
La comedia romántica suele estar asociada a la predictibilidad. Es un género conocido y bastante común en pantallas comerciales. Nos cuesta involucrarnos en la medida en que la realidad y la ficción divergen, lo que suele ser muy a menudo. ¿Son acaso guiones continuamente copiados en los que nada varía? Sexo fácil, películas tristes (2015) presenta el caso de la creación del guión de una comedia romántica, desde el propio género de la película que es comedia romántica. Sí es cierto que en este caso, el género dota de sentido total a la obra, digamos, la meta-comedia romántica.
¿Cómo se puede escribir el guión de una comedia romántica cuando tu vida amorosa es un completo desastre? Esta comedia desde su comienzo despieza los pasos para hacer una comedia. Pablo (Ernesto Alterio) es quien escribe el guión, pero atraviesa una crisis sentimental y se ve viviendo una historia de amor por otros. Esos son Marina (Marta Etura) y Víctor (Quim Gutiérrez), quienes quizás tampoco están hechos el uno para el otro.
Cabe pensar si la película de Alejo Flah aprovecha el género comedia para servirse de ciertos clichés y burlarse de sí misma. En otros, me refiero al uso de París como lugar por excelencia en la comedia romántica (a pesar de que la película desarrolla su trama en Madrid y Buenos Aires) o llevar al extremo la figura de productor. Así como esos amigos peculiares que tienen los amigos de los protagonistas. Sobre esto último, cabe citar la presencia de Carlos Areces y Barbará Santa Cruz en el reparto, como esos amigos singulares de Marina y Víctor.
Sin embargo, como espectadores el primer problema con el que nos topamos es precisamente aquel con el que comenzaba este texto, la predictibilidad. Probablemente sea un problema del género al que atiende, más que del propio guión de la película. Aún así, quizás hacen falta más comedias románticas arriesgadas, que más allá de entretener al espectador, le sorprendan. Nada fuera de lo común ocurre en Sexo fácil, películas tristes.
Con motivo de su estreno en pantallas hablamos con su director, Alejo Flah y dos de sus actores más peculiares, Carlos Areces y Bárbara Santa Cruz.
Entrevista con el director, Alejo Flah
Pregunta: ¿Cómo surgió la idea de hacer un guión que contemplara dos historias paralelas, una verdadera y otra ficticia?
Respuesta: Siempre hay que saber de de dónde vienen las historias, y supongo que vendrá de esa pregunta que uno siempre se hace cuándo va al cine, que es por qué mi vida no es como en esas películas o por qué el amor no es como en el cine. Surge ahí, después uno va como un hilo cuando está en una tela, y se va armando. Yo entiendo que no es un proceso muy lógico, después siempre pienso un poco más.
P: ¿Se utiliza el propio género como excusa para burlarse del mismo?
R: Yo no creo que sea una burla, porque la película no deja de ser una comedia romántica hecha sin cinismo. Pero sí que me parece que a esta altura del partido, todos hemos visto muchas películas y sobre todo los géneros… que uno puedo jugar con esos elementos, no criticar. Usar los materiales, es como un doble juego. Yo nunca quise abordarla con cinismo o solemnidad
P: Como guionista, ¿qué tipo de guiones te han atraído siempre?
R: Como guionista, lo que me encarguen, lo escribo con placer, trato de involucrarme, como cuenta la película, empiezas un encargo y te terminas haciendo algo que transforma tu propia vida. En ese sentido, he transitado por cosas muy distintas, como director trataré únicamente de dirigir aquellas cosas que yo sienta que puedo aportar algo distinto y que lo puedo hacer mejor que los directores que conozco, siendo director te involucras más. Es como la diferencia entre un noviazgo y un matrimonio.
P: En la película, el guionista sufre una crisis amorosa, según tu experiencia como guionista, ¿es posible escribir una comedia en una situación personal desastrosa?
R: Bueno ahí está el personaje haciéndolo… hay una frase que dice Billy Wilder que me la puse en la primera página del guion al escribirlo que dice que en los momentos en que estoy feliz hago dramas, y cuando estoy triste, hago comedias, por lo que intento compensar mis estados de ánimo. Trato que la ficción siempre sea como una huída de la realidad y que justamente sea lo contrario en la vida. Creo que la película juega con la idea de que en la ficción uno puede tomar cosas de la realidad pero las lleva a distinto lugar.
P: Precisamente hay un personaje bastante peculiar que existe de nexo entre la ficción y la realidad en la película…
R: Yo no quería que la película insinuase que la ficción es ficción y que nada tiene que ver con la realidad, porque creo que si hacía eso la ficción dejaba de ser interesante. A la vez sí quería que hubiese un reflejo de eso que acabo de decir, que la película juega con la idea de que en la ficción uno puede tomar cosas de la realidad, por lo que coges cosas de la realidad, las llevas a la ficción y las transformas, incluso las mejoras como es el caso de este personaje, que me cae muy simpático.
P: En torno a los actores, ¿el guión ha sido cerrado o ha habido lugar a improvisar?
R: Ha habido improvisación, cuando uno trabaja con gente talentosa más o menos tiene que saber hacia dónde va, todo lo que pueda enriquecer eso, es genial, Hay una secuencia en la que Quim y Carlos hablan de las series, una vez después de la secuencia marcada por guión, seguían hablando, y hay que estar abierto a esas cosas, y además es una manera de que sea un trabajo colectivo, que es lo que más bonito tiene de trabajar en cine.
P: ¿Los actores estaban en tu mente desde el principio o los elegiste posteriormente?
R: Son los actores soñados, pero yo no escribo pensando en actores, cuando lo tenía terminado pensé que me encantaría que fueran esos actores y por suerte fueron todos los pensados, les gusto el guion y fue un reparto maravilloso. Estuvo muy bueno trabajar con ellos, porque es muy importante que sean gente cercana y terminamos siendo amigos.
P: Por todos los escenarios elegidos en la película parece haber sido una producción complicada
R: Por suerte no, porque no filmamos en orden, fueron tres semanas en Madrid, un día en París, y otras tres en Buenos Aires, pero fueron como hacer mi primera y segunda película porque trabaje con dos equipos distintos, fue muy entretenido y muy fácil…bueno fácil no.
P: ¿Contento con el resultado?
R: La película es más o menos lo que esperaba, lo que tiene el cine es la capacidad de sorprenderte siempre, y que uno imagina las cosas de una manera, y cuando las va a hacer son distintas, en ese sentido es lo que esperaba, pero es sorprendente.
Entrevista conjunta con Carlos Areces y Bárbara Santa Cruz
Pregunta: Las comedias tienen por lo general finales felices, y mucha gente critica esto, que no haya finales tristes, desastrosos…
Carlos: Para mí eso es acabar bien la historia, que llegue bien hasta el final desde el minuto uno, a mí lo que me hace seguir con interés son las vicisitudes y las putadas de la vida, a mi eso es lo que me hace sentir empatía por los personajes, quizás porque soy un amargado (ríen). Ver la típica comedia en que son maravillosos, ella es luminosa, él la conquista, él es más simpático que ella y terrenal por eso te hace sentir más empático él, luego hay un desacuerdo absolutamente tonto y luego al final vuelve todo hasta cerrarse el círculo maravilloso y tal… Bien, esto a mi me provoca arcadas (ríen). Por eso pienso que está película está bien, juega con los clichés, los evidencia y no deja de haber cierto contraste o ironía en que un escritor que le va mal tenga que escribir un guión de amor, pero bueno, yo no soy buen espectador de la típica comedia romántica…
Bárbara: Yo creo que la comedia es la reacción del espectador ante lo que está viendo, no porque la película sea de género cómico, no significa que todo vaya bien. Pero coincido con Carlos que a mi normalmente las cosas que me hacen gracia son las que me identifico en mis mayores bajezas.
P: ¿Qué es lo que más os sedujo de esta comedia para involucraros en ella?
Bárbara: Por un lado es que mi personaje es una bailarina de danza contemporánea, y al final no baila en la película, sólo baila Marta, pero yo sí bailaba y yo que soy muy “repipi” y me gusta hacer los deberes, entonces cuando me hablaron de este personaje, me apunte a una escuela de danza contemporánea, porque me divierte mucho jugar. El personaje me encantó, es distinto a lo que he hecho, normalmente tengo personajes cómicos desde el “cortarrollísmo” y por otra parte, trabajar con Carlos.
P: ¿Y si pudieseis qué cambiarías del guión?
Carlos: Efectivamente meteríamos muchas más escenas nuestras y quitaríamos unas cuantas de Quim, que no… (ríen)
Barbará: yo pondría unas secuencias nuestras en Buenos Aires, ahí ha fallado, ¡ya que estamos!
Carlos: Efectivamente, siendo realista Marta y Quim viajaron a Buenos Aires porque creo que era por una escena… pues si yo hubiese escrito este guión, eso sería lo único que cambiaríamos, ¿no?
Bárbara: Un par de secuencias en Buenos Aires y un par de secuencias en París (ríen)
P: Sobre los personajes, sois los típicos amigos simpáticos, raros… ¿creéis que la clase de gente que interpretáis existen de alguna manera en la realidad?
Carlos: ¿Que tengan asumido su propio papel de secundario? (ríen) Yo tengo conciencia de que existen para sólo resaltar ciertos aspectos de gente mucho más importantes que ellos. Es terrible eso, significa que por ti mismo no tienes entidad, necesitas un apoyo, funcionas sólo por contrastes. Eso me parece un discurso interesante, me lo voy a adjudicar. A lo mejor tu (Bárbara) corres mejor suerte, pero yo ya me veo de secundario eterno.
Bárbara: A mí en muchos casos me gustan más los personajes secundarios de chica, porque sí que es verdad que como secundaría (entre risas, se acerca a la grabadora y alza la voz para que quede claro) y con esto no quiere decir que no quiera hacer muchos protagonistas, me encantaría, (vuelve a su tono normal) pero sí que es verdad que la chica protagonista tiene que ser perfecta, guapísima, enamorar y a mí me divierten más los personajes un poco más punkis, con entidad…
P: ¿Estáis satisfechos con el resultado?
Barbará: Sí, mucho.
Carlos: Sí, siempre, yo todas las pelis que hago siempre estoy contento con el resultado, porque el punto de vista que tienes de ella es interno, eres consciente de todos los esfuerzos que se han hecho para llegar hasta allí, y por encima de todo, te han dado de comer.
P: ¿Y el director qué tal?
Bárbara: el director es lo más.
Carlos: Sí, la verdad yo tengo la suerte de guardar buen recuerdo de todos los directores y la mayoría se han convertido en amigos y Alejo…
Bárbara: Es muy relajado en el rodaje, se agradece, tiene las cosas muy claras, encantador…
Carlos: Claro, para ser la primera película sí podrías pensar ¡hostias! se va a poner nervioso, o sea, yo tiendo a pensar qué haría yo: ponerme de los nervios, esto no funciona, vamos mal de tiempo…
Bárbara: Sacar el látigo…
Carlos: Y no recuerdo ninguna tensión con Alejo en rodaje.
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Alverto Sánchez (@heyalver)
@ColumnaZeroCine