
Incendiaron la escuela donde estudiaba durante una guerra civil en Asia. Vivió en casas de acogida en Londres durante su adolescencia. Abandonó las artes visuales para dedicarse al rap y desde entonces no ha parado de crecer en la música. Sus videoclips causan polémica entre políticos y grandes marcas de moda. Su último trabajo, “Borders”, una crítica a la pasividad de las sociedades occidentales ante la crisis de refugiados, se ha omitido para la entrega de los Video Music Awards, el próximo 28 de agosto. Femenina, activista y revolucionaria. Pura dinamita.
Año 2012. Actuación de Madonna en la Superbowl. La artista quedó prendada del estilo que desprendía Mathangi “Maya” Arulpragasam, más conocida como M.I.A ( significa “Missing in Action”). Lo que la reina del pop no sospechó es que la rapera le robaría el protagonismo durante la actuación enseñando el dedo pulgar a la millonaria audiencia, al grito de “¡Me importa una mierda!”. Tras ello, reproches, denuncias y una disculpa pública de la cantante a la NBC. Pero, lo cierto es que a la cantante no le preocupa en absoluto lo que piensen los demás. Y sus canciones, cargadas de denuncia social e inconformismo, hablan por sí solas.
M.I.A lleva marcas de guerra. Sus padres, un activista político y una costurera, se vieron obligados a mudarse a la India tras el comienzo del conflicto bélico en Sri Lanka. De niña le enseñaron a arrastrarse por el suelo para evitar disparos que los soldados lanzaban por las ventanas de su colegio. Con 11 años huyó con su hermano a un barrio de Inglaterra, donde recibió acoso racial junto al resto de sus compañeros refugiados. Un cúmulo de obstáculos que crearon a un ser imparable. Cuando intentó ingresar en la prestigiosa Universidad de Artes de Londres, recibió una negativa por respuesta. Llamó al director y le dijo que si no le aceptaban se convirtiría en prostituta. No hizo falta que rellenara más informes. Entró y estudió la carrera que quería.
A partir de entonces, se hizo un hueco en el panoramana artístico de Londres. Adora el cine radical, como el de Harmony Korine, 95 Dogma y Spike Jonze. El director John Singleton le llamó para trabajar en una película en Los Ángeles después de leer uno de sus guiones. Pero la artista lo rechazó, ya que su apuesta era la música. A partir de 2005 dio un salto a la fama gracias a sus temas “Bad girl”o “Paper Planes”. Ingresó en las listas de popularidad de Europa, Japón y Australia, su voz fue la banda sonora de Slumdog Millionarie y actuó junto a artistas como Jay Z o Kayne West. Sus videoclips, dirigidos por ella, son puro arte en movimiento. Su estilo, inclasificable: un sonido que posee texturas de dance, electrónica, hip hop y melodías del mundo. Una fórmula que ha unido los estilos de Oriente y Occidente.
Y mientras a su alrededor llueve polémica – la compañía Fly Emirates le ha denunciado por lucir una camiseta en uno de sus vídeos donde se leía el logo “Fly Pirates” - la joven se prepara para el lanzamiento de su próximo trabajo, A.I.M. (sus siglas al revés). ¿Qué bomba de relojería esconderá esta vez? El 9 de septiembre lo sabremos. Hasta entonces, prepárense para este huracán asiático.
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Ana Romero Fernández
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