartos.
Junto con Humphrey Bogart formó una pareja de cine. Los 25 años de diferencia que le sacaba el actor hicieron que la actriz vistiese de forma más formal y refinada con la intención de aparentar mayor edad. La pareja de estrellas compartía su pasión por el cine, por los barcos y por la dolce vita. En los años que duró su matrimonio hasta la muerte de Bogart, son numerosas las instantáneas de ambos disfrutando de fiestas, del mar y de bonitos atardeceres junto a sus perros. Aprovechar el momento era su máxima y lo hacían con un estilo relajado y natural, transmitiendo que a pesar de sus diferencias era evidente que Boggie y Bacall habían nacido para estar juntos.
Si hay algo que la actriz mantuvo a lo largo de toda su vida y que formó parte de su seña de identidad fue su peinado. Las marcadas ondas en su media melena la acompañaron siempre y hoy en día son imitadas constantenmente por actrices como Diane Kruger y Cate Blanchett y por modelos como Gisele Bundchen.
Laurente Bacall nos ha dejado momentos e imágenes inolvidables, nos ha dejado una belleza y una mirada que no pasan de moda; pero sobre todo nos ha dejado un estilo personal que perdura a lo largo de los años y que hoy en día sigue siendo sinónimo de elegancia y feminidad y el reflejo de una vida que fue vivida minuto a minuto.
Beatriz Domínguez
Un bellezon de los pies a la cabeza