“Una ficción basada en la realidad”.
El director y productor de cine francés, Olivier Dahan, conocido por el thriller “Los ríos de color púrpura II” y “La vida en rosa” un biopic de la cantante francesa Édith Piaff, llega con “Grace de Mónaco”, una película que no ha tenido la acogida esperada en el festival de Cannes.
Grace de Monaco se presenta –tal y como aparece reflejado en la película- como una ficción basada en la realidad. Dentro de este concepto ambiguo se encuentra enmarcada la figura de Grace Kelly (Nicole Kidman) y el desarrollo, un tanto plano, de sus vivencias como princesa de Mónaco, y de cómo ese cargo le hará enfrentarse a situaciones en las que elegir entre una cosa y rechazar la otra, es la única opción.
Grace Kelly, la brillante estrella de cine convertida en Princesa, siente encontrarse en el lugar equivocado. El escenario de la película está ambientado en plena crisis política y económica entre Francia y Mónaco, un escenario donde no puede ser ella misma, y donde la política y los intereses económicos están por encima de todo.
El matrimonio con Rainiero de Mónaco (Tim Roth) comienza a tambalearse; Grace, -quien no ha dejado de sentir la ferviente pasión por el cine que en su momento le hizo brillar- recibe una visita de Alfred Hitchock, quien le ofrece la oportunidad de volver a Hollywood para hacer protagonizar su película “Marnie”. No tardará el Príncipe en mostrar su desaprobación, y una desolada Grace se verá obligada a elegir entre su carrera artística y su posición en la Casa de Mónaco.
La espectacularidad que evoca hablar de Grace Kelly, y, en este caso, de un biopic sobre la vida de la famosa actriz, es quizás el elemento principal que falla en la película de Olivier Dahan, ya que este elemento de “espectacularidad” es inexistente, y, seguramente, el motivo de que no se hayan superado las expectativas. El transcurso de los hechos se sucede de manera lenta y rígida, y a pesar de los escenarios voluptuosos, logrados y llamativos, el contenido se queda a las puertas de lo que se esperaba que fuera un logrado homenaje a la vida de Grace Kelly.
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Elisa Naharro
