
Fue Camarón quien despertó su duende. Tenía 13 años y unos rizos negros como gorriones volaban sobre sus hombros. Y aún lo hacen. Rosalía consigue desarmar a cualquier oído experto: su voz, de un flamenco vetusto, clásico, con aires de otros tiempos, contrasta con su rostro de niña y su look nigga. Charlamos con ella en ColumnaZero.
Esta catalana de tan solo 23 años, ha pisado tablaos desde Singapur a Nueva York, además de realizar colaboraciones con artistas como Juan Gómez “Chicuelo”, C.Tangana o Rocío Márquez. Considerada por los críticos como una de las artistas del flamenco contemporáneo, se prepara para el lanzamiento de su primer disco junto a Raül Refree, “Los Ángeles”. Adicta a Instagram, con un trabajo de fin de grado a cuestas y apunto de conquistar – si no lo ha conseguido ya – a todos los públicos. Rosalía es una de esas artistas que dejan que la música les atraviese el cuerpo y experimente con ella. Por eso su arte resulta tan puro. Tan real.
Eres muy joven y sin embargo, posees una trayectoria profesional muy extensa. ¿Quién te descubrió?
Desde siempre he sabido que quería dedicarme a esto. Conocí a un maestro de cante, Chiqui De La Línea. Daba la licenciatura de música en Barcelona. Empecé a dar clases con él y fue quien me animó a entrar en la universidad. Nunca quise un título, sino estar cerca de él y aprender todo lo que pudiera a su lado.
Perteneces a una generación de mujeres cantaoras de flamenco, ¿de dónde te viene esa pasión el género musical?
Pienso que cuando te encuentras con el flamenco y te gusta, es como un flechazo. Escuché a Camarón con 13 años y me hechizó. La música es algo que no decides, es algo que de repente te traspasa y decides entregarte a ella por completo.
De todos los palos del flamenco, ¿con cual te sientes más cómoda?
Cada palo te da una cosa distinta. Me gusta la tragedia o la carga emocional que posee una seguidilla, por ejemplo. Pero la seguidilla intento hacerla en momentos en los que estoy muy inspirada, porque si no, es como si no funcionara. Las bulerías me atraen por el juego rítmico que pueden dar, ya que están muy vivas. También me gustan los cantes libres, tipo granaínas o malagueñas.
En un reportaje de El País te incluían en la élite de las cantaoras contemporáneas. ¿Consideras que el cante femenino está viviendo su mejor momento?
No sé si es el mejor, porque creo que está todo por venir. Estoy segura de que habrá generaciones que revolucionarán por completo el género. Aún así, considero que hay muchas mujeres importantes que están dando que hablar y que además son muy buenas figuras: Estrella Morente, María Terremoto, Rocío Márquez o Esperanza Fernández.
Has viajado por todo el mundo gracias a la música. ¿Qué te llevas de todas esas experiencias?
Siempre tuve inquietud por moverme de los sitios. No podría imaginarme mi vida solo en el pueblo donde crecí, ¿sabes? Creo que es por las ganas que tengo siempre de empaparme de cosas ajenas. Me gusta ir a Singapur y encontrarme con el mood de allí, ver cómo la gente no se relaciona. El frío de la ciudad, el punto futurista, la arquitectura, el estilo de vida… Todo ello me inspira y me hace sentir diferente a como suelo sentirme. Me hace componer distinto y me aporta mucha riqueza. Todo ello hace que mi forma de transmitir sea siempre personal. Por eso creo que cuantas más experiencias tengas, más culturas hayas conocido, más ciudades hayas pisado, mejor.
¿De qué artistas has bebido?
Mi maestra de alguna forma ha sido La Niña de los Peines. Una mujer muy importante, una referencia enorme para cualquier cantaora. También me gusta Kendrick Lamar porque me influye su manera de hacer hip-hop, James Blake y su tratamiento del sonido… Me empapo de cosas que no están a mi alrededor, en el sentido de que no tienen mucho que ver con el flamenco, pero que me enriquecen igualmente.
Sé que esta pregunta te la harán dentro de unos años, o incluso unos meses, y responderás algo completamente distinto pero, ¿qué tema musical refleja a la perfección tu realidad actual?
(Agarra su iPhone). Mira, voy a ver en la lista de más escuchadas cuál es la número uno. Normalmente cuando me gusta una canción, la quemo. Ahora mismo – dice mirando la pantalla del móvil – “Real Friends” de Kayne West.
Ha habido dos momentos que han marcado tu carrera musical. Uno es la grabación de tu primer disco, con Refree, y otro, las colaboraciones que has realizado con el rapero C.Tangana.
Cuando conocí a Refree conectamos al instante. Empezamos a compartir nuestras influencias musicales y tardes de melomanía. Un día tocamos “I see a darkness” de Boni “Prince” Billy y fue muy intenso. La tocó con el piano y me puse a cantar. Y pese a no saberla perfecta, fue emocionante. A partir de ahí decidimos que teníamos que hacer algo. Tocábamos una forma de flamenco que nunca imaginé. Jamás pensé que alguien potenciaría mi voz al nivel de cantar de una manera distinta. Ha sido algo puramente experimental. Me he matado a estudiar unos cantes y de repente hemos hecho una reinterpretación de todos ellos. Y eso es lo bonito.
Con C.Tangana sucedió igual. Nunca me cierro a nada que me nazca de veras. Teníamos amigos en común y tras un concierto, nos conocimos. Decidimos hacer los temas y las ideas de los vídeos, hechas por profesionales estupendos, fueron un bombazo.
Hay fechas que nunca se olvidan, ¿cuál es la tuya?
Cuando escuché un directo de Richard Dawson en el Teatro Principal de Barcelona. Aluciné. Era una voz muy primaria. Se notaba que el hombre que estaba tocando no pensaba, estaba conectado a otra parte, y al mismo tiempo, muy entregado al público. Su música tenía mucha carga, de cómo él entendía la música. Ese día fue relevador para mí. Pensé: “Así, sí”.
Ana Romero Fernández
[…] En una entrevista con ColumnaZero, la catalana nos comentó que no le avergonzaba admitir que escuchaba música que nada tenía que ver con el flamenco. Tras haber lanzado su primer álbum al mercado Los Ángeles esta joven de 23 años ha conseguido captar la atención de los críticos musicales más relevantes del país, cuya respuesta ha sido unánime. No es gitana, ni ha tenido influencias familiares, pero un día escuchó a Camarón y decidió que quería aprender del cante. Cuida con esmero desde la estética de sus videoclips hasta la puesta en escena de sus conciertos. Afirma que esto es algo que no está relacionado con la superficialidad, su imagen y su voz son una sola cosa. “Es como decir que el flamenco es machista o gitano, no tiene nada que ver”- afirma en un reportaje de Vice. Los jóvenes se acercan en manada a su forma de entender lo jondo, quizás atraídos por su vena trap o su estilo urbano. Rosalía nació 104 años después de que viera la luz La Niña de los Peines y casi dos siglos más tarde de que el flamenco comenzara a escribir su propia historia. Y aquí está, descosiéndola y volviéndola a coser con un estilo propio y trasgresor. […]