El barco, contratado por Repsol, ya se prepara para realizar las prospecciones petrolíferas que han causado oleaje en la política española. Descubrimos en ColumnaZero, todas las cualidades y características del Rowan Renaissance.
Tras 12 años de burocracia, permaneciendo en oficinas y en juzgados bajo pisa papeles, las perforaciones demandadas por Repsol se han lanzado al mar con destino Canarias (España). El punto exacto del primer sondeo que protagoniza toda la trama se encuentra a 51 kilómetros de la orilla de Fuerteventura, en las coordenadas 28º 33′ 34» N; 13º 11′ 36» W (para los curiosos de Google Maps).
En ese mosaico de mar, el Rowan Renaissance se instalará junto a todo el personal y la maquinaria durante 45 días para cada punto de sondeo aprobado. El buque pertenece a la empresa Rowan Companies, pero Repsol lo ha contratado para contar con sus servicios los próximos tres años y buscar petróleo en diferentes zonas del globo. Se estima que en Canarias pase un máximo de seis meses, pero eso depende del éxito de su trabajo. El tiempo que permanezca toda la plataforma ocupará alrededor de 229 metros de largo y 36 de ancho, a pesar de ello se asegura que no será visible desde ningún punto de la costa canaria.
El artefacto echa el ancla mediante una técnica de posicionamiento dinámico o Dynamic Positioning. Esto quiere decir que cuenta con un mecanismo de hélices y propulsores que le mantiene flotando continuamente en un lugar exacto. No obstante, la característica que más destaca es su seguridad. Fue construida este mismo año, con lo cual está equipado con los medios más desarrollados para prevenir cualquier imprevisto o reaccionar eficazmente. No sólo la mecánica se ha fabricado y compuesto con una perfección cirujana, sino que se facilita al personal la intervención en caso de emergencia mediante esquemas gráficos. Esto último se incluye dentro del Sistema de Seguridad BOP, incorporado en el Rowan Renaissance, el cual cumple con las normativas impuestas por el American Petroleum Institute (API). Repsol explica en su página web que este sistema “contiene válvulas de triple redundacia que regulan el flujo y taponan en caso de necesidad”. Esto se conecta sobre el revestimiento que cubre la perforación, asegurando la muestra en su camino de la tierra a la embarcación.
Otro de las cualidades que posee el buque para evitar peligros es la limitación de la profundidad de excavación en poco más de 12000 metros, considerándose una cifra dentro de los parámetros de seguridad. No obstante, se debe señalar que no existe el riesgo cero en ningún momento. Un riesgo que por muy pequeño que sea indudablemente afectaría, en caso de tragedia, a la estructura económica de las Islas Canarias, cuyo motor primario es el turismo.
Por otra parte, los datos generados por Repsol respecto a las prospecciones esclarecen el rumbo que va a seguir la investigación. En principio, los dos supuestos yacimientos que se analizarán son el denominado Sandía, posición actual del Rowan Renaissance, y Chirimoya, a un kilómetro al sur de distancia. En Sandía se sondearán 1995 metros de tierra submarina, pero además, se manejan otros ocho puntos en los que prospectar. Poco a poco se iría aumentado la profundidad de la perforación, llegando hasta los 6.900 metros.
El porcentaje de éxito que la petrolera le presume a la operación es del 19%, para los ecologistas, la probabilidad de riesgo es mayor. En caso de encontrar petróleo, y que este fuese comercializable por su calidad, se estima que podría abastecer hasta el 10% del consumo diario español, cerca de 150.000 barriles por día.
No podremos valorar los efectos de la prospección hasta un futuro lejano, pero el presente está en que el proyecto de Repsol se ha empezado a poner en práctica en el mar, mientras el debate se mantiene en tierra.
Óscar Reyes
@columnazero