Cuando a finales del siglo XIX la banda mafiosa de los Peaky Blinders actuaba en Birminghan, sus integrantes ni se podían imaginar que acabaría existiendo una serie televisiva de entretenimiento que llevara su propio nombre y tratara de una familia de delincuentes afincada en su misma ciudad. Cierto es que además del nombre y, a grandes rasgos, el vestuario, no se pueden encontrar muchas más similitudes.
La época es distinta: la serie está ambientada al comienzo del periodo de entreguerras, 1919. No hay ningún nombre ni personaje común. Los detalles son diferentes, como las cuchillas que los Peaky Blinders ficticios tienen en sus gorras de plato; no hay analogía al respecto con los Peaky Blinders reales.
En septiembre de 2013 la BBC Two presentó la serie. Thomas Shelby es el jefe de familia. El clan domina toda la ciudad. Sin embargo, no es suficiente. Los Shelby revientan fronteras. El negocio familiar se sigue extendiendo más allá de Birminghan, Inglaterra y las islas: se vuelve internacional. La ambición de Tommy no tiene límites. Tras los desechos de la I Guerra Mundial solo queda la esperanza de construir sin pausa; sin tiempo para nada más, ni pensar. ¿Hasta qué punto se verán comprometidos los Peaky Blinders?
Peleas con otras bandas. Luchas de poder, algunas crudas y sangrientas, teñidas de racismo o pragmática estrategia. Conflictos amorosos. Los sentimientos acaban implosionando, desgarrando fuera y dentro. La verdad, aunque necesaria, se siente áspera. Policía, infiltrados y sobornos. Moralidad de la cruda realidad. Revolucionarios del IRA. Monedas de cambio que pesan y pesan.
Familia, siempre unida. Dilemas conductuales y acciones que no quedan del todo claras. Intereses paralelos, complementarios que se mezclan como colores en paleta. Familia. El violento primogénito Arthur Shelby, interpretado por Paul Anderson. La matriarca, soporte familiar durante la guerra, siempre la guerra: Tía Polly, Helen McCrory. Joven, poco inocente pero con mucho que aprender, John Shelby, Joe Cole. El niño, observa y conoce, aún le queda futuro por delante: Harry Kirton como Finn Shelby.
A lo largo de 2016 está previsto que aparezca la tercera temporada. En España podrá verse mediante Netflix y previsiblemente Wuaki.tv. Paddy Considine se incorpora al elenco de actores, encarnando a un nuevo rival de Tommy, mucho más duro que cualquiera al que se haya tenido que enfrentar. Dina Korzun y Jan Bijvoet también se unen a la serie como dos refugiados que acudirán en desesperación al amparo de Thomas Shelby. ¿Qué nuevas amenazas le visitarán esta vez?
El creador de la serie, Steven Knight, ha declarado en el medio digital Deadline que una de las principales incógnitas actuales, el futuro amoroso de Tommy, será desvelada al comienzo del primer capítulo de la tercera temporada: una boda que, según parece, todo lo aclara. Asimismo, el artífice de Peaky Blinders ha confirmado que uno de los actores más demandados del momento, Tom Hardy, repetirá en su papel del mafioso judío Alfie Solomons. En esta ocasión el director belga Tim Mielants se ha encargado de la dirección de los episodios, tras los trabajos realizados por Otto Bathurst y Tom Harper en la primera temporada y Colm McCarthy en la segunda.
Una historia sobre mafiosos que antes de animales de presa son personas. Pausada, reflexiva: la serie funciona como la mente de su protagonista. Clara, contundente, eficaz. Breves instantes de paroxismo intimidados entre fríos y sarcásticos diálogos. Las emociones para los débiles: Thomas Shelby da reticentes muestras de humanidad. Todo por la familia, pocos límites. El fin casi siempre justifica los medios. Desde luego nadie jode a los Peaky Blinders.
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Manuel Lorenzo Bouzada
@columnazero