PARADAS OBLIGADAS PARA CONOCER ÁMSTERDAM

Un artículo de Clara Auñon y Patricia Terroba para ColumnaZero.
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Un artículo de Clara Auñon y Patricia Terroba para ColumnaZero.
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Te ponemos en bandeja los rincones de obligada visita de la también llamada Venecia del Norte. Una lista de paradas que te harán disfrutar de Ámsterdam de una manera única.

Aunque los holandeses están orgullosos de prácticamente todo lo relativo a su país, si hay algo de lo que presumen por encima de cualquier cosa son los diamantes y la cerveza. Así que, para reconocerles el mérito, empezamos la ruta en dos fábricas especializadas en estos productos: Gassan y Heineken. La visita a Gassan Diamonds dará a tu viaje un brillo especial. En esta gran fábrica de diamantes ponen a tu disposición un guía que te enseñará en directo cómo se trabaja el material para crear las joyas. Además, si tienes la cartera lo suficientemente llena, en la tienda puedes encontrar un recuerdo de lo más exclusivo de tu visita a Ámsterdam. Para quienes no puedan permitirse el lujo, la Heineken Experience regala una cata de cervezas tras acabar el recorrido por la fábrica, en la que se puede ver todo el proceso por el que pasan los ingredientes de una de las cervezas más famosas de Europa.

Es el turno de los amantes del arte. El Museo Van Gogh es una parada que no puede faltar en este viaje. El precio de entada es de 15€ y los únicos que se benefician de descuentos son los menores de edad, pero pagar merece la pena. Las colas son casi insalvables, sobre todo los fines de semana, así que intenta acercarte bastante temprano si quieres evitarlas. A muy pocos minutos de allí se encuentra Vondelpark, un parque enorme donde es fácil perderse, pero que esconde muchos rinconcitos donde echarse una siesta cuando el tiempo lo permite. Además, Ámsterdan cuenta con uno de los barrios culturales más importantes de Europa. Ubicado en Westergasfabriek, una antigua fábrica de gas, se trata de un enorme parque de más de 15 mil metros cuadrados en el que se han aprovechado fábricas para convertirlas en espacios gastronómicos y culturales.

Hablando de colas, la visita a la casa de Ana Frank atrae mucha atención, así que si no estás dispuesto a renunciar a ella, ve mentalizándote para pasar unas cuantas horas sentado en la acera.

Como es sabido, los tulipanes son uno de los símbolos que identifican a la ciudad. En pleno centro de la urbe y enmarcando uno de los muchos canales que la recorren encontramos el tradicional Mercado de las Flores. Aquí se dan cita día sí y día también cientos de amantes de la jardinería y vendedores que ofrecen verdaderas maravillas. Todo un cuadro de colores y olores en el que podemos encontrar desde infinitas variedades de tulipanes hasta semillas de cannabis, pasando por todo un mundo en miniatura de la mano de los bonsáis.

Otro de los iconos de esta ciudad son los molinos. En Holanda hay una gran cantidad de molinos, pero actualmente en la capital se pueden ver sólo unos pocos. El más céntrico es De Gooyer, construido en 1814. Hoy en día funciona como un taller de cerveza. El más antiguo es De Otter, construido en 1638. Y el único que se puede visitar por dentro es el Stolen Windmill, que aún sigue en funcionamiento.

¡Llega la hora de los adictos al shopping! Los habitantes de esta ciudad han hecho trizas el mito de que ‘los centro y norte europeos visten mal’, al menos por la parte que les corresponde. Así que, si te enamoras de su estilo y lo tuyo son las compras, la calle Rokin será tu perdición. En esta y todas las vías circundantes puedes encontrar las mejores marcas y las tiendas más deseadas entre los jóvenes, como Urban Outfitters o Forever 21. Aunque los precios no son precisamente bajos, en época de rebajas puedes encontrar auténticas gangas. Recomendamos a los sneaker freaks que vigilen bien su presupuesto, pues encontrarán muchos diseños y modelos que no se comercializan en España y por los que seguro que perderán la cabeza (y el dinero). Pero todavía puedes gastar más dinero. La ciudad cuenta con varios almacenes de lujo para los más exigentes, como Bijenkorf y Maison de Bonneterie. Además, Ámsterdan cuenta con numerosos mercados donde la gente hace sus compras diarias, entre los que destaca Albert Cuyp, el más famoso y concurrido, tanto por holaneses como por turistas.

Dedicamos el último apartado a los que estén decididos a probar lo más típico de Ámsterdam, para los que meterse en el mundo de los CoffeeShops es casi obligatorio. Te recomendamos dos de los más conocidos: Abraxas y The Bulldog CoffeeShop, con estilos completamente diferentes pero que te dejarán igual de boquiabierto. El primero es un pequeño Coffee en los alrededores del Palacio Real, en una callecita estrecha invadida por bicicletas y grafitis. Su decoración psicodélica con dibujos de colores y espejos y su ambiente relajado forman el espacio ideal para descansar. Por otro lado, si te fascinan el hip-hop y la cultura underground, The Bulldog es tu sitio. En este caso se trata de una cadena estilo Starbucks, por lo que los puedes localizar en varios lugares (entre ellos, el Barrio Rojo).

Huelga decir que, para hacer la experiencia lo más holandesa posible y no perder mucho tiempo en los trayectos, no hay nada mejor que los paseos en barco por los canales o en bicicleta sobre los puentes. El Magere Bruf es el puente más conocido de los 1400 que atraviesan todos esos canales. Puedes encontrar una compañía de tours en barco prácticamente en todos los canales, y una agencia de alquiler de bicicletas en cualquier calle. Esto último resulta muy económico si piensas pasar todo el día paseando la ciudad de punta a punta. Se podría decir que este es el mejor viaje para los amantes de las nuevas experiencias.

Clara Auñon

Con la colaboración de: Patricia Terroba

@columnazero

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