LOS RINCONES DE PARÍS QUE NO APARECEN EN LAS GUÍAS TURÍSTICAS

Un artículo de Patricia Terroba para ColumnaZero.
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París es cada año una de las ciudades más visitadas del mundo. Subir a la Torre Eiffel, recorrer las salas del Louvre, salir de compras por los Campos Elíseos, recorrer el Río Sena en barco, relajarse en los Jardínes de las Tullerías, tomarse un gofre en la Plaza de la Independencia o visitar Notre Dame entre otros, son los imprescindibles de la ciudad del amor, pero la capital francesa ofrece un abanico de posibilidades, de experiencias, y de actividades, lejos de las recomendaciones de las clásicas guías de viaje. En ColumnaZero, los rincones de París que no aparecen en las guías turísticas.

La mejor forma de descubrir los rincones ocultos de París es, sin duda, callejeando la ciudad. Sólo el barrio de Montmartre (distrito 18) esconde muchas sorpresas más allá de la iglesia del Sacré-Coeur. La escalera de las estrellas (Rue du Chevalier) es una de las escalinatas más impresionantes de la ciudad. Menos conocida que la escalinata frente a la iglesia, ofrece cuando anochece, la reproducción de las constelaciones del cielo del 1 de enero al 1 de julio, gracias a las bombillas de los adoquines.

En la 59 Rue de Rivoli se encuentra el Centro de Arte Contemporáneo de París. Abierto al público de martes a domingo, se encuentra habitado por decenas de artistas y centenares de exposiciones. Se pueden observar los propios estudios donde cada autor trabaja cada día, por lo que no es una galería de arte convencional.

Y la Rue du Chat qui Pêche (“la calle del gato que pesca”) es la más estrecha de París, con tan sólo 1.8 metro de anchura y 29 metros de longitud. Su nombre se debe a la leyenda de un chamán y su gato negro que data del Siglo XV. Una historia que dejamos que descubras en la placa que la explica situada en la misma calle.

Además, los pasajes de París son algunos de los lugares más impresionantes de la ciudad. Uno de los más curiosos y menos conocidos, es el Pasaje de Molière. A dos manzanas del Centro Georges Pompidou, se encuentra escondido este paseo que enlaza la calle Saint Martín y la calle Quincampoix. Es una calle antigua donde se encuentra el Teatro Molière, que fue considerado el “hogar de la poesía”. Para los amantes del cine, la principal atracción es la “Librairie Scaramouche”, donde se muestra una enorme colección de carteles de cine. Además, hay muchas otras tiendas de arte muy originales.

En el París subterráneo se encuentran las Catacumbas de París. La entrada a estos túneles está, en un principio, prohibida. Pero muchos visitantes clandestinos se han adentrado en estas profundidades. El caso más famoso es el de “La Mexicaine de Perforation”, un movimiento artístico francés que acondicionó una parte de los túneles como un cine.

También podemos recorrer las fronteras del París del Siglo XVIII. En el distrito 8, la Rue de Laborde, la placa firmada por Luis XV marca el límite de la edificación del París de 1729.

La ciudad ofrece también otros museos maravillosos que, aunque no son tan conocidos como El Louvre, muestran la cultura francesa, muchas veces incluso de manera gratuita. Uno de los más curiosos y extraños de es el Museo de Objetos Perdidos, que se encuentra en la Prefectura de Policía de París. A esta pequeña sala llegan cada día unas 700 piezas olvidadas en metros, taxis o museos de la ciudad, que con los años han conformado un fiel reflejo de la evolución de la sociedad francesa a través de sus pertenencias.

El Museo del Alcantarillado es otra de las mejores opciones si buscas una experiencia diferente. Está ubicado en un lugar muy curioso, dentro de los túneles de alcantarillado parisino. A la vez que recorres los húmedos y oscuros pasillos, puedes aprender el funcionamiento de las alcantarillas parisinas y su historia. Un lugar digno de ver, según muchos turistas.

El Mercado de las flores es otro de los lugares, casi de obligada visita, si viajas a París. Se encuentra en la salida de la estación de metro “Cité” y está construido a base de estructuras metálicas. Puedes encontrar todo tipo de flores, desde las más sencillas y tradicionales, hasta las más extrañas, como plantas carnívoras. Está abierto durante todo el año y los domingos, las flores dejan el espacio a los pájaros, lo que explica que puedas encontrar jaulas preciosas y numerosas especies exóticas.

Y no podemos dejar escapar el Museo del chocolate (Choco-Story, 28 boulevard Bonne Nouvelle), donde cuentan con más de mil piezas de colección en un templo al pecado del cacao. Permite incluso fabricar tu propio chocolate, e incluye degustaciones y talleres.

Por otro lado, muy poca gente sabe que, al igual que en Madrid, podemos encontrar en la ciudad francesa el Kilómetro Cero, conocido como point zéro. Se encuentra en la entrada principal de la catedral de Notre Dame y se trata de una estrella de bronce encajada en el pavimento, que marca el comienzo de las autovías principales de Francia. Es en Notre Dame, y en muchas iglesias de París, donde actúan, por un precio bastante recomendados, coros de góspel. Una experiencia altamente recomendable en la que citan como la ciudad con mayor oferta cultural. Un plan perfecto si lo unimos a una cena tan clásica como la de catar el bocadillo francés, por ejemplo, en Comptoit de la Gastronomie (Les Halles).

LOS RINCONES DE PARÍS QUE NO APARECEN EN LAS GUÍAS TURÍSTICAS

Y para relajarse después de una larga jornada turística, lo mejor que se puede hacer en París es descansar y preparar un picnic en alguno de los numerosos parques que tiene la ciudad. El primero no es uno de los parques más conocidos, pero el Bois de Boulougne posee un tamaño muy superior al del Central Park de Nueva York o al de Hyde Park en Londres y es una de las zonas más recomendables para visitar con niños, ya que, en la parte norte, cuenta con un parque de atracciones y una reserva de animales. Además, se encuentra en la zona oeste de París y se puede llegar a él en metro. Es un auténtico paraíso para todos aquellos amantes de la naturaleza.

Por último, en el centro de París se encuentra escondido el Jardín de Lady Di, un parque que las autoridades dedicaron a la princesa británica. Solo se puede visitar los sábados y los domingos, pero merece la pena dar un paseo por este tranquilo oasis.

Un sinfín de sugerencias que por lo general no recogen las guías turísticas comunes. Pero sin duda, una lista de sitios que aumenta a medida que los apasionados viajeros se aventuran a conocer. Y vosotros ¿Qué rincón de París recomendáis?

Patricia Terroba Oliván

@patricia_trrb

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