Entre fogones, en la cocina de The Kitchen Club, hablamos con Leonor Watling sobre su experiencia como protagonista de Amor en su punto mientras cocinamos tres platos relacionados con esta comedia romántica culinaria.
“El mundo del cine es muy disparatado; de repente ruedas tres películas, las haces seguidas, nadie te ve, la gente te dice “no estás trabajando”. Luego se estrenan todas de golpe y tú llevas un año en paro, y todo el mundo te dice “no paras”. Uno se acostumbra a eso; a la disparidad entre al apariencia y la realidad.” Leonor Watling
Suena Regina Spektor mientras pienso que las relaciones siempre dependen del momento. Nos pasamos la mayoría del tiempo compartiendo pedazos de nosotros con toda la gente que incondicionalmente forma parte de nuestra vida, pero siempre reservamos un lugar especial para un “alguien” especial. Y de repente ocurre. It started out as a feeling which then grew into a hope.
Quieres verle todos los días. Quieres regalarle todos los cielos de Madrid. Quieres que no se haga de noche para que no se vaya. Quieres confesarle que te da vergüenza quitarte los zapatos o contarle por qué empezaste a mezclar lo dulce con lo salado. Quieres descubrirle… Saber cómo es su risa a carcajadas, por qué no le gustan los domingos, si escribe poesía o cuántos lunares tiene en la espalda.
Until it was a battle cry. De pronto llega el “hasta luego”. Porque estáis en puntos diferentes. Porque sois dos. Ya no tiene sentido seguir intentándolo una octava vez porque cada uno está viviendo un momento. Al final es eso: momentos. Y si tiene que pasar, pasará algún día. You’ll come back when it’s over. No need to say goodbye. Porque quizá dentro de una semana, seis meses o diez años, seréis capaces de encontrar vuestro punto. Ese punto en el que vuestros momentos son compatibles.
Si la vida al final fuese una comedia romántica, sería Amor en su punto. Sus directores Teresa de Pelegrí y Dominic Harari han apostado por contar la historia de Oliver (Richard Coyle) y Bibiana (Leonor Watling). Es posiblemente de los únicos largometrajes que no resultan dañinos. Muestra la vida como es, con personajes que tienen problemas y cuyos objetivos no siempre son los mismos. Las relaciones no son tan maravillosas como Hollywood nos hace ver. Y Oliver y Bibiana son magia, pero también realidad.
Entre fogones, en la cocina de The Kitchen Club, hablamos con Leonor Watling sobre su experiencia como protagonista de Amor en su punto mientras cocinamos tres platos relacionados con esta comedia romántica culinaria.
Blanca Ramos: Sales de la peli como con ganas…
Leonor Watling: De enamorarte, ¿verdad?
BR: Si tu personaje tuviese un olor y un aroma, ¿cuál sería?
LW: Mmm, yo creo que empiezan con uno y acaban con otro, que es lo bonito de la película… Evolucionan. Yo creo que al principio sería un poco ácido y se volvería algo más dulce, quizá.
BR:Esta película tiene a diferencia de otras comedias románticas, ciertos tintes realistas por el hecho de que las cosas de pareja a veces tienen un final. ¿Hubieses reaccionado igual que tu personaje?
LW: Es que yo creo que si Bibiana no hiciera eso, volverían a estar en el mismo punto. Porque el problema es ella; de ella con ella, no de ella con los otros. Cada uno tiene un problema; él lo ha solucionado pero ella no lo ha solucionado en su vida. Yo creo que cuando se encuentran al final sí que puede pasar algo de verdad, porque ya han aprendido cada uno lo que tenían que aprender.
Yo creo que por eso me gustó el guión, porque son imperfectos los dos. Normalmente siempre vemos finales surrealistas, donde los dos personajes son perfectos y al final es irreal, es dañino. Nadie te va a salvar y tú tampoco estás para salvar a nadie. Por eso me gustó mucho, porque los dos están cada uno en su caos.
A veces encontramos a la persona perfecta pero no es el momento. Cuando se encuentran después de un tiempo… Ahí sí pueden.
BR: Dentro de poco se estrena tu nueva película bajo la dirección de Isabel Coixet. ¿Qué te une a ella?
LW: Admiración y amistad. Me encanta lo que hace y estar en una historia que haga ella… Me da alegría.
BR: ¿Cuáles son tus proyectos futuros?
LW: Acabamos de grabar el sexto disco de Marlango en Los Ángeles y saldrá en septiembre. Y como actriz, de momento todo en el aire, nada cerrado. Acompañaré, porque para mí es acompañar, a Isabel Coixet en el estreno de la nueva película que hemos grabado, Another me, que saldrá en Septiembre u Octubre.
BR: Este “parón” por así decirlo en tu carrera como actriz, ¿surge por cómo están las cosas o porque lo has decidido tú?
LW: Es una mezcla yo creo. Tengo dos hijos, tengo Marlango… Todo tiene cosas buenas y malas; tienes el beneficio de poder viajar mucho junto con que es verdad que cuando te pones a elegir mucho se te escapan cosas y que cuando tienes dos niños chiquititos tampoco lo que más te apetece es irte a rodar. Te tiene que volar muchísimo la cabeza para irte. La verdad es que con Marlango hemos estado tocando mucho y seguimos haciéndolo. Entonces, también entre que no hay tanta cantidad de proyectos como había antes, y que mi situación personal y Marlango, pues tampoco… Pero después de esta película, rodé Una pistola en cada mano, con Cesc Gay y rodé la de Isabel Coixet. El mundo del cine es muy disparatado; de repente ruedas tres películas, las haces seguidas, nadie te ve, la gente te dice “no estás trabajando”. Luego se estrenan todas de golpe y tú llevas un año en paro y todo el mundo te dice “no paras”. Uno se acostumbra a eso; a la disparidad entre al apariencia y la realidad.
BR: ¿Qué te gusta más: ser cantante o ser actriz?
LW: Las dos cosas. No elegiría. Igual tienes que elegir dónde hacerlo. Puedes elegir si quieres que sea con directores muy conocidos o una gran producción, o igual actuar en el teatro de al lado de tu casa… El problema es que son dos profesiones pero también son dos pasiones. Podría elegir el soporte, la forma en la que hacerlo, pero no podría simplificar la vida y decantarme por una. Porque si dejo una cosa, la echo mucho de menos. Me aportan mucho y cada una me da una cosa.
BR: ¿Cuál sería tu menú perfecto?
LW: Un cous-cous bien hecho con un pollo asado o un filetón. De postre: una tarta de queso, un helado o un After Eight.
BR: ¿Podrías ser vegetariana?
LW: Sí. También depende de dónde; España es un país donde todavía dices “soy vegetariano” y te dicen “bueno, pero un poquito de jamón”… (risas)
BR: ¿Crees que es necesario tener cosas en común con la pareja para que la relación salga bien?
LW: No es lo normal que tu pareja sea como tú, ni que le guste lo mismo que a ti. Hay que aprovechar eso en la medida en que te ayuda a descubrir cosas. Aprender de cosas diferentes y tampoco obligarte a hacer cosas que no te gusten o pensar que el amor es compartir. No. El amor es que cada uno tenga su espacio y que cada uno esté contento y que eso sea compatible. La convivencia es una parte muy complicada, que si te puedes evitar… (risas)
En esta sociedad esperamos unas cosas exageradas de la pareja. A diferencia de épocas anteriores, tenemos tiempo de ocio, de pensar, de disfrutar… Tienes tiempo de pensar que la persona que tienes delante es todo lo que tú quieres. O no.
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Blanca Ramos (@blancaferra)
@Columnazerocine