
Disfrutar del sexo sin necesidad de mantener contacto físico. Un ejercicio que lleva tiempo, preparación y técnica para tener orgasmos mentales o alternativos. Del poder de la mente para alcanzar el apogeo hablamos en ColumnaZero.
Llegar al éxtasis solo con la mente parece, de primeras, como mínimo un ejercicio de magia. Pero el neurosexo no es nuevo. El cerebro es el centro de emociones y pensamientos; fantaseando, recreando o incluso inventando deseos se puede llegar a crear una escena que nos estimule. En este sentido, la imaginación juega un papel crucial donde materializar los instrumentos necesarios para alcanzar el ansiado clímax sin necesidad de contacto genital.
El origen de esta técnica procede de prácticas tantricas de oriente aunque se dio a conocer entre los años 60 y 70. Más adelante con el boom del sida, varios especialistas indagaron y desarrollaron alternativas al sexo convencional ante el temor de contagio.
Los primeros en abordar la conducta sexual fueron William Masters (ginecólogo) y Virginia Johnson (sexóloga) en los años 60. En este sentido y años más tarde, Barbara Carrellas, autora del libro «Ectasy is Necessary: A Practical Guide» investigó diversas formas (ejercicios respiratorios y movimientos pélvicos) para llegar al clímax de una forma distinta a la convencional. Carrellas sostiene que esta técnica requiere una gran preparación, práctica y sobre todo, concentración. Carrellas recomienda empezar meciendo la cadera de arriba hacia abajo, con movimientos suaves, al ritmo de la respiración. Los movimientos harán que el cuerpo entre en calor. Mediante fantasías o recreaciones y con una respiración cada vez más profunda y continuada el cuerpo se va descontrolando. Tras esto, dejar que la mente se evada, el cuerpo fluya y contener la respiración y apretarse fuertemente contra el suelo. Las personas que han probado esta técnica señalan que sienten sensaciones parecidas a las del orgasmo «convencional».
Varios especialistas aseguran que es posible llegar al orgasmo tan solo con la mente debido a la infinita cantidad de terminales nerviosos que al ser estilmulados son procesados por el cerebro. De igual forma, psicólogos afirman que estos orgasmos alternativos son más fáciles de conseguir por las mujeres que por hombres. Por otro lado, el neurosexo es valido para el sexo en solitario y también sirve para estimular a las parejas que han perdido el deseo y puedan conocerse más y disfrutar con más satisfacción de sus relaciones sexuales.
En este caso, la cantante norteamericana Lady Gaga señaló a la revista New York Magazine su facilidad para tener estos orgasmos alternativos: “Me encanta el sexo… la memoria sensorial es algo poderoso. Puedo tener un orgasmo sólo con pensar en eso”.
El orgasmo cerebral
Recibe el nombre de ASMR (siglas en inglés que significan Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma) y parece ser que sólo se nace con tal don, por lo que no se puede adquirir tal cualidad. Tal estado se produce en personas que a raíz de un sonido, imagen, objeto (no tiene que tener ser susceptible de provocar excitación sexual) o incluso el hecho de realizar una labor (desde doblar toallas hasta pintar cuadros, escuchar música clásica o coleccionar dedales), experimentan una sensación de relajación tal que un hormigueo recorre su cuerpo como si recibiera dosis cada vez mayores de placer hasta lograr el clímax. Un estado que puede durar varios minutos. Sin base científica, Internet está repleta de foros y comunidades que tienen los orgasmos mentales como tema principal, reuniendo muchos de ellos a las personas agraciadas con tal don que comparten orígenes del orgasmo cerebral.
Eloy Iglesias
@columnazero