
Tras la caída en los mercados bursátiles chinos de un 31%, en tan sólo una semana, y la pérdida de tres billones de euros han saltado todas las alarmas. Tratamos de arrojar algo de luz sobre el origen y las consecuencias en el resto de los parquets.
En los mercados financieros podemos encontrar opiniones dispares, incluso la de gestores de fondos de inversión que se atreven a comparar la situación existente en China con el Crack del 29 o la crisis de la Tulipomanía que tuvo lugar en los Países Bajos a principios del siglo XVII.
Si nos centramos en las principales variables macroeconómicas podemos observar una economía estable. Las predicciones sobre el crecimiento económico chino disminuyen ligeramente hasta un 6.5% de cara al año 2017; desde un nivel actual del 7% (2015), siendo ambas buenas tasas de crecimiento económico. A día de hoy, la tasa de desempleo permanece constante a un ratio de 4.1% y continuará al mismo nivel según las predicciones obtenidas por distintas instituciones. Con respecto a indicadores de política monetaria, el Banco Central Chino logrará su objetivo de una inflación sostenida a niveles del 2% en los años venideros.
Con este escenario, la opinión de los economistas se polariza; mientras algunos afirman que China vive una burbuja financiera, otros simplemente subrayan que este “desplome” no es sino una corrección del propio mercado después de un gran rally (subida de precios), de un apogeo bursátil que si bien no vino acompañado de un crecimiento considerable, supuso el acceso y empujón de millones de pequeños ahorradores a la fiebre de la bolsa.
Nuestro análisis particular nos dice que todo este proceso es, simplemente, una corrección del mercado. Por ello, no esperamos ninguna consecuencia grave ni efectos adversos en otros mercados. Tras el aumento experimentado en determinados índices bursátiles chinos por un valor de un 150% en el último año, varios de ellos han corregido en tan solo una semana entorno a un 31,3% desde el valor máximo alcanzado.
Debido a estas correcciones, el gobierno chino tomó cuatro decisiones importantes de cara a mantener la estabilidad en los mercados financieros y evitar posibles consecuencias. Estas medidas fueron las siguientes:
- Se compraron acciones en los distintos mercados financieros, con dinero público, para mantener los precios de los valores bursátiles estables.
- Prohibió las ventas en corto para los próximos seis meses.
- El gobierno ordenó a las empresas pertenecientes a estos índices bursátiles a recomprar sus propias acciones.
- Finalmente, alrededor de un 75% de las acciones de los principales mercados fueron suspendidas mientras duró dicho desplome bursátil.
Entonces, ¿Qué tipo de consecuencias reales podemos esperar de esta caída generalizada de precios en los índices bursátiles chinos?
Primeramente debemos destacar que el índice que sufrió la mayor corrección fue el Shenzhen 300 Comp., un mercado principalmente formado por inversores locales (Acciones tipo B) y donde, del total de inversores, sólo un 10% son familias chinas. Con lo cual, de aquí podemos deducir que no hay ningún tipo de impacto en economías globales como la Europea o la de Estados Unidos.
En segundo lugar, el gobierno chino debe restablecer la confianza en los mercados bursátiles que han sufrido mayores pérdidas para evitar cualquier riesgo de contagio a otros índices bursátiles del propio país (ver las medidas llevadas a cabo por el gobierno chino descritas anteriormente).
Finalmente, el peso de la bolsa china en la economía de este país es muy reducido, y es por esta razón por lo que los riesgos de la corrección son mínimos también a nivel doméstico.
Podríamos resumir todo este proceso como un intento fallido por parte del gobierno chino de establecer un método de financiación alternativo para familias y empresas a través de instrumentos financieros complejos (derivados financieros).
Para concluir, nos gustaría hacer especial hincapié en que los mercados financieros sufren correcciones de forma relativamente frecuente, unas veces mayores que otras, reflejando un comportamiento racional ante situaciones ilógicas. De otro modo, si este tipo de correcciones no sucediesen, las consecuencias futuras podrían ser mucho más severas, llevando a los mercados financieros incluso a grandes declives, tal como la Historia ha mostrado en varias ocasiones.
Roberto Sánchez García
@columnazero