ESPECIAL DIRECTORES DE OSCAR: BENNET MILLER

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El elefante dormido.

El talento es un fenómeno misterioso. En ocasiones surge durante el amanecer como una virtud innata. En otros casos permanece adormilado hasta cobrar presencia con el transcurso del tiempo. El talento es un organismo vivo, de identidad mutable y tan caprichoso como Paris Hilton con dinero en efectivo.

Bennett Miller, director nominado a los premios Óscar por Foxcatcher, es un hombre tranquilo, provisto de un talento sosegado. En 1998 presenta el documental The Cruise, y desde entonces espera con paciencia una buena oportunidad mientras interviene en diversas producciones televisivas. Será hasta 2005, año en el que despierta del letargo y estrena la película Capote, un relato centrado en la ambigua personalidad del escritor americano Truman Capote, interpretado de forma magistral por el difunto Phillip Seymour Hoffman. El film, que describe de un modo sobrio y preciso el conflicto moral provocado por una ambición artística desmedida, obtiene el favor unánime de la crítica internacional.

La carrera cinematográfica de Bennett Miller obedece a la estrategia del elefante dormido empleada por Muhammad Alí en el histórico combate contra George Foreman de 1974. La táctica consiste en permanecer en posición defensiva asalto tras asalto, hasta que el oponente, rendido ante la pasividad, baja la guardia. Entonces, el elefante despierta y embiste con furia. Bennett Miller es un cineasta experto en deporte que, como Muhammad Alí, conoce las virtudes de la paciencia. El talento del director no es impuntual, surge en el momento oportuno.

Leer antes de quemar

Bennett Miller cuenta con una filmografía breve pero dotada, desde la primera hasta la última secuencia, de un estilo personal cargado de magnetismo. El director posee una mirada elegante que posa sobre el drama contenido en el silencio y en el espacio vacío, sobre los ritmos lentos pero acechantes, sobre las atmósferas sombrías o melancólicas. Resulta obvio que el cineasta americano domina el oficio, pero además de saber filmar, el afortunado Bennett Miller sabe leer.

El elefante duerme hasta que percibe el aroma de un buen guión. El elefante no escribe, pero escoge con inteligencia. Y en la sabana habitan animales versados en el uso de la pluma. Entre ellos Dan Futterman, un actor de televisión de escaso prestigio, conocido por interpretar papeles secundarios en series como La juez Amy, Sexo en Nueva York o Will y Grace. Pero el talento de Dan Futterman, un elefante dormido de distinta especie, adopta una nueva forma. El modesto actor escribe la adaptación cinematográfica del libro Capote, una biografía de Gerard Clarke y meses después, por decisión de los académicos estadounidenses, obtiene una nominación a los Óscar. No recibe el premio y regresa a la acogedora rutina de la televisión. Tras años de quietud en la sabana, Bennett Miller dirige otro guión de Dan Futterman, un relato original inspirado en las vivencias de Mark Schultz, ganador de las olimpiadas de lucha grecorromana, titulado Foxcatcher.

Antes de rodar la película sobre el trágico caso del luchador olímpico, Bennet Miller filma Moneyball (2011), otro narración de temática deportiva, escrita por los célebres guionistas Steven Zallian (La lista de Schindler, American Gangster) y Aaron Sorkin (Algunos hombres buenos, La red social). Moneyball, elaborada con un meticuloso sentido del ritmo, propone cuestiones trascendentes de forma sutil, como el valor relativo del éxito o la dignidad de la derrota.

Foxcatcher, el sueño dorado

Foxcatcher narra una historia siniestra construida en torno a un medallista olímpico, pero no es una película deportiva en sentido estricto. A diferencia de Moneyball, cuyo dilema radica en la ambivalencia del fracaso y por tanto elabora un discurso sobre los principios del deporte, Foxcatcher trata del dominio de unos sobre otros y es, en último término, un film sobre las formas del poder.

Sin embargo, la lucha grecorromana posee una gran relevancia en el desarrollo del argumento. Las cuidadas secuencias de lucha componen verdaderos modelos de comunicación no verbal. En ellas son resueltas cuestiones sustanciales, en especial durante los entrenamientos de los hermanos Mark y Dave Schultz (Channing Tatum y Mark Ruffalo), donde los agarres, los golpes y los derribos forman un medio para expresar anhelos y frustraciones.

UNA LECTURA POLÍTICA DE LOS OSCAR

Los personajes protagonistas de la película, el luchador introspectivo y el magnate solitario, son seres necesitados de comprensión que viven a la sombra de figuras de autoridad fraternales o maternales. Así surge entre ellos una relación de dependencia patológica, enturbiada por un ambiente opresivo y por los impulsos homosexuales del “Águila Dorada de América” John du Pont, interpretado por un asombroso Steve Carrell.

Foxcatcher muestra con especial claridad el peculiar universo del cineasta americano. Javier Ocaña, en el diario El País, describe el estilo cinematográfico de Bennett Miller con una alusión certera a la forma en que equilibra los recursos fílmicos, como un alquimista que elabora pócimas mediante sustancias audiovisuales: “Hay en el cine de Miller, y en Foxcatcher en particular, una mágica convergencia entre el tempo en los diálogos, el ritmo de montaje, la puesta en escena, la introducción de la música, la tenebrosa fotografía, el tratamiento del sonido, los insertos de objetos y el insólito ejercicio del silencio como clímax dramático”.

El film, de nuevo amparado por la crítica y por numerosos galardones internacionales (entre ellos la Palma de Oro a mejor director en el Festival de Cannes), cuenta con cinco nominaciones a los Óscar: mejor director, guión original, actor protagonista, actor secundario y maquillaje.

Sorprende que Foxcatcher no sea candidata a mejor película, pero, sin ánimo de especular, es un hecho constatable que en dicha categoría cuatro de cada cinco dedos apuntan hacia el virtuoso film de Alejandro González Iñárritu, Birdman. Pese a todo, las otras candidaturas y en concreto la dedicada a mejor dirección abren la posibilidad de que, la noche del domingo 22 de febrero, el elefante somnoliento sea bendecido con un sueño dorado.

Foxcatcher es un drama psicológico con una evidente lectura política que supondrá un antes y un después en la carrera de los principales miembros del reparto. Channing Tatum será considerado un joven de excelentes dotes interpretativas, Mark Ruffalo confirmará ser un actor de primer orden y Steve Carrell, el hilarante humorista de la serie The Office, demostrará que posee un genio actoral no restringido por el ámbito de la comedia. Además, desde el estreno de Foxcatcher y tras la gala de los Óscar, Bennet Miller no será un elefante dormido, sino un director despierto con un talento singular.

Adrián Abril (@PublioElio_)

@ColumnaZeroCine

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