

El Teatro-Auditorio de Cuenca recibió al elenco de la webserie Malviviendo, una comedia paródica sobre la vida de unos jóvenes sevillanos que se desenvuelven como pueden en la sociedad actual andaluza, para la proyección de su último capítulo.
En el portal del Auditorio, sentados junto a un grupo de conquenses, casi todo el reparto de la serie compartía risas y litros de cerveza con su público. Estaban David Sáinz, que encarna a El negro, además de ser el director de Malviviendo. También Tomás Moreno, El Kaki, que interpreta al enfurecido veterano de guerra, asimismo de ser ayudante de dirección y director de fotografía. Javier Lería, El Rata, alto y delgado, es a su vez editor y montador. Nos presenta Teresa Segura, directora de producción para Diffferent Entertainment, tenía un pequeño papel interpretando a Blanca Roca. Adrián Pino, Luisito en la serie y Carlos Medrano, El Postilla, completaban el elenco que se desplazó hasta la ciudad manchega.
Visionamos el capítulo, que contiene toda la onda”Malviviendo”: parodias, homenajes, leñazos, canutos y chistes variopintos que hicieron reír a todo el público, unas 70 personas en el primer pase y casi 150 en el segundo.
Tras la exhibición, pudimos hablar con los integrantes de la compañía, sentados en los cómodos sofás del Auditorio. En sus rostros se veía el cansancio obvio de una gira que les lleva por casi toda España. Pero parecían llevarlo con alegría.
Benito Díaz. ¿Qué os trae por Cuenca?
Teresa. Recibimos un mail del Ayuntamiento de Cuenca diciendo que varios jóvenes se habían puesto en contacto y les habían dicho que a ver si traían a Malviviendo. Nosotros pusimos un anuncio en las redes sociales diciendo que buscábamos teatros, auditorios, salas, cines, para hacer la presentación del último capítulo de la serie, nos escribió el Ayuntamiento, nos ofrecían el Teatro-Auditorio y aquí estamos. Donde nos llaman y nos quieren, allá vamos.
BD. Después de tres temporadas y este broche final, ¿qué pensáis del éxito?
Tomás. Pues bien, bueno, nosotros hemos tenido casi siempre los pies en la tierra. Lo que nos gusta es disfrutar de la gente, por eso hacemos este tipo de cosas de ir de estreno a todas partes. Porque luego esto la gente se lo ve más tranquilamente en casa pero nos gusta estar en sitios así, cerca de la gente y conocer un poco la ciudad en la que estamos, aunque sea por poco tiempo. Muy bonita Cuenca.
David. El éxito sobre todo se nota cuando sentimos el calor, el cariño de la gente, allá donde vamos y de manera directa, es muy bonito. Espero que, de alguna forma, nunca perdamos eso. Lo bonito es que también te abre ventanas. Poder dar pasos adelante, como estamos haciendo ahora con Malviviendo. Es algo también que lo trae también el éxito.
BD. ¿Cuál es el futuro de la serie?
David. Bueno, éste que estamos proyectando hoy es el último capítulo de la serie. Dura una hora y 50 minutos. Es como si fuera la película de Malviviendo. La serie tiene un principio y tiene un final, son solo tres temporadas, no una, no dos, no tres, sino exactamente tres temporadas. Creemos que este es el momento de cerrarla, porque esta temporada ha ido muy bien, casi mejor que la primera y la segunda. Y creemos que antes de estirarla de una manera absurda y para poder seguir caminando hacia el objetivo profesional que tenemos en mente, esto es lo mejor que podemos hacer.
BD. ¿Cuánto cuesta hacer Malviviendo?
Teresa. El presupuesto de Malviviendo ha ido cambiando sustancialmente. Empezamos con esos famosos 40 euros del principio pero gracias a patrocinios y colaboraciones se ha ido aumentando. Realmente, un capítulo de la tercera temporada, ya rondaba los 5.000 euros. Es algo que hemos conseguido gracias al trabajo, al esfuerzo y a las aportaciones de las empresas que han querido participar. Aunque parezca una cifra muy alta, todo lo contrario, apenas si cubre el desplazamiento del material, el catering, vestuario, atrezzo y unos sueldos mínimos para los técnicos, porque los actores colaboran todos gratis. Este es uno de los motivos por los que creemos que debemos dar un paso profesional para poder crecer económicamente.
Adrián, te recuerdo más de la serie Flaman, ¿podrías hablarnos un poco sobre éste y otros proyectos que tiene la compañía?
Adrián. Flaman se quedó ahí, pero ahora estamos intentando abarcar cosas nuevas. Hay que evolucionar siempre, también por la parte de los actores. Nos está ayudando mucho, Malviviendo ha sido un escaparate para los actores sevillanos, algo como no se había visto en Andalucía, yo creo, nunca. Nos está saliendo mucho trabajo gracias a la serie, de la que estamos muy orgullosos todos.
BD. Carlos también salía en Flaman, ¿podrías comentarnos algo sobre la serie?
Carlos. Flaman fue una serie que arriesgó mucho, sobretodo en la cadena que se emitía. Fue de trabajar bastante en muchos aspectos, localizaciones, reparto, postproducción, tuvo un gran trabajo. Creo que fue bastante original, sobretodo en la parrilla de aquella cadena. Le gustó a la gente, porque siempre preguntan si va a haber segunda temporada.
BD. ¿Qué pensáis sobre los movimientos que están sucediendo a favor de la legalización de la Marihuana?
Carlos. Yo creo que ese punto está un poco verde todavía. Hasta que se consiga lo que realmente se quiere, queda mucho trabajo. Sí que se conseguirán otros aspectos, como la investigación de enfermedades en las que la marihuana puede servir de terapia o de ayuda. Creo que se avanzará primero en esos campos y luego ya se dará el paso de consumirla tranquilamente.
Javier. Mi opinión es muy parecida a la de Carlos. Hablo en mi nombre cuando digo que estamos a favor de la legalización pero también apoyamos la investigación en otros aspectos, que no solo es un vicio, si no que se pueden sacar aspectos positivos de la marihuana.
David. Hay que tener en cuenta que España es un país, en muchos aspectos, retrasado. Éste es uno de ellos y más en los momentos en los que nos encontramos. Ojalá se sigan dando estos pasos, pero lo veo complicado. Te hablo de manera muy personal, me da pena pero yo soy pesimista en este caso, por lo menos a corto plazo.
Adrián. Yo creo que conseguiremos que haya una plantita en cada casa.

BD. ¿Qué es lo que menos te gusta de la serie?
Tomás. Nada. A mí me gusta todo, me encanta. Es como si le preguntas a un padre que tiene un niño más feo que la madre que lo parió y empieza “Ay, qué guapo es mi niño” y tú mientras piensas, “Si, échale cáscaras al bicho”. Yo no puedo decir nada, para mí es una serie que empezó costando mucho trabajo, que a medida que ha ido avanzando ha ido ganando en calidad y en medios. Es como nuestro niño chico, le hemos visto crecer… y tendrá sus cosas malas pero es nuestro chiquillo.
Javi. Me gustaría añadir que en Malviviendo, hay algunos capítulos que son un poco largos. Me gustaría que todos fuesen de 30 minutos como se habló en un principio, no como éste último que dura ya casi dos horas. Esa es la única pega que le veo.
Teresa. A mí me hubiera gustado que las televisiones públicas y las cadenas no hubieran tenido prejuicios y hubieran invertido en una serie como ésta. En EEUU, por ejemplo, la mente está más abierta, pero aquí no. En la serie aparecen ciertos elementos de los que en ningún momento se hace apología pero que han hecho que no nos podamos abrir puertas de cara al mundo de la televisión. No es que Malviviendo estuviera pensada para la televisión, pero sí hubiera tenido mucha más repercusión a nivel público y a nivel económico.
Salimos del edificio. Pregunto a Tomás cuál cree que es el personaje preferido por el público. Él dice que cree que El Negro, pero que la gente le dice que les encanta El Kaki. A fuera se ha desatado viento fuerte que agita los chopos de la rivera del río Huécar. Los nubarrones amenazan con lluvia que hace que los asistentes de la fila se resguarden bajo los salientes de la fachada del teatro. Le pregunto a David si realmente estudia Bellas Artes, dado que en Cuenca hay una facultad de esta disciplina. Me dice que no tiene carrera. “Además, creo que tampoco serviría para estudiar Bellas Artes. Esa gente está hecha de una pasta muy especial”. Con el vendaval encima, son los propios integrantes de Malviviendo los quea niman a los presentes a recoger los cascos vacíos de cerveza. Los depositan en el contenedor de reciclaje, sito a unos cuantos metros del teatro, en loable esfuerzo. Llegan ya los espectadores de la segunda sesión, poco menos que abalanzándose sobre los actores en pos de una fotografía o un autógrafo de recuerdo. Gente joven, con gorras y monopatines. En la taquilla cuelga el cartel de “Agotadas las entradas”.
La serie ha terminado pero la gira de Malviviendo continúa, toda la información aquí
Beni Díaz (@bchdiaz)
@Columnazerocine