El frío no acaba de instalarse y nosotros ya estamos con la mentalidad de sacar la colección de jerséis y abrigos. Para ir haciendo tiempo, hemos seleccionado las tres prendas masculinas clave de esta temporada. Y no, por primera vez en la historia de las colecciones otoño-invierno, no tienen nada que ver con el grunge.
Primera capa
El grunge ha sido, por los siglos de los siglos, el estilo que ha marcado esta época del año. Tonos oscuros y apagados, prendas con rotos y mucha superposición para hacer frente a los primeros días de frío. Pero parece que esta vez la estética más ochentera se da un respiro, y en su lugar nos encontramos con una mezcla de estampados étnicos y la influencia del rock. Suena raro, pero queda sorprendentemente bien.
Esta nueva estética predomina en partes de arriba, especialmente camisetas o camisas vaqueras, aunque también la vemos en jerséis. ¿Y cómo se consigue? Estampando motivos étnicos en telas y colores más roqueros. Un buen ejemplo es una básica negra, con diseños tribales que, en lugar de estar cosidos o estampados en colores típicos como tierras o azules, se crean con tachuelas e hilos plateados, consiguiendo así la mezcla de estilos. Otra opción es escoger una prenda de cada, como la misma básica con diseños étnicos y unos pantalones de cuero, otro de los must de la temporada. Si se mantiene la misma gama de colores, la combinación resulta muy fácil, y la unión de las dos personalidades hace el resto para crear la versión actualizada del clásico estilismo de otoño.
Algo de abrigo
Vamos a repetirlo una vez más y esperamos que sea la última: se llevan las bombers. Sí, otra vez. O mejor dicho, todavía. Llegaron a finales del invierno pasado y han conseguido sobrevivir a los cambios de estación jugando con los colores y los tejidos. Han ido del nailon negro al ante en colores pastel, y ahora la prenda se reinventa para hacer frente a las temperaturas bajo cero.
Lo que tenemos esta temporada son las chaquetas de aviador más auténticas. Siguiendo con la misma metodología de reinventarse o morir, ahora las bombers se construyen en tejidos resistentes como el cuero y con el cuello cambiado, como los de los polos y en borrego, para acabar de adaptarse al frío. Además se pegan más al cuerpo, pero mantienen de las anteriores los puños y el bajo ajustados. En cuanto a los colores, el negro y verde militar con que se popularizó la prenda dan paso a marrones chocolate o anaranjados, dando continuidad a la gama cromática de otoño, y haciéndolas más fácilmente combinables con el resto de prendas de la época.
Si te niegas rotundamente a pasar otros tres meses enfundado en una de estas prendas, puedes optar por una biker o chaqueta motera que, como cada otoño, vuelven a llevarse y son una apuesta segura. Y si lo que quieres es innovar de verdad, una de las nuevas tendencias en abrigo son las prendas largas, por encima de la rodilla, que se abrochan como una biker y llevan estampados anticuados como cuadros, espiga o pata de gallo.
Para los pies
Después de dos inviernos consecutivos bajo el imperio de los mocasines, esta temporada vuelven los botines acordonados. Además vienen en dos vertientes distintas, para que llueva a gusto de todos. Por un lado tenemos el botín estilo Dr. Martens, con su aspecto ancho, suela gruesa, tirador en la parte posterior, y mayoritariamente negros en la versión low cost. Por otro, la vertiente menos “macarra”. Finos, de piel marrón o cobriza y algo más bajos, a juego con la chaqueta de aviador que acabamos de mencionar.
Además Inditex ha vuelto a hacer de las suyas poniendo oficialmente de moda las deportivas con luces en la suela. Así que si los botines te parecen demasiado sutiles, siempre tienes esta otra opción. Pero mejor que no.
En resumen, las camisetas étnico-roqueras, las bombers reformadas y los botines de cordones son los imprescindibles para pasar este invierno. Los tres juntos crean una estética medio americana medio vintage con el potencial suficiente como para destronar al grunge, estilo otoñal por excelencia, hasta ahora. Habrá que esperar un poco para ver si las sospechas se confirman y el armario de Kurt Cobain cae en el olvido.
Clara Auñón
