
A principios de año nació SEPIIA, una firma que ha llevado la tecnología textil a camisas de hombre. ¿El resultado? Prendas que no se arrugan, ni se manchan, ni cogen olores. Antes de la apertura de su tienda online, hablamos con su creador sobre el potencial de la industria de la moda.
De aquí a 50 años posiblemente no tengamos lavadoras ni planchas. Nuestros armarios serán totalmente tecnológicos y las prendas se adaptarán a nuestros gustos y necesidades. Así es la visión futurista de Federico Sainz de Robles y Paloma Mariné, las cabezas pensantes de SEPIIA, una firma neonata que llega al mercado con una misión muy ambiciosa: unir innovación tecnológica y moda. “Usamos nuevas tecnologías en todos los ámbitos de la vida, pero nuestra ropa sigue siendo igual o peor que hace 20 años; lo que queremos es establecer ese vínculo entre el potencial de la industria textil y el día a día”.
Esto, llevado a la práctica, se traduce en camisas que no se arrugan, no se manchan y no cogen olor. Definen su producto como moda inteligente y sostenible, y han encontrado un equilibrio perfecto entre tecnología, funcionalidad y sosteniblidad. En palabras de Federico, se trata de que la prenda pueda ayudar al cliente en su día a día sin generar impacto medioambiental. El proyecto ha salido adelante gracias a Lanzadera, una aceleradora de empresas de Valencia que ha puesto el capital inicial para que SEPIIA fuera una realidad. Además, cuentan con el apoyo del Instituto Tecnológico de AITEX, donde trabajan en la parte logística. Y es que conseguir que un proyecto que parece salido de Blade Runner cobre vida no es sencillo.
La firma se define como moda inteligente y sostenible; inteligente por las propiedades de las camisas, y sostenible porque en su producción se cuida hasta el último detalle para minimizar el impacto medioambiental y social. En cuanto a las características, las camisas no se arrugan gracias al material, hilo de poliéster, y la forma de tejerlo. El hecho de que no cojan olor es otro de sus puntos fuertes, y es posible gracias a las fibras de plata integradas en el tejido, que son antibacterianas y actúan contra el sudor. Pero lo que más llama la atención de estas camisas es su tratamiento anti manchas, una especie de película protectora que repele vino, refrescos, salsas y cualquier cosa que pueda amenazar nuestro aspecto. Al ser superficial, el tratamiento se va con los lavados, pero al testar las camisas se están encontrando con una resistencia mucho más alta de la que esperaban, después de 60 lavados siguen como nuevas. Además, ya están trabajando para que, en un futuro, se pueda volver a aplicar el tratamiento a las camisas cuando pierda eficacia. Por si todas estas garantías fueran pocas, también son transpirables, elásticas y con un tacto muy agradable.
Pocas cosas nos gustan más que las prendas que, además de cuidar el aspecto estético, son útiles y cómodas. Si también hay un marcado cuidado del detalle, el flechazo es instantáneo. Y algo así nos ha pasado con SEPIIA, porque ha demostrado que funcionalidad, tendencia y sosteniblidad no son conceptos reñidos. Toda la producción es local, desde la fibra, que se hace en Barcelona, o incluso algo tan pequeño como la tipografía de la firma, obra de un diseñador español. Además todo el material que utilizan es reciclable o reciclado: la microfibra se puede reciclar, los botones son de algodón reciclado, y el packaging es una caja de cartón, reciclado, reciclable y reutilizable. Las camisas no llevan etiqueta para evitar el efecto supermercado “no queríamos que, cuando llegara la prenda a tu casa, tuvieras una bolsa llena de basura entre el paquete, envoltorio, etiquetas, etcétera”. Incluso la elección de los colores corporativos, gris y sepia, está orientada a reducir la contaminación, pues son los que menos consumo tienen en web y los que menos impacto generan al imprimirse. Por último, los estampados de las camisas se hacen mediante sublimación digital, un procedimiento que no emplea nada de agua. Para Federico, la tarea pendiente es lograr ofrecer estas prestaciones con otro material que, a diferencia del poliéster, sí sea renovable.
Pero dejando toda la parte tecnológica a un lado, ¿qué hay de la estética? De eso se encarga Paloma Mariné, responsable del área creativa de SEPIIA. El modelo es el de la clásica camisa masculina, en la que se estampan distintos motivos. Cuadros Vichy, raya diplomática, bloques que recuerdan al estampado de las camisas de franela, y otras con un motivo más moderno, las interferencias. A estos se unirán las camisas lisas, que sacarán a la venta en la reapertura de la tienda online. La gama de colores de la colección actual va acorde con la temporada, con distintas tonalidades de gris y azul, además de blanco para las camisas lisas. Y si la logística sigue evolucionando, el aspecto también, así que ya están preparando nuevos modelos y camisas de mujer, que empezarán a comercializar de cara a próximas estaciones.
En resumen, nos encontramos con camisas que son como un sueño hecho realidad, y parece lógico pensar que tiene que haber gato encerrado. Si el truco no está en la calidad ni en el proceso de producción, solo nos queda el precio. De nuevo, nos llevamos la sorpresa. Las prendas no alcanzan los 100€, una cantidad a la que no se puede sacar pegas si tenemos en cuenta las prestaciones, una vida media más larga que la que ofrecen las cadenas de ropa low cost, y todo lo que nos ahorramos en poner lavadoras o llevarlas a la tintorería. Así, no es de extrañar que su salida al mercado fuera todo un éxito. Lo hicieron en agosto a través de su web, en la que ofrecieron un preorder con el objetivo de vender 50 camisas en un mes. Tan solo 20 días después de empezar se vieron obligados a cerrar la promoción al haber superado con creces su meta. Esta semana han reactivado la tienda online, en la que pronto estarán disponibles otras 400 camisas que seguramente no tarden en desaparecer. Para quienes se queden sin ella, la producción grande llegará en marzo.
De cara al futuro, los planes de la firma vanguardista son igual de ambiciosos, llegar a tener su propia tienda física. Pero para eso todavía queda mucho, y a pesar de la inexperiencia de sus creadores, ya han demostrado que la filosofía de la marca se centra en hacer las cosas paso a paso. Por el momento, la primera parada es vender en tienda física a través de colecciones cápsula hechas con la colaboración de otros diseñadores. Después, planean expandir la tecnología al resto de prendas, para acabar haciendo posible esa visión futurista de un armario que nos haga la vida un poco más fácil.
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Clara Auñón