
La editorial Libros del KO se ha hecho un nombre en el panorama literario hispano. Su lema “Hacemos grande el reportaje periodístico” es la razón de ser de un grupo de apasionados por las buenas historias.
Las declaraciones de un soldado norteamericano presente en las torturas de la Guerra de Irak, las claves de la supervivencia de los 33 mineros chilenos que quedaron atrapados 70 días bajo tierra, los momentos más asombrosos del Tour de Francia o los entresijos de una prisión de mujeres peruana. Toda esta miscelánea de historias cabe bajo el paraguas de la editorial Libros del KO.
Tras la publicación de todos estos relatos, subyace la idea de recuperar el libro como formato periodístico. “Estamos especializados en periodismo, en no ficción”, cuenta Emilio Sánchez Mediavilla, uno de los cuatro socios de la editorial. “Publicamos reportajes y crónicas en formato libro, una tradición que estaba olvidada en España”, dice. El libro ha sido un formato que tradicionalmente ha comulgado con el periodismo. El gran reportaje periodístico o la simple recopilación de historias se han editado y vendido en las librerías junto a novelas de ficción. Sin embargo, “en España aún no existía una firma especializada en no ficción. Había colecciones de editoriales como Anagrama o Debate, pero solo eran colecciones”, analiza Emilio. Por un lado, el libro permite que el autor muestre su prosa abiertamente, sin limitaciones de espacio y sin las prisas y empujones de los cierres de edición. Por otro, favorece que el lector disfrute en profundidad de la historia dándole la posibilidad de paladearla.
El periodista Enric González, corresponsal en ciudades como Nueva York, Roma o Jerusalén y ahora uno de los autores en lista de Libros del KO, dio sin querer el aldabonazo definitivo para que Emilio y su amigo Álvaro llevasen a cabo su idea. “Vimos una entrevista suya en la que decía que en el futuro el periodismo se haría en los libros. Nos agarramos mucho a esa idea y dijimos “si lo ha dicho Enric González, pues vamos para adelante”, comenta Emilio.
La primera historia que publicaron llegó a sus manos en 2011. “Aún no nos habíamos constituido como empresa, no teníamos ni nombre”, confiesa Emilio. Pero la casualidad puso en sus manos el relato de un soldado norteamericano que participó en las torturas cometidas por su ejército en las guerras de Irak y Afganistán. “En el congreso de periodismo digital de Huesca conocí a Alfonso Armada. Le conté mi proyecto y él me habló sobre Pablo Pardo, que es corresponsal de El Mundo en Washington. Me dijo que tenía una buena historia y que quería escribir un libro, pero que no encontraba editor”, explica. Así llegó “El Monstruo. Memorias de un interrogador”, el primer libro de la editorial.
Después de ésta, llegaron 16 historias más. Algunas desde el otro lado del Atlántico. Libros del KO tiene una sede en México D.F., donde vive Álvaro, el otro fundador. “Nos viene genial porque allí hay muchos autores interesantes o ciertas revistas que nos interesan mucho”, confiesa Emilio. Uno de esos autores es el peruano Marco Avilés, autor de “Día de Visita”, libro que trata sobre la vida de las internas en un penal peruano para mujeres. “Marco Avilés es un tío fantástico, se pegó un gran trabajo yendo a la cárcel para conocer a las reclusas y su vida. El libro es una maravilla, está tremendamente bien escrito, pero son temas que es difícil que enganchen al gran público y mucha gente no les da siquiera una oportunidad”, explica Emilio.
En las publicaciones de la editorial se mezclan historias de todo tipo. Cuando Emilio escucha la pregunta de si hay algún tema que preferiría obviar, niega rotundamente. “De hecho, algo que me gustaría hacer sería escribir un libro sobre necrológicas”, confiesa entre risas. “Me parece un género muy interesante y en el que te encuentras personajes fascinantes. No te hablo de la necrológica más habitual, la de los rostros más conocidos, me refiero a las historias anónimas: a la vida del último soldado que participó en una batalla de la Primera Guerra Mundial, de un científico o de uno de los jugadores uruguayos que marcaron en el Maracanazo de Brasil ‘50”, explica. Emilio asume su pasión por las buenas historias, esas conocidas como las que agarran al lector por la solapa desde el primer párrafo y nunca jamás le sueltan.”Como lectores de periódicos, nos interesa todo. Al final, una buena historia, un buen relato, te lo puedes encontrar en cualquier página”, argumenta.
Tal es la variedad de los relatos de Libros del KO, que Emilio duda cuando le preguntamos sobre los adjetivos que definirían a algunos de los 17 libros de la colección. “¿El libro marciano?”, repite, “Hummm…quizá “Los mercaderes del Ché”, de Álex Ayala. Son 12 crónicas sobre personajes e historias de Bolivia, algunas verdaderamente marcianas. Son una especie de realismo mágico pero de no ficción, historias que te sorprenden mucho”. Cuando se habla de exotismo, por el contrario, Emilio saca de su cabeza la respuesta rápidamente: “El autoestopista de Grozni”, afirma. El libro del periodista Ramón Lobo sobre la unión de fútbol y guerra tiene para el editor “un exotismo algo macabro, pero que no deja de llevarte a lugares lejanos: desde Sierra leona, Irak, pasando por Chechenia”.
El deporte, y en especial el fútbol, es una de las constantes en las publicaciones de Libros del KO. La colección Hooligans Ilustrados, libros de pequeño formato sobre las vivencias futbolísticas y sentimentales de firmas reconocidas –“menos intoxicadas de la jerga del deporte”, apostilla Emilio- es uno de los pilares de la editorial. El nombre de la colección encaja a la perfección con su razón de ser: “reivindicar el forofismo del fútbol pero desde un punto de vista más literario”, explica el editor. “Los autores hablan de un equipo de fútbol, pero al final es una excusa para hablar de ellos, de su ciudad. Es una colección que está en pleno crecimiento”, señala Emilio. Poco más de 60 páginas en las que caben firmas como las de Manuel Jabois, Enric González o Antonio Luque -Señor Chinarro-, encargados de contar las experiencias que les unen con el Real Madrid, el Espanyol o el Betis, respectivamente. “Son libros que se leen muy rápido y se adaptan perfectamente a un tono gamberro”, define Emilio, en ocasiones, se trata “casi de un ajuste de cuentas entre el autor, la ciudad de Sevilla y el Betis, como es el caso del libro de Antonio Luque”.
Entre todos los títulos de Hooligans Ilustrados, “Mi abuela y 10 más”, el libro de Ander Izaguirre sobre la huella de la Real Sociedad en su vida, es para Emilio la publicación más sentimental de la editorial. “El personaje de la abuela de Ander es increíble. En la presentación casi llora recordándola”, señala. El autor donostiarra se confiesa “más de ciclismo que de fútbol” –de hecho, su título “Plomo en los bolsillos”, editado por Libros del KO, versa sobre las historias más curiosas del Tour de Francia-, pero aún así acude cada 15 días a Anoeta. Habla con nostalgia de la bandera a cuadros blanquiazules que le hizo su abuela, y de su primer recuerdo, cuando escuchó por la radio un gol en El Molinón que le daba la Liga a los ‘txurriurdines’ en el último suspiro.
De entre todos estos Hooligans Ilustrados, herederos del fútbol de sombrero y puro, destaca la figura de Enric González, un nombre ligado inexorablemente a Libros del KO. El ex corresponsal se define como un periodista perezoso, “alguien a quien le gusta más leer que escribir”, cuenta Emilio. “Su padre, Franciso González de Ledesma, era un escritor de novela negra. Fue represaliado durante la guerra y no pudo trabajar nunca en ningún periódico, así que lo que hacía era trabajar de abogado durante el día y escribir novelas populares del oeste durante la noche bajo pseudónimo. Escribía una novela a la semana, y Enric recuerda a su padre sentado frente a la máquina de escribir. Así que por eso él siempre dice que ha intentado huir de esa grafomanía”, explica Emilio. González y Ramón Lobo son las firmas más renombradas de la editorial, junto con otros autores en claro crecimiento como Manuel Jabois. Sin embargo, al contrario de lo que pueda parecer, Emilio niega el peso de las firmas en la balanza de las ventas. “Enric González tiene publicado todos sus libros en RBA, y ahora otro con JotDown, y claro, como nuestro libro es el pequeñito, cuando se habla de ellos el nuestro parece el menos importante. Con Ramón Lobo nos pasa algo parecido. Es un placer porque son periodistas que nos gustan mucho, pero muchas veces por publicar a alguien más famoso tampoco te asegura que vaya a funcionar mejor que otros. El libro de Enric, por ejemplo, está empezando a funcionar ahora, pero le costó arrancar”, confiesa Emilio.
“A veces, los autores más famosos te miran raro y deben pensar “pero tú quién eres para proponerme cambios”, bromea el editor cuando se le pregunta sobre cómo es el trabajo con las firmas de más caché. Emilio no niega que haya habido discusiones, siempre en el terreno profesional entre sus papeles de editor y autor. “Yo creo que es positivo que se discuta”, señala Emilio, quien aboga por un proceso de tesis-antítesis-síntesis entre las dos figuras.” Con Lobo –Ramón- hicimos unos primeros cambios que le parecieron muy sensatos. Después nos mandó una segunda versión y nosotros le volvimos a proponer algunas modificaciones, y ahí fue cuando él ya se plantó y dijo que no lo tocaba más”, cuenta.
Para los miembros de Libros del KO, el éxito no se gana tanto por la presencia de las grandes firmas, si no por el trabajo diario, algo que recalca Emilio. El reconocimiento llega también en el aspecto de las ventas, donde tras unos meses de incertidumbre –donde estuvieron “un poco cagados” como confiesa Emilio- la tendencia comienza a invertirse. “En los últimos meses hemos visto una evolución positiva. Ha habido algunos libros que han vendido muy bien, como “Plomo en los bolsillos”, que ya va por la 5ª edición y él solo ha vendido más que los tres últimos juntos. Estos últimos meses con el de “Los de la ETA han asesinado a tu hijo”, el nuevo de Ander y el de “La banda que escribía torcido” han funcionado muy bien”, señala.
Entre los que no han vendido tan bien, “Estamos bien, en el refugio los 33”, el libro de Francisco Peregil sobre la historia de los mineros chilenos, es el que más ha sorprendido a los editores. “Es un libro para aprender muchísimo de arquitectura, de cómo construir un relato de casi 60 personajes que se van cruzando y mezclando por el tiempo. Pero el problema que tuvo el libro es que el tema de los mineros ya no interesa”, explica Emilio. La historia de los mineros chilenos desapareció de los medios de un plumazo y los héroes supervivientes volvieron al anonimato. En medio, el interés por se diluyó como un azucarillo tras el ‘happy ending’, como si esta película no se mereciera una secuela. “Lo hemos visto en las ferias, donde tenemos el stand y la gente se acerca para ver todo nuestro catálogo. Al final, acabas vendiendo un ejemplar de cualquier libro, pero con el de los mineros nos ha pasado que se lo hemos ofrecido a la gente y nos han dicho que el tema no les interesaba. Ha sido muy difícil moverlo”, cuenta Emilio.
Pese a los altibajos en las ventas, el editor considera que Libros del KO está empezando a tener el favor de los lectores. “En un primer nicho de gente del mundillo creo que ya empezamos a tener algo de nombre. Pero es solo el primer círculo concéntrico y hay que ampliar eso”, señala. El reto está en llegar al gran público: “No queremos hacer un producto endogámico, sólo para periodistas o para estudiantes de periodismo”, recalca.
Para ello, la editorial ya tiene sobre la mesa nuevas propuestas con las que tentar al público. “Tenemos una cosa de Eugenio Gascón, antiguo corresponsal en Jerusalén, que es una especie de dietario sobre el día a día de la política en Israel, la relación con los palestinos y con una serie de reflexiones sobre el integrismo religioso y político en Oriente Medio”, cuenta. “Luego tenemos una cosa sobre Moscú de Daniel Utrilla, que fue corresponsal en El Mundo”, anticipa Emilio, “y también hay por ahí una antología de Manuel Alcántara, un articulista mítico, de crónicas de boxeo que aparecían en el Marca en los años 50”. Hooligans Ilustrados también continuará proporcionando a los lectores peculiares formas de ver y sentir el fútbol, aunque los proyectos están aún en pañales, explica Emilio.
“Todo va a salir mal. Y nos parece estupendo”, refleja la web de la editorial en uno de sus apartados. “Es una frase que nos permite huir un poco de cierta grandilocuencia de todo lo que sale ahora y que dice que hay que salvar el periodismo. Esto simplemente lo hemos montado porque nos gusta el periodismo, no pretendemos ni salvarlo ni reinventar nada. Incluso posiblemente salga mal, y lo reconocemos”, explica Emilio. En Libros del KO prefieren quedarse más con el camino recorrido que con el resultado de esta aventura editorial. Los finales no son más que el último paso de una historia, eso que los autores de la editorial buscan trasmitir en formato libro. “No vamos a dar lecciones ni a ser gurús”, afirma Emilio, un apasionado de las buenas historias.
Miguel Veríssimo