JUAN GONZALO OSPINA, EL ABOGADO DE LA VERDAD

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Es el letrado penalista que está destacando en muchos de los casos más sonados que se dirimen en Madrid.

¿Quién es Juan Gonzalo Ospina? Juan Gonzalo Ospina, o Juango, como es conocido no sólo entre sus amigos sino entre buena parte de la Abogacía Madrileña, es licenciado en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad de ICADE. También ha realizado estudios complementarios en prestigiosas universidades como la española IESE o un curso de Liderazgo y Negociación en Harvard. Sin embargo, si por algo destaca Ospina es por su capacidad de análisis y diálogo en los casos jurídicos en los que participa desde su firma jurídica ‘Ospina Abogados’ –www.ospina.es– ubicada en General Pardiñas, en la almendra en la que se alojan no pocos de los despachos de referencia.

Ospina se define a sí mismo como un abogado más, que se limita a defender ley, a buscar lo justo, y a preguntas de este diario, “a defender la verdad de lo que ha ocurrido en cada caso” que los clientes ponen en sus manos. Su figura es algo peculiar: joven, educado y un notable conversador, lo que le hace conseguir de manera habitual lo que persigue, que no es otra cosa que acuerdos con las acusaciones particulares, conformidades con la fiscalía, absoluciones o condenas con penas más benevolentes a las solicitadas por las partes.

Juan Gonzalo Ospina se formaría como penalista de la mano de los mejores juristas de España, el fiscal en excedencia de la Audiencia Nacional Ignacio Gordillo, el ex vocal del Consejo General del Poder Judicial y juez en excedencia Agustín Azparren o el actual fiscal del Tribunal Supremo Javier Muñoz Cuesta fueron algunos de sus maestros durante el tiempo en el que trabajó en el conocido despacho de abogados Martínez-Echevarria, primer despacho en número de abogados andaluz. Algunos de sus compañeros dicen de él, era el primero y el último. Entraba a trabajar cuando todavía estaban limpiando la oficina y salía de madrugada. Muy trabajador, algunos de sus jefes refieren de él que no le gustaba dejar los casos hasta que no sabía, desde una realidad jurídica, todo de ellos: sus alternativas legales, jurisprudencia, doctrina, derecho comparado o sentencias similares al caso particular.

La línea de defensa: cómo jugar las cartas…y cuáles

Todo está en la ley”, así refiere Ospina a sus clientes cuando éstos reclaman y contratan su asesoramiento. “Es necesario trazar la línea de defensa de cada caso, analizar las evidencias, indicios, declaraciones, informes que obren en las actuaciones para, desde esa verdad formal de los autos judiciales, buscar la verdad material lo que realmente ocurrió”. Según Ospina, el penalista no sólo defiende los derechos y libertades de sus clientes sino que ha de aplicar la ley a cada caso, pelear para que su aplicación sea proporcional y, lo más importante, que sea justa. Ospina no ve a los abogados contrarios como enemigos sino como oportunidades, aliados. Es de esa clase de abogados que entiende que la negociación y el diálogo son herramientas útiles (a veces imprescindibles) para buscar las mejores alternativas y ventajas a sus clientes: “éstos terminan pasando pero los compañeros permanecen”.

Los clientes: centro absoluto de referencia

En sus foros de penal, Ospina asegura sistemáticamente que “lo caliente o preocupante no es el delito sino el tipo de persona que hay detrás. Es decir, lo grave no es defender al acusado de violación o crimen organizado, sino el hecho de ver si el cliente es de confianza, sincero, si respeta y entiende la labor del abogado”.

En su limitada pero fulgurante trayectoria, ‘Juango’ ha ejercido como acusación y defensa indistintamente. Envió a prisión a varios acusados de pertenecer a la banda latina Ñetas. Conocido por su presencia habitual en la Audiencia Nacional, habiendo logrado varios éxitos relacionados con derecho penal internacional (como la denegación de la extradición de diferentes clientes) - o la libertad por prescripción de la pena - por haber participado en distintos casos relacionados con delitos económicos (fiscales, contra la Hacienda Pública, estafas), Ospina no cierra su campo a ningún tipo de clientes, y eso está empezando a abarcar alcoholemias, crimen organizado, impagos de pensiones…

La Universidad o la formación como elemento decisivo

Como una parte de los abogados, Ospina combina su pasión por el Derecho Penal en el despacho y los juzgados con la academia. Fue el presidente de los jóvenes abogados de Madrid (AJA) desde el 2013 al 2017, siendo actualmente diputado de la Junta de Gobierno del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, y eso le permite participar no sólo como docente en distintas universidades sino intervenir como cualificado analista en distintos foros mediáticos.

Así, fue profesor de procesal penal en la Universidad Camilo José Cela, y en la actualidad colabora con la universidad Nebrija o la Universidad Europea. Sus alumnos dicen de él que es un profesor “atípico, cercano, amable”, que siempre explica con casos prácticos: “nos invita a sus juicios, nos explica la línea de defensa, y en el informe oral, hace posible lo imposible”, se sorprenden los estudiantes dejando entrever su admiración. Ha participado en distintos foros de penal con jueces como Mercedes Alaya (ERE’s en Andalucía) o el magistrado Eloy Velasco, con frecuencia de manera altruista y sin remuneración.

Juan Gonzalo Ospina, un joven penalista que despunta con paso firme en el complejo mundo del penal, se hace hueco en la capital con un despacho especializado en donde para él lo importante no es el caso sino los derechos en juego del cliente: “nada como defender la libertad como razón de ser y la satisfacción de hacer un buen trabajo”, apuntilla con gesto sereno.

Equipo ColumnaZero

@columnazero

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