
Tormenta de Rock en la playa de Oliva.
Salimos del agua. La temperatura ha bajado al menos cinco grados de golpe. Las nubes negras giran en el cielo, vertiginosamente. Ráfagas de viento sepultan nuestras toallas en arena. La tromba nos pilla en el chiringuito Llampuga, a la misma orilla del mar. Corremos a guarecernos bajo la endeble estructura. El agua resbala a chorros por las caras de los que no han logrado correr hasta los automóviles. La gente grita, ríe, se apiña bajo los toldos del tenderete. Así termina la primera hora del Festival Pin Up, en su segunda edición. El rocknroll tiene hoy una cita en la sala de fiestas del restaurante El Áncora, Oliva, Valencia.
El primer encuentro ha tenido lugar en el citado chiringuito, con la pinchada de varios temas clásicos de la mano de Biorn Borj, Lewis Pin Up o Devora Devobot, viejos conocidos del festival. Los conciertos comienzan sobre las siete de la tarde, por lo que cargamos pilas degustando una excelente paella. Hasta que llega la tormenta.
Empapados y refrescados, ponemos rumbo al restaurante El Áncora. Se rumorea que la afluencia de público será menor que el año pasado, sin embargo, no adelantamos acontecimientos y esperamos en la puerta del párking, ante la amable expulsión del recinto por parte de los hacendosos guardas de seguridad. Unos tíos la mar de majos que entienden nuestra situación a la perfección.
La primera actuación es de “Las Sultanas”, novedosa agrupación de cinco valencianas que nos arrastran con sus ritmos, mezclando garaje punk con la suavidad del pop rock de influencia sesentera. El grupo, que debutó en estos mismos parajes hace dos años, ha experimentado un rápido ascenso en la escena, desde la grabación de su primer EP para el sello Summer Bummer y su participación en el recopilatorio del programa de Radio 3, “Capitán Demo”.
[vsw id=»9KAwvPmUEYo» source=»youtube» width=»425″ height=»344″]
Hay previstos siete conciertos, que terminarán de madrugada. Entre número y número, la acción se traslada al jardín de la sala, un lugar estilo chill out que proporciona al público lugares donde sentarse y, por supuesto, donde encontrar la siguiente copa. Me proveo de otro “champú”. La mezcla entre granizado de limón y cerveza, corre por mi reseca garganta, hidratándome como sólo podría hacerlo este combinado local.
A los “Thee Vertigos”, otra agrupación valenciana, los conocía de haber arrasado en los primeros puestos de Bandcamp, la plataforma online que difunde nuevos trabajos musicales de bandas conocidas y poco conocidas. Los cuatro componentes nos ofrecen un directo compacto, trabajado y enérgico, exponiendo los temas que componen su primer EP “The Swirling Sound of Thee Vertigos”. “Kangaroo”, “Chinese Daggers”, incluso su versión del “You gonna miss me” de los “13th Floor Elevator” que titulan “Me vas a echar de menos”. La combinación de ritmos bluseros, rocknroll y psicodelia, llevan al público a menear el esqueleto durante toda la actuación.
Los “Superramones” la banda local tributo a los inmortales Ramones, ocupa ahora sus minutos sobre las tablas. Esta agrupación, cosida y remendada a costa de restos de otras bandas, goza de una ejecución excelente y bien engrasada. Después de triunfar en el festival Rockadelic de Gandía, nos ofrecen todo el sabor de la banda original con ritmos acelerados de Doo Wap, Surf y punk rock clásicos. La incorporación de músicos provenientes de los “Mamones” y el guitarra ecléctico de “El Estupendo”, asegura el disfrute de un verdadero producto de la tierra.
Apuramos el exiguo resto de alcohol que queda en las botellas del coche. Fuera, a la vuelta de la esquina, debatimos sobre filosofía y deontología profesional con otros compañeros. Festivales como el Pin Up son “rara avis” en la zona de la Safor. Si algo hay que agradecer a la mejorada gestión de la organización, es el organizar un evento de estas características, ya que proporciona un encuentro de rocknroll veraniego memorable en cualquiera de sus dos ediciones.
Las sorpresas no paran ni un instante. Sobre los instrumentos están ya los músicos de “Els Morts”, el 75% de “Mossen Bramit Morerai Els Morts” agrupación catalana con sabor olivense, que este año viene acompañado de las seductoras voces de “Les Mortettes”. El cuarteto femenino, hechiza al personal con sus composiciones barrocas y su puesta en escena. No en vano se describen como “mujeres de agua, brujas y vampiras, alzadas desde las tinieblas”. Ataviadas con vestidos blancos, la belleza de las cantantes es solo comparable con su talento. Calientan el espectáculo para la aparición del cantante principal, portado por varios hombres en el interior de un ataúd, para sorpresa del respetable. Con la Senyera en la mano, comienza un concierto inolvidable en el que el garaje y rockabilly oscuro, arrasa con los pies del respetable.
[vsw id=»6eCTXNOogog» source=»youtube» width=»425″ height=»344″]
En el comienzo de uno de los grupos más esperados,“Los Chicos”, noto que llevo un buen rato sin entender nada de lo que dicen los cantantes. Y no es una cuestión idiomática, se trata más bien de la acústica de la sala o de un trabajo pésimo del controlador de sonido. Ningún aislamiento sonoro, ningún lugar donde el rebote de las ondas sea uniforme. Sin embargo, esto no evita que los madrileños, ofrezcan su espectáculo lleno de rocknroll y garaje explosivo, acompañados por el mítico Johnny Casino a la guitarra. El artista australiano, líder de bandas como “Asteroid B612” o la reciente “Johnny Casino and The Secrets”, interpretó junto a los madrileños, temas de alguno de sus últimos discos (“In the age of Stupidity” Dirty Water Records/ Off the hip records, 2013)
Compramos algunas hamburguesas en la barra. El hambre aprieta, el rocknroll está consumiendo gran parte de mis energías. Pero lo que encierra el papel de plata es un bocadillo de carne del infierno. A cambio de un alto precio monetario, el hambriento comensal se encuentra con una loncha de ternera picada poco hecha, muy fuera de las expectativas imaginadas. Pero hay que llenar la panza. Claramente, el rocknroll es poco vegetariano. Necesita de sangre y carne húmeda, de huesos picados para funcionar correctamente.
“The Lookers” está sobre el escenario, repartiendo juventud y música a partes iguales. Estos músicos, provenientes del País Vasco se caracterizan por un directo fresco, enérgico, ruidoso. Su interpretación de temas de garaje punk, rock sucio y alternativo, convence a la organización del evento que asegura que son una apuesta personal: “son jóvenes promesas de Euskadi que no habían bajado nunca de su zona” asegura Román Peiró “Romanroll”. El sonido de la banda asegura el disfrute de sus influencias, tales como The Sonics, New York Dolls o Ty Segall.
No podían faltar los componentes de “Help Me Devil”. Juancar y su grupo, acompañados por la sección de viento que los convierte en los “341´s”, se encargan de poner el broche final al festival, inundándolo de sonidos del delta, blues, r´n´b, rock con mucho roll, acelerados y compensados para ofrecer un gran espectáculo, como todos esperábamos. Presentando su nuevo EP “Debbie, lets go home”, los madrileños interpretaron temas míticos de la banda como “We sold army secrets for dope” de su primer disco, o “Loser live longer” de su segundo trabajo “Lokanta hell”. Sorprende que un festival autogestionado sea capaz de congregar a un cartel con artistas de tanto peso, lucir como un verdadero festival, que organizan y promueven económicamente, solamente dos personas.
[vsw id=»f22wWLAVGeY» source=»youtube» width=»425″ height=»344″]
El maestro de ceremonias, Carlota Jimen, también conocido como Héctor Arnau, poeta bello y oscuro por partes iguales, se encarga de cerrar el acto, dando paso a los deejays. Entre 200 y 300 personas que otro año más se han dado cita en este festival, que está llamado a convertirse en un clásico del verano. Sudor, música, buen ambiente y gran cartel de artistas, que convierten al Pin Up Fest en una cita ineludible. Si está usted en La Safor y tiene la oportunidad de ir, no lo dude. Nunca se arrepentirá.
Beni Díaz