
El Equipo de ColumnaZero y los recién llegados a Montepinar comparten sensaciones de la estrenada novena temporada de “La que se avecina”.
‘La que se avecina’ tiene todo preparado para ir dando, progresivamente, la bienvenida a tres personajes que darán mucho que hablar. Detrás de ellos hay tres actores muy conocidos por todos: Loles León, Luis Merlo y Miren Ibarguren.
Loles León es, quizás, uno de los fichajes más inesperados pero deseados por el público. Tras abandonar ‘Aquí no hay quien viva’ y con ella la desaparición del personaje de Paloma, muchos espectadores deseaban verla en esta nueva comunidad. Su llegada será como Menchu, con un perfil fuerte y peculiar, como no podría ser de otra forma.
ColumnaZero: ¿Cómo ha sido la incorporación a ‘LQSA’?
Loles León: Fue estupendo y muy gratificante. Había un ambiente buenísimo y sobre todo, era muy esperada. Siempre gusta que cuando llegues a un sitio seas bienvenida y con alegría demostrada.
CZ: Tú llegada a la serie de Telecinco ha sido toda una sorpresa, ¿cómo se gestó todo esto?
L.L.: Al principio, íbamos cada uno por su lado y no había habido contacto para incorporarme. Es cierto que sí contactamos para otras cosas, pero no llegamos a entendernos. Tras una entrevista Alberto Caballero recogió el guante y contestó que estaban encantado si quería formar parte. Un día me mandó un mensaje y quedamos, me gustó mucho la forma y la manera. Lo cierto es que me incorporé tarde, porque querían un personaje un poco fijo, y solo he estado en tres capítulos.
CZ: Menchu, tu personaje, llega del brazo de su hija…
L.L.: Sí, es estupenda y muy intensa. Con Yoli (Miren Ibarguren) es como si fueran siamesas porque están todo el día conectadas. Al llegar a Montepinar lo revolucionan todo pero se encuentran con muchos personajes que…ahí se crea unas tramas muy divertidas. Nos lo hemos pasado muy bien y ha sido de morirte de risa.
CZ: Has tenido la posibilidad de trabajar codo con codo con Miren, ¿cómo ha sido?
L.L.: Es todo un descubrimiento y hemos encajado muy bien. Es una actriz con mucha energía, muy potente y con mucha resistencia a cualquier situación. Nos queremos muchísimos y estamos, ahora mismo, como “enamoradas”.
CZ: Siempre, cuando vuelve un actor de ‘ANHQV’ hay guiños con otros personajes. ¿Con quién los tendrá el tuyo?
L.L.: No hay mucha demostración de nada. Alberto quería solo unas pinceladitas y unas cosas sutiles. Menchu lo que pasa es quiere cambiar su vida y va a intentar seducir al alcalde, a Enrique (José Luis Gil). Pero también tendrá rollo con Fermín (Fernando Tejero)…Ella busca rollo con quien sea porque quiere quedarse allí, ahora mismo están de “okupas”. Tienen que buscar la continuidad y creo que algo harán.
CZ: ¿Has seguido la serie durante este tiempo?
L.L.: La verdad es que no, me fui para todo. Me desentendí totalmente y no quería ver nada. Evidentemente, me gustaba mucho ‘ANHQV’ y estar ella, pero había momentos en los que mi cupo de aguante se cubrió. A lo mejor, como contaron ellos, eran circunstancias diferentes. En ese instante, quería resistir y, cuando tu cuerpo te avisa, te vas a otra cosa. De esta ni me enteré, pero es algo que me gusta. He visto algún trozo pero me gusta que sea nuevo y sin saber con quién es y lo que hace. Es como empezar un trabajo nuevo.
CZ: Mientras tanto, y entre el teatro y demás proyectos, formaste parte de ‘Amigas y conocidas’, el programa de TVE…
L.L.: El programa cuando llegó a antena ya tenía cinco años desde que hubiera sido presentado a la cadena por Inés Ballester. Cuando salió ‘Hable con ella’ fue cuando salió. No soy ni entrevistadora, ni presentadora, ni tertuliana, ni nada de eso. Soy actriz y puntualmente hago estos programas. Cuando hay un papel de actriz lo dejo todo y estas etapas son cuando no ha habido papel.
CZ: Tu salida del programa fue bastante sonada, ¿cómo se produjo?
L.L.: El título, además, es mío y se lo regalé a TVE. Estaba muy vinculada y comprometida en ese programa. Lo que pasa es que se fue separando de lo que, en principio, queríamos dar. Era un programa similar al de Whoopy Golberg de la televisión americana, donde había mucha gente y hablaban de todo. Aquí, al final, se convirtió en dar continuidad a los temas de la mañana y no me sentía tan identificada, me fui desinflando.
CZ: Se llegó, incluso, a hablar de despido…
L.L.: Lo que pasó es que no me renovaron. Hubo un momento en el que saqué un lazo naranja, que me comentaron que no lo sacara, pero soy muy rebelde. A partir de ahí ya empezaron a decaer las buenas relaciones, pero no por parte de la directiva de TVE con la que no he tenido ningún problema. Me lo puse en solidaridad y había una serie de cosas que no gustaban y estaba esperando trabajos de actriz.
CZ: En muchas ocasiones se dice que las actrices más maduras tienen menos papeles y los que tienen son de ‘madre de…’
L.L.: Creo que son más tópicos que otra cosa. Evidentemente actúan más los jóvenes que los mayores. Siempre hay una doctora, una psicóloga o una consejera que suelen ser actrices más mayores. No en todos los sitios, pero siempre hay más oportunidades. Es cierto que trabajo menos que cuando era más joven, pero van surgiendo, de cuando en cuando, personajes como estos en ‘LQSA’ que todavía tienen cuerda.
Luis Merlo es otro de los actores del elenco original de la serie que emitió Antena 3 que se esperaba como “agua de mayo”. Dejando atrás a Mauri, ahora se pondrá en la piel de un excéntrico y miedoso paciente de Judith, cuya dependencia de terapia le llevará al extremo.
ColumnaZero: ¿Cómo es tu personaje?
Luis Merlo: Es un hombre que toca el piano como los ángeles. Como se menciona en la serie, da conciertos internacionalmente y es lo único que sabe hacer. No tiene ni idea de cómo vivir, relacionarse o tener amigos. Además, le acaba de dejar su mujer y tiene todas las fobias que se pueden tener.
CZ: Este personaje seguro te ha transmitido muchas y diferentes sensaciones…
L.M.: Cuando de entrada, escriben un personaje pensando en ti y es como es, te dan la confianza de que los creadores confían en ti como actor porque es un personaje que está en el extremo emocional y, por lo tanto, su comportamiento también. Creo que es la primera vez que hago un registro al límite. Nunca, además, había hecho un personaje de pura sitcom americana, lleno de tics internos, de histeria, de ese sin miedo.
En este país, y en este trabajo, hay mucho miedo a algo que creo que nos define: a la exageración. Estoy harto, personalmente, de la palabra naturalismo, tiene que estar natural si el personaje así lo requiere. Lo que quiero es que sea el exceso verdad pero no natural, porque ese exceso no es natural y no se lo recomiendo a nadie.
CZ: ¿Cómo ha sido la vuelta al equipo que ya estaba en ‘Aquí no hay quien viva’?
L.M.: Ha sido brutal. Estoy verdaderamente apasionado. El reencuentro es maravilloso pero luego hay que olvidarlo y enfocarlo como un nuevo proyecto, un nuevo personaje y una nueva serie porque, si no, estás condenado a repetir.
CZ: ¿Tenía, entonces, que pasar un tiempo para volver?
L.M.: Sí, sin duda. Por aquel momento, había un personaje que me había cambiado la vida y continuar en el mismo contexto era imposible si no dejaba pasar un tiempo. Que hubiera podido hacer algo tan cercano emocionalmente como había sido Mauri, parecerse a aquel vuelco en mi vida… habría ido para abajo. Sin embargo, ahora con la perspectiva del tiempo si me regalaron Mauri, Bruno es otro regalo con un ADN totalmente distinto. Es muy importante volver a querer, creer que no querías y volver a hacerlo. Gracias a Alberto y a Laura me he dado cuenta de lo muchísimo que les he querido y que les quiero.
CZ: ¿Qué diferencias encontrarías con ‘ANHQV’?
L.M.: Es otro código como espectador. Aquí vamos a ver una pista en la que se corre a 280 por hora. Quería quedarme en esta pista y jugar con ellos. En su primer capítulo no le pueden pasar ya más cosas… Posiblemente, y exagerando, lo que pasa en una secuencia de esta serie podía dar vida a un capítulo de ‘ANHQV’. Esto es la comedia enloquecida y el actor que lo interpreta tiene, un poco, que enloquecer.
CZ: La incursión en Montepinar, ¿cómo se produce?
L.M.: El vínculo de unión de mi aparición en esa serie es mi terapeuta. Pero después de eso, había que incluirme en la comunidad. Tienen mucho talento, la verdad. La música ha sido como una especie de enloquecido flautista de Hamelin que ha traído algo a la comunidad. He contado con la ayuda de un maestro concertista de piano y luego con la investigación de las obras audiovisuales. Sí es cierto que toco el piano como hobbie, pero, a través de unos efectos más investigados en esta temporada, el cuerpo es el del maestro y la cabeza es mía.
CZ: ¿Ha llegado Bruno para quedarse?, ¿podría tener continuidad?
L.M.: Sí. Primero solo quise el reencuentro personal, y luego vino el profesional. En este caso, afortunadamente, ni por su parte ni por la mía, queremos que termine.
CZ: ¿Qué te impulsó a dar este nuevo salto?
L.M.: Cuando tienes algún productor, como mi hermano, que sabe hacer muy bien su oficio, tienes un buen texto y compañeros, puedes estar tres años haciendo lo mismo pero intentando conseguir que todos los días parezcan el primero. Inevitablemente cualquier actor que tenga cierta inquietud quiere probar algo nuevo. Un personaje en cine o en televisión surge por primera vez, tiene una secuencia y no la vuelves a repetir. Necesitaba esa primera vez, no la he provocado, ha sido casi un encuentro fortuito. Sin dejar de hacer teatro, es la frescura de un personaje nuevo lo que me apetecía.
CZ: Estamos ante una “edad de Oro” televisiva, ¿qué piensas al respecto?
L.M.: Ahora el mundo de la creación a nivel internacional, no solo en este país, está en la televisión. La inversión para hacer una película es brutal, el tiempo de producción, rodaje y post también. En televisión se pueden desarrollar, por otra parte, de manera más rápida, al igual que rodar y en la emisión ya sabes lo que sucede. Ahora hay una tv en donde podemos considerar que, en vez de 13 capítulos, hay 13 pequeñas películas de diferentes géneros. Ves, además, actores de cine que ya están metidos ahí. Me fascina este medio porque tiene una inmediatez y una prisa que te crea una energía muy saludable para un personaje.
Miren Ibarguren es la tercera en la ecuación dispuesta a poner toda la vida de la comunidad patas arriba. Yoli ha encontrado el amor con Amador y no está dispuesta a dejarlo pasar. Pero, su arrolladora personalidad no pondrá a nadie las cosas claras.
ColumnaZero: ¿Cómo llegó el proyecto?
Miren Ibarguren: Se cayó ‘Anclados’ y después me comentó Alberto si me apetecía entrar en la serie. Me escribieron un papel muy bonito, aprovechando que venía además Loles. Creo que he caído en el mejor momento, como si me “hubiera venido Dios a ver”.
CZ: Loles León se pone en la piel de tu madre en la ficción, ¿cómo ha sido trabajar junto a ella?
M.I.: Aprendes muchísimo desde cómo te tienes que comportar en un plató, a decir algunas frases…tiene todos los trucos del mundo. Caer justo en ese momento en el que ella se reincorpora…el papel de las dos está muy bien escrito y es muy para nosotras.
CZ: ¿Cuáles son las tramas en las que se ve involucrada Yoli, tu personaje?
M.I.: Soy la nueva novia de Amador (Pablo Chiapella). Se separa de Maite y entonces nos conocemos en mi tienda. Ella se cree que es diseñadora y está un poco fuera de la realidad. Lleva, además, unas pintas que no os podéis ni imaginar. Es un poco bipolar pero da mucho juego. He hecho, de momento, solo seis capítulos y no he tenido oportunidad de tener trama con muchos más. Es todo muy actual y muy divertido de hacer.
CZ: ¿Cómo has sentido que te han recibido?
M.I.: Muy bien. Es como decía Luis, que entras a 60 y ellos van a 280. Al final es un trabajo y hay que recibir a gente. La verdad es que muy bien y todos muy majos.
CZ: ¿Tuviste la oportunidad de darle una vuelta al personaje cuando te llegó?
M.I.: Ellos ya escriben para ti sabiendo lo que mejor haces, es la suerte que tienes. Al ser una empresa muy grande, por el equipo, los guionistas son cuatro. Si te conocen y te han visto en otras cosas ya saben.
CZ: Supongo que habría tensión a la hora de enfrentarse a formar parte de una serie con tanta trayectoria…
M.I.: Yo llevo mucho tirón ya. En ‘Aída’, de hecho, me incorporé ya cuando se fue Carmen Machi. Hay que ser humilde y trabajadora porque hay mucha gente que entra y sale de las series. Incorporarse en un sitio nuevo es como en cualquier lado, todo es aprender.
CZ: ¿Cómo llevas el ritmo frenético siempre en series que exigen mucho en el rodaje?
M.I.: A mí me gusta. Mucha gente piensa que no paras de trabajar porque, por ejemplo, se repiten mucho las series como ‘Aida’ en FDF, te están viendo todos los días y para ellos es así. Pero, en realidad, a lo mejor estás en casa y llevas un año parada.
CZ: Tu personaje, ¿va a tener continuidad en una décima temporada?
M.I.: Sí. Yo creo que sí, que algo se oye. Lo que pasa es que estas cosas no son seguras. También nos prometieron la segunda de ‘Anclados’ y fíjate. Esto no se puede decir…
Mary Pastor