Entre obras maestras, batacazos y fracasos, 2014 ha dado cabida a alguna joyita del panorama seriéfilo de los últimos años y, por supuesto, producciones para el olvido. Desde ColumnaZero, ahora que cerramos el año, hacemos un repaso a lo mejor y lo peor de nuestras pantallas.
Series que brillan con luz propia:
La gran triunfadora de este 2014 ha sido, sin duda, la cadena HBO. Cuenta con una larga tradición de éxitos y algún que otro traspiés, pero esta temporada les pertenece, y con creces. True Detective, su estreno estrella, le ha garantizado la gloria. HBO es sinónimo de calidad y esta serie policíaca es otro de los ejemplos de ello.
Sin embargo, cuesta elegir una sola razón que sirva como argumento definitivo del por qué True Detective es la mejor serie del año. True Detective es una tríada perfecta: primero, el guión desarrolla una trama que hace que no te quieras despegar de la pantalla. Segundo, cuenta con una interpretación magistral por parte de sus protagonistas (sin duda este es también el año de Matthew McConaughey, que papel que toca, papel que le encumbra). Y, por último cuenta con una fotografía mucho más que hipnótica.
¿Un momento? La entrada de Rush Cohle en busca de rescatar a un rehén, 6 minutos de infarto que resumen la esencia de esta primera temporada.
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Por otro lado, dejando la tensión y el estrés policial, la última temporada de The Newsroom ha sido otro de los grandes regalos (agridulce para los fans) que nos ha dejado la televisión este año. Una serie que en sus comienzos fue entendida como un experimento, con una trama que parecía que no tenía nada nuevo que ofrecer y que, sin embargo, abrió el trabajo de los informativos al mundo. Las cuestiones éticas junto con conflictos profesionales y personales marcan la tónica de una serie que se ha caracterizado por su tono crítico y combativo. Una serie en la que no ha dejado títere con cabeza tanto en la profesión periodística como en las esferas políticas y cuya esencia, puede que haya sido lo que le ha costado el rótulo de ‘the end’.
The Newsroom nos ha dejado joyas para el disfrute, y también la reflexión, como esta:
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De menos a más:
Fox este año ha apostado por series que han ido creciendo a lo largo de su emisión. Subiendo en número de seguidores, de repercusión en las redes sociales y en calidad. Gotham es una de ellas.
Cuando nadie sabía qué más se podía contar de Batman que no se hubiera contado ya, Bruno Heller (creador de El Mentalista) decidió abordar la historia que no se había contado antes: la historia de Gotham, hogar de Batman, desde sus orígenes. Así, el peso central se traslada desde el personaje de Batman al resto de protagonistas de la saga (tanto héroes como villanos) y a la evolución que sufre un pequeño Bruce Wayne en una ciudad marcada por el crimen y la traición. Una serie que se postula como una de las series fijas de la Fox, aunque la cadena aún no se haya pronunciado al respecto de su renovación por una segunda temporada.
Una de cal y otra de arena:
En este caso, no es una serie sino una actriz la que ha protagonizado un año de éxitos y fracasos: Gillian Anderson. La protagonista de Expediente X es el ejemplo de que se puede estar en la cumbre y en el infierno al mismo tiempo.
La serie Crisis (NBC) de la que Anderson era protagonista fue cancelada en mayo tras solo dos meses en antena y sin encontrar un sitio entre la audiencia.
Sin embargo, Anderson se ha visto en la cumbre de la mano de The Fall (BBC) que goza de gran éxito en Reino Unido. Por otro lado, su primera y discreta aunque soberbia participación en la primera temporada de Hannibal (NBC) y su reafirmación de estilo, clase y elegancia en la segunda han convertido su a Bedelia Du Maurier, psicoterapeuta del caníbal más famoso de la pantalla, en personaje fijo en la próxima temporada de este thriller psicológico. Fichaje que se confirmó en (irónicamente) mayo de este año.
No, no y ¡NO!
Si hay algo que ha fracasado estrepitosamente este año han sido los spin-off. O mejor dicho, los spin-off descafeinados.
Cuando una serie ya cuesta verla de por sí, es mejor dejarla como está. Aunque parece la cadena norteamericana ABC no sabe cumplir esta máxima. Apostar por historias alternativas de series, que aunque con gran calado solo tienen feeling con un público determinado, sale caro y, por ello, la cadena familiar se ha visto obligada a cancelar Once upon a time in Wonderland (spin off de, la ya quemada, Once upon a time) y Ravenswood (spin off de, la más que alargada, Pretty Little Liars) cuando ambas no alcanzaban ni los diez meses en la parilla.
Quizá hayan sido los personajes protagonistas o quizá el hecho de que, salvo las series insignia de la cadena, no tengan nada que ver (¡una ovación por, entre otros, la recién estrenada How to Get Away with Murder -en castellano Cómo defender a un asesino-, Anatomía de Grey o Castle!), pero sin duda ABC debería tener más cuidado con sus apuestas de cara a la próxima temporada.
Esther Blanco
