
El siglo XXI trajo consigo muchas modernidades y avances, pero si un sector ha visto una evolución relevante junto al de la tecnología, ese es el del ocio. Los planes de cine, de partida de cartas o de paseo por el centro, si bien están muy bien y nunca van a pasar de moda, están viendo cómo a su alrededor surgen otras formas de entretenimiento. El paintball, las pistas de patinaje con música disco, las gymkanas para adultos o las scape room han llegado para quedarse y entretenernos de otra forma.
Estas últimas, las salas de escape o scape rooms han pasado de ser algo muy poco conocido a ser una de las formas preferidas de empresas y grupos de amigos para hacer actividades de team building o formación de grupo. Es una actividad lúdica que ha revolucionado la forma de relacionarse y que cada vez más empresas utilizan para afianzar las relaciones entre los distintos departamentos de la compañía.
Para explicarlo de forma fácil, son emprendedores (hay varias por todo Madrid y Barcelona) que tienen distintas habitaciones con temáticas distintas. En estas habitaciones hay diversas pistas, acertijos, candados y enigmas que resolver por el grupo que entra en la habitación. Generalmente hay un límite de tiempo (una hora por ejemplo) y un objetivo: salir de la sala antes de que el tiempo finalice. Además, las salas generalmente siguen una temática, puede ser una oficina abandonada o la habitación de un hotel en la que se ha cometido un asesinato. Durante esa hora, te convertirás en un agente de la FBI, un preso que quiere salir de la cárcel o un científico loco que quiere destruir el mundo.
Durante todo momento el grupo es vigilado por alguien de la empresa con una cámara de seguridad. Esta persona se asegura de que el grupo está desarrollando la actividad adecuadamente y además tiene la capacidad de dar pistas si el grupo así lo pide, pues hay veces que los grupos se atascan y no saben por dónde seguir.
En una sala de escape hay un objetivo común y para conseguirlo todos tienen que dar lo mejor de sí mismos. A veces hay que aplicar la lógica, hacer operaciones matemáticas, fiarse de tu intuición o hacer caso al compañero pesado de turno que por desgracia lleva razón: todo es parte de la experiencia.
No todos los grupos consiguen desvelar todos los secretos y descubrir todas las pistas que existen en la habitación, depende de cómo se gestionan el tiempo, cómo se organizan y lo bien que se comunican entre sí para poder ser más eficientes y maximizar el tiempo que pasan dentro. Pero cuando tu grupo lo consigue, ¡La sensación de superación es increíble!
Y como para contarlo hay que vivirlo nos fuimos a probar la sala de escape LEVER, en calle Carranza 5 (Metro Bilbao) en Madrid. ¡Y quedamos encantados!
Así que ya sabes, si hay riñas con el nuevo novio de la abuela en las cenas de navidad o tiranteces en un grupo de trabajo, ya sabéis que regalar a vuestros amigos o compañeros de trabajo este 25 de diciembre.
Alberto Avellana