
El 16 de diciembre de 2015 se estrena el capítulo VII de la saga espacial. Y muchos de nosotros ya nos tememos lo peor, dados los antecedentes, llenos de éxitos y fracasos. Esta vez, la incógnita la despejará el director J.J Abrams que nos ha brindado buenos y malos ratos. Malísimos. En esta tesitura, repasamos las películas y damos cuenta de los cambios. Que la fuerza nos acompañe.
El Género
Antes de meternos en materia, es preciso aclarar el género al que pertenecen estas películas, que no es otro que la Ópera Espacial (Space Opera). Según Daniel Gonzalo, en su artículo acertadamente titulado “Space Opera”, durante mucho tiempo la ciencia ficción se basaba en aventuras que descubrían misterios del mundo inexplorado. Con el paso del tiempo y evolucionando desde las novelas de Julio Verne, los protagonistas de las aventuras ya no atravesarán el mar en un submarino, sino que surcarán el espacio con una nave espacial. La acción se situará en lejanos planetas, poblados de exóticas criaturas. El entorno se tornará melodramático y un grupo de humanos se enfrentarán contra el status quo donde el esquema héroe-villano se impondrá, a la sombra de batallas estelares y alucinantes avances tecnológicos. Evasión y diversión, esto es lo que buscaban los primeros lectores de novela pulp, que gastaban unos pocos créditos en lo que aquí se llamaban “novelas de a duro”, aquellas que se leían de camino a casa desde el trabajo, en la sala de espera, en el transporte público y que después tiraban a la basura. A pesar de denominar el género como “porquería”, el mismo Isaac Asimov buceó en él con su serie “Lucky Starr, Ranger del Espacio”. Otros autores son Edgar Rice Burroughs con las aventuras de John Carter o Jack Vance con la trilogía Alastor.
Algunos ejemplos de este subgénero de la ciencia ficción, surgido a partir de las novelas pulp y cuyo nombre evoca a las radionovelas, son Star Trek o Flash Gordon. Más modernos, las series Battlestar Galactica, Defiance o Terra Nova.
Trilogía Original
La película original se produjo en 1977, de la mano del todopoderoso George Lucas. Tras coquetear con el género de ciencia ficción con THX 1138 u ofrecernos American Graffiti, de dudosa calidad, Lucas alumbró la idea que le permitiría vivir del cuento durante toda su vida: Star Wars. Cierto, también creó la saga de Indiana Jones, películas que marcaron un antes y un después en la historia del cine. Sin embargo, la franquicia de los Jedi es la que siempre ha movido la maquinaria capitalista y llenado de oro los bolsillos del director.
Esta primera película, titulada “Una nueva esperanza” trajo una reinterpretación del género absolutamente arrebatadora, con personajes llenos de carisma, una nueva trama que la alejaba de la sempiterna Star Trek, efectos especiales innovadores que revolucionaron la técnica cinematográfica.
Ya no es que la historia, con toques de western y películas de samuráis, conquistase a los espectadores, es que se los metió en el bolsillo. Para el estreno de la segunda entrega, “El Imperio Contraataca”, el público enfervorecido ya había convertido la saga en un clásico contemporáneo. Actores casi desconocidos, como Mark Hamill o un casi irreconocible Harrison Ford, tocaron el estrellato con los seis Oscars que se llevó el primer episodio.
“El Imperio Contraataca” aseguró y cimentó la trama de Star Wars, retomándola en el momento de más tensión de toda la saga, justo cuando el grupo rebelde es descubierto en su escondite y Luke Skywalker viaja a conocer al maestro de la fuerza Yoda, que le entrenará. Luchas con sables láser, persecuciones, Han Solo traicionado y encerrado en carbonita, Darth Vader y el Emperador Palpatine… Si hay un buen resumen de esta segunda entrega es la palabra “acción”. Una cinta que se salta el adagio “segundas partes nunca fueron buenas” el cual queda sepultado bajo los escombros cuando Darth Vader confiesa el oscuro secreto que guarda a Luke y a la Princesa Leia. La frase que da a todo sentido, que nos hizo saltar de la butaca, que nos llevó a convertirnos en creyentes de la fuerza.
Abordando la recta final, “El Retorno del Jedi” plantea un broche de oro para la trilogía original. Tres años después del estreno de la anterior, en 1983 se presenta la tercera cinta de la Guerra de las Galaxias que comienza con el rescate de los cautivos de Jabba el Hutt en el palacio de B´omarr de Tatooine. A pesar de ser uno de los episodios más criticados por el público (esos Ewoks del demonio) consiguió recaudar 575 millones de dólares en su estreno. La trama se divide en dos, una parte la de la lucha del grupo rebelde contra el imperio y otra la búsqueda personal de Luke para enfrentarse a su padre. La aventura, el humor, la acción y el romanticismo, se unen nuevamente para llevar a cabo una película, cuyo director podría haber sido David Lynch, el cual se bajó del proyecto al conocer la apariencia de los Ewoks. Después realizaría uno de sus mayores fracasos, otra epopeya espacial bajo el título de “Dune”.
Es durante esta película cuando se descubre el “lado oscuro” del productor George Lucas, el cual se preocupó más por conseguir lanzar merchandising que aportase dinero a su “Lucasfilm”, en lugar de procurar un argumento convincente, según las declaraciones de Gary Kurtz en varios documentales, incluyendo “The People Vs George Lucas”. Según el antiguo amigo y productor de Lucas, éste rompió sus relaciones al conocer las críticas de Kurtz cuando Lucas realizó varios cambios drásticos en la película, semanas antes del estreno. A saber: no iba a existir una segunda Estrella de la Muerte, Han Solo debía morir en la Batalla de Endor, Leia no iba a ser la hermana de Luke, pues éste la buscaría en episodios siguientes. Incluso, la película no acabaría en una gran celebración, sino de forma agridulce, “con Leia como reina reconstructora y Luke caminando hacia el horizonte como un cowboy bajo el sol”.
Trilogía precuela
Recuerdo la campaña previa al estreno del cacareado capítulo I: La Amenaza Fantasma. Lucas se sentó ante su ordenador y escribió lo que había estado pensando desde que descubrió que su historia original era demasiado larga como para producir una sola película: una trilogía de precuelas. Los seguidores de la saga estaban nerviosos, asustados por el resultado de una producción “para todos los públicos” y excitados por la posibilidad de ver por fin, 16 años después, los precedentes de su historia favorita. Así pues, una legión de postadolescentes obesos y de pelo grasiento, tuvo que arrastrarse fuera de sus oscuras habitaciones para dirigirse a las salas de cine en pos de un refresco y un cesto gigante de palomitas.
Lo que se encontraron fue una trama manipulada, edulcorada, preparada para generar miles de millones en productos derivados, que pataleaba por ser heredera de la trilogía original pero que se convertía en una de las mayores burlas al espíritu de las primeras películas. Hasta la irreverente “Spaceballs: la loca historia de las galaxias” trata con más respeto a los seguidores. La campaña publicitaria nos había vendido un regreso triunfal, nuevos y misteriosos personajes, escenas de acción generadas por ordenador y un sable de luz doble al servicio de un señor oscuro de cara tatuada. Carreras a toda velocidad, el principio de todo. Finalmente, a la vista de los resultados, quedó como, probablemente, la peor película de toda la saga. Si no la peor, al menos la más odiada. Salvando las interpretaciones de Liam Neeson y Ewan Mc Gregor (no destacando especialmente en su propia filmografía), el resto del reparto no es especialmente memorable. Los CGI saturan absolutamente todo el metraje y nos presentan a Jar Jar Binks, un servil y cobarde personaje que intenta ocupar el hueco de Arturito (R2D2) y C3PO, o al menos hacerse un sitio en su lugar. Diseñado para ser un típico habitante de Naboo, fue acusado de ser un estereotipo racista, debido al muy probable poso africano y caribeño. Un despropósito argumental que pone sobre la mesa el término “toyetic”, un personaje irrelevante destinado a su comercialización en lugar de un personaje con más peso y determinación. La cosa no debió estar desencaminada, pues se desterró al personaje de la saga y solo aparece en otra ocasión, de forma anecdótica.
Después de esta, vinieron otras dos películas: “El Ataque de los Clones” y “La venganza de los Sith”. La decepción por la primera entrega de esta nueva serie, sentó bases para prejuicios de toda índole, aunque la inclusión en el reparto de Samuel L. Jackson y Hayden Christensen se apunta en el apartado de logros. Ampliamente criticada, la cinta cuenta cómo el sistema galáctico se halla al borde de una guerra civil y certifica, de forma penosamente lenta y plana, la relación entre Anakin y la Princesa Amidala, interpretada por Natalie Portman. Si hay algo que destacar de esta película, es la memorable pelea de Yoda, sable láser en mano, revelando a un formidable guerrero que solo podíamos imaginar en la saga original.
Terminaremos el repaso a las trilogías existentes con “La Venganza de los Sith”. Esta cinta narra cómo los Jedi dirigen un ejército para enfrentarse a las fuerzas separatistas de la galaxia, comandadas por los renegados, Conde Douku y General Grievous. Al fin, íbamos a ver el nacimiento de Darth Vader. Por la misma razón, la película se torna predecible. Pin pan pun, le seduce el lado oscuro, pin pan pun, Anakin se transforma, pin pan pun, No lo hagas, quiéreme!, pin pan pun, Obi Wan le prende fuego, pin pan pun, casco oscuro. Poco memorable.
Por el camino: Universe Expanded
Este nombre hace referencia a la multitud de subproductos derivados del universo de Star Wars, bajo permiso de las licencias de LucasArts. Una verdadera multitud de series de televisión, comics, novelas, juegos de rol, videojuegos y otros conceptos que llevan más allá las criaturas del viejo Lucas. Telefilmes navideños sobre la familia de Chewbacca, Películas especiales sobre los Ewoks, las aventuras espaciales en televisión han tenido una aceptación más bien baja. Quizá quepa destacar las últimas series animadas de la factoría Star Wars: Clone Wars y Star Wars Rebels, ambas enfocadas a un público joven y que revelan acontecimientos acaecidos entre los episodios III y IV. No resaltables por su originalidad, quizá lo sean más por mostrar detalles de la situación en la que se encontraba la galaxia antes de la aparición de Luke Skywalker.
Punto y aparte debe hacerse en el apartado de videojuegos, donde encontramos una miríada de títulos, empezando por “El Imperio contraataca” de 1982, producido para la Atari 2600 y desarrollado por Parker Brothers. Uno de los títulos más destacables es The Force Unleashed, en el cual el jugador encarna al aprendiz secreto de Darth Vader, con el que explorará un espacio de tiempo desconocido entre el episodio III y el IV. La novedad de este juego es que explica la trama tras el ascenso de Vader, el proceso de purga de los Jedis supervivientes y la expansión del imperio por la galaxia.
El Episodio VII: El Despertar de la Fuerza.
J.J Abrams, el ídolo con pies de barro, se ha hecho cargo de la realización de este nuevo episodio de la saga. Tras la venta en 2012 de LucasFilms a Walt Disney, se anunció la producción de esta película para este año 2015. Por supuesto, el hype está disparado desde el momento que el cerebro tras la serie LOST se puso a los mandos de la nave. Que la Disney se haya hecho cargo del proyecto, tras ofrecernos la anodina serie infantil Star Wars Rebels, tampoco es un factor de tranquilidad.
Según las fuentes oficiales, esta nueva cinta pretende recuperar el espíritu de las películas originales, traer sobre la mesa nuevos personajes y una interpretación que no bebe de las películas anteriores. Se plantea en un lapso de tiempo de 30 años después de “El Retorno del Jedi”. Sin embargo, vuelven personajes míticos como Han Solo y la Princesa Leia, interpretados por los mismos actores que entonces, Harrison Ford y Carrie Fisher, para sorpresa del respetable.
El argumento recoge el resurgimiento del lado oscuro, comandado por el misterioso personaje Kylo Ren, líder de la Primera Orden, una fuerza leal a la memoria del Darth Vader y a las enseñanzas del emperador Palpatine. La galaxia aún se encuentra en guerra, el lado oscuro prepara una nueva Estrella de la Muerte. Los héroes de antes siguen en la lucha, en medio de la cual descubren a una joven llamada Rey, que cambiará sus vidas. Juntos buscarán al guerrero más poderoso de la galaxia, Luke Skywalker, desaparecido hace 30 años.
La rumorología se ha disparado con esta entrega, echando más leña al fuego de las estrategias publicitarias. Si bien no se nos está castigando con una promoción excesiva, si se maneja con extremo cuidado la información relativa a la película, que ha llegado con cuentagotas. Lo que sí se sabe es que la Disney ha ninguneado a Lucas, el cual ha declarado en Cinemablend que la maquinaria del ratón Mickey ha ignorado completamente sus ideas para desarrollar el universo que él mismo creó: “Les vendí mis ideas para el Episodio VII, pero decidieron que en realidad no querían hacer eso, así que lo hicieron a su manera». Nos morimos de pena, Sr Lucas.
El estreno en EEUU está previsto para el día 14 de diciembre, en España para el día 18. Cientos de miles de personas están aguardando este día con gran ilusión. Los perros viejos tienen sus reservas, pero seguramente notan cierto chispazo cuando escuchan la mítica banda sonora. Todavía sienten la fuerza, recuerdan el sonido que produce una espada de luz. Basta de inventos toscos o inútiles, como los midiclorianos. La sala de cine aguarda. Aceptamos el desafío.
Benito Díaz