CRÍTICA CINE: AUTÓMATA (SELECCIÓN OFICIAL 62ª EDICIÓN ZINEMALDIA)

MAMÁ, ¿qué futuro del mundo nos espera?

Antonio Banderas vuelve a la gran pantalla, sin pelos en la cabeza, con Autómata (2014) de Gabe Ibáñez. La película de ciencia ficción se estrenará en España el próximo 10 de octubre.

Parece que el futuro tampoco es el tiempo en el que Banderas se lucirá como actor. Autómata (2014) de Gabe Ibáñez (Hierro, 2009) presenta una sociedad futurista cercada por un muro que la protege de los terrenos radioactivos. El director español propone un mundo al estilo Blade Runner (1982), pero de bajo presupuesto y bastante cutrón, donde los Pilgrims (robots inteligentes creados por el ser humano) se vuelven loquers y aprenden a arreglárselas por sí mismos.

En resumen, resulta que un chalado relojero, que anda suelto por los guetos del otro lado del muro, inserta una piececita nueva en el complejo sistema Pilgrim y convierte a los robots en ingenieros. Como ya no necesitan al ser humano cada vez que sufren un accidente y necesitan un apaño, los pícaros robots emprenden una nueva etapa para satisfacer sus pasiones de conquista de la humanidad.

La película es una co-producción entre Bulgaria y España. Banderas ha sido el elegido para interpretar a un corredor de seguros que salvará al hombre de la amenaza robótica. Pensándolo bien, tiene su lógica. Nuestro Banderas ve y conversa día a día con muchos de esos héroes estadounidenses que nos han salvado de más de una, en el pasado, en el presente y en el futuro. Además, el reparto no le pudo venir mejor al actor. Uno de los personajes que lo acompaña en este largometraje, aunque no por mucho tiempo, es una bella madurita rubia que se luce al mismo nivel interpretativo que nuestro macho español y que, para más inri, es su exmujer. Eso es. La mismísima Melanie Griffith.

Ibáñez propone al espectador que olvide los avances tecnológicos que ya hemos alcanzado. Olvídense de la tecnología minimalista, de los diseños modernos y de los espacios amplios e impolutos. El mundo futurista de Ibáñez se aleja de la imagen que Apple vende como espejo del desarrollo. En Autómata volvemos al futuro del pasado. Un futuro que ya construyeron en el momento adecuado grandes genios como Asimov en su literatura y Ridley Scott sobre la gran pantalla. Es decir, el futuro de Autómata se reduce a hologramas gigantes de chicas que bailan sensualmente al ritmo de la ciudad, así como a pantallas invisibles donde puedes ver a tu bebé cuando todavía sigue agustito en tus entrañas. Mientras, nuestro protagonista seguirá comunicándose a través de un busca (¡con pantalla en blanco y negro, cáspitas!) y seguirá sufriendo la escasez de batería en los momentos menos oportunos. ¡Ay, batería! ¡Querida reina de la intriga facilona!

La sección oficial no podía traernos todo joyitas. Qué se le va a hacer. A mí siempre me han dicho que de lo malo busque la parte menos mala. En Autómata…Sí claro, sí….Este que… Esto que cuando…. Que sí hombre, cuando…

Cri, cri.

Leire Romera (@LeireRC)

@ColumnaZeroCine