“Estamos corrompidos por el dinero y el amor”
Marcos Carnevale nos tiene acostumbrados a mostrarnos películas donde nadie queda indiferente. Digamos que sus películas son como la hipnotizante llama de una candela, donde tu mirada se pierde en el infinito mientras eres incapaz de retirar la vista. Algo así sucede con “El espejo de los otros”.
Al principio el movimiento de tu muñeca mirando la hora no cesa, pero pasados 15 minutos, te arrepientes de no haber estado atento desde el principio, ya que lo que estás viendo son historias reales, al límite, con excesiva violencia narrativa para mi gusto; pero con la suficiente atracción escénica como para ondear el sofá y respirar profundamente para disfrutar del espectáculo. ¡Vamos allá!
V- Un placer tenerte por España, cuéntanos Marcos… ¿Cuál es el origen de la magia del film?
M- Es una película que cierra una etapa personal y profesional. Pienso que ante la historia de cualquier película, debe haber una “humanidad”, por ello justifico el gran elenco de este film que se exponen de manera “desnuda”. Considero que es una película impúdica, ayudada por el ámbito en el que se encuentra.
Surgió de una manera inesperada, estando de vacaciones, en Punta Cana, durmiendo… Y me despierto con imágenes de unas iglesias de la antigua Guatemala donde un volcán les destruyó el techo… Y pensé unirlo a una idea que tenía hace tiempo de montar un restaurant dentro de ella con una única mesa y donde se viviese una noche de verdad, no una noche social, una noche de desnudar tu alma…
Empecé a escribir. Y al ver que era una película más artística que comercial, decidí asumir gran parte del riesgo económico de la producción junto a un amigo. La rodamos en tres semanas y media en un escenario totalmente digital.”
V- Describe en pocas frases el mensaje del film.
M –Es la babel del cambio generacional. Es necesario un cambio espiritual debido a que la humanidad está contaminada. Pero pienso que después de la noche viene el día, y tengo una visión muy optimista del día de mañana, ya que a día de hoy estamos muy corrompidos por el dinero y el amor. Creo realmente que las nuevas generaciones cambiarán todo esto.
V- ¿Cómo crees que va a recibir la película el público español?
M – Creo que les va a ser fácil entrar en la película a pesar de que no conocen a los actores. Puede resultar impúdica y tal vez te sientas incómodo al ver tanta verdad junta. La nueva generación está más preparada para encajar los golpes de esta película. Al público español le diría que fuesen a “reflejarse”, con humildad y sin temor.
V- Existen dos personajes más en la película que no aparecen de forma humana, y son la música y la catedral.
M – Totalmente. Cuando aparece la música, la pantalla deja de ser pantalla como tal y cobra vida. Quería transitar dos dimensiones: La de la entrada a la Catedral, y por otro lado, que la vida esté presente, y ahí está la música como justificación. La Catedral la ves destruida, pero en realidad no lo está. Si te fijas, tiene posibilidad de ser reestructurada, y es lo que pasa con la humanidad en estos tiempos.
La entrevista comenzó en ese momento a divagar entre mis posiciones filosóficas vitales y sus argumentos humanistas, todo siempre en relación al film. Después de unos cinco minutos “aportando”, Marcos nos describió lo que será la guinda de esta entrevista. Merece la pena acercarse al cine a verla, merece la pena desnudarse durante una hora y media:
“El dinero te define, te pone en un lugar de aceptación social determinado. Está todo medido a esos niveles cuando en realidad el valor del ser humano no está en nada de todo eso. Entonces el ser humano, al estar medido por todo eso, hace cosas aberrantes por llegar a tener dinero y poder, y terminan suicidándose como todos estos personajes, es terrible.”
Víctor Marfil
