
El empleo de esta vieja expresión se mantiene intacto hasta nuestros días. En ColumnaZero desmenuzamos el origen y explicamos el significado de este curioso dicho.
Existen diversas teorías sobre el origen de dormir la mona. Una de ellas apunta a que esta locución nace en el contexto de las ferias ambulantes del siglo XVI donde los dueños emborrachaban a los simios para observar los efectos del alcohol y ver las “conductas graciosas” de éstos en un estado de embriaguez. Esta creencia no es nueva pues en la vieja cultura griega se proporcionaba vino a los monos con el fin de emborrachar a los macacos.
Otra hipótesis señala que los marineros que transportaban a estos animales desde África daban a los monos ron y vino con el objetivo de que éstos divirtieran a la tripulación con saltos, caídas y sucesivos mareos a causa de la ingesta de alcohol.
Del mismo modo, otros apuntan que en el mundo circense los dueños de los monos daban alcohol a los animales que se quedaban dormidos o parados. De esta forma conseguían que los simios ofrecieran un mayor show y espectáculo.
Esta expresión que se sitúa cuando el grado de excitación, proporcionado por el alcohol, llega a su fin y la persona o animal cae en un sueño profundo sigue empleándose en la actualidad. Pero se desconocen otros términos ligados a la locución que hoy tratamos. Por ejemplo, el empleo de “mona triste” o “mona alegre”. El primero de ellos hace referencia a aquellas personas ebrias que adoptan una postura melancólica o triste. En cambio, el segundo término hace hincapié en aquellas personas que permanecen con el mismo grado de excitación y que no ceden ante el letargo que aporta la gran ingesta de bebidas alcohólicas.
Por último, ésta también se suele señalar de forma “poco amistosa” a aquellas personas que a causa del alcohol toman una postura molesta, inoportuna o pesada y se les insta a que se vayan.
Eloy Iglesias
@columnazero