A pesar que un estudio de Hartford revela que la mayoría de los responsables de pequeñas y medianas empresas consideran que hay muy pocas probabilidades de que su compañía sufra robo de datos, lo cierto es que a lo largo de 2012 ha aumentado notablemente el interés de los ciberdelincuentes, dada la falta de estrategias de seguridad de éstas. A nivel mundial, cada segundo, se producen hasta 4 ataques a pymes.
Un ataque repercute negativamente en la imagen corporativa de la empresa, a su relación con los clientes e incluso a su productividad si opera funcionalmente a través de la red. Los tipos de datos robados van desde los números de seguridad social, a información personal de los empleados o clientes, hasta datos para realizar transacciones bancarias en línea. Los códigos maliciosos pueden crear agujeros en nuestras empresas que podemos evitar cambiando la visión de que la seguridad no es un costo, sino una inversión y una solución para bloquear que su entidad sea usada como puente para atacar a otras.
Incluso los hackers han conseguido acceder a los sistemas de las empresas atacando los dispositivos móviles de los empleados que usaban para acceder a las base de datos de la corporación, o bien simplemente para recopilar información guardada en los mismos por perfiles como comerciales, recursos humanos y relaciones públicas.
Una seguridad perimetral en nuestra empresa que actuase como navaja suiza para cualquier tipo de ataque exterior optimizará los resultados empresariales disminuyendo la gestión de riesgo.
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