¿CUÁL ES EL COCHE MÁS IMPORTANTE DE LA HISTORIA AUTOMOTRIZ?

Un artículo de Diego Ávila para ColumnaZero Motor. (Foto: Ford T)
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Un artículo de Diego Ávila para ColumnaZero Motor. (Foto: Ford T)
Un artículo de Diego Ávila para ColumnaZero Motor. (Foto: Ford T)

Henry Ford, el creador de la empresa Ford Motor Company, quiso acercar los automóviles a la clase media en los primeros años del siglo XX; ya que por aquel entonces los vehículos autopropulsados se encontraban únicamente al alcance de los más adinerados de la época y, de esta manera, multiplicaría su número de clientes. Henry tenía muy claro el objetivo a lograr y también la forma de conseguirlo: la producción en cadena.

Anteriormente los vehículos se fabricaban a mano uno a uno. Por ello se tardaba mucho tiempo en producir cada unidad y los precios finales de venta al público eran demasiado altos debido a la mano de obra que conllevaban. Al introducir la forma de producción mediante cadenas de montaje, el tiempo que tardaba en realizarse cada vehículo era infinitamente menor. Ford decidió lanzarse a la piscina y realizó una inversión para crear la planta de producción, inversión que tardó poco en recuperar.

Henry Ford con el Ford T.

El nombre comercial que recibió el primer automóvil producido en serie por la marca fue Ford T. La producción de dicho modelo comenzó en agosto de 1908 y salió por primera vez de la línea de montaje en septiembre de 1908. Sólo unos días después, el 1 de octubre del mismo año, fue presentado públicamente al mundo. Se trataba de un vehículo que utilizaba un propulsor de 2.900 cc y cuatro cilindros con una potencia máxima de 20 caballos, suficientes para transportar al modelo T hasta los 70 km/h debido a su bajo peso de poco más de 500 kilos; velocidad máxima que hoy nos parece ridícula pero que en aquel entonces era vertiginosa. Además era un automóvil resistente y con un alto par motor, lo que le otorgaba mucha fuerza y le permitía circular por colinas, desempañar tareas agrícolas o transportar a siete personas.

En sus comienzos el precio del Ford T se situaba en unos 850 dólares. Más tarde y cerca del final de su producción allá por el año 1925, el importe a desembolsar era de unos 260 dólares.

En 1914 y con el objetivo de acelerar aún más la producción, dejó de estar disponible en los colores azul, rojo, gris y verde; pudiendo escogerse “en cualquier color siempre que fuese negro”, como bromeaba Henry Ford.

Para que ustedes, queridos lectores, se den cuenta del impacto que este vehículo tuvo a principios del siglo XX les proporciono un dato que puedo afirmar poniendo la mano en el fuego jamás se volverá a superar en la historia: En año 1921 el modelo T representaba el 57 % de los automóviles producidos en todo el mundo. Esto se debe también a que la marca se expandió por el planeta produciéndose y comercializándose en los cinco continentes.

Poco antes del estallido de la Primera Guerra Mundial se llegaban a producir alrededor de 4.000 unidades diarias.

Por desgracia, los años pasaban y la competencia se actualizaba con nuevos modelos mientras que el modelo T se iba quedando anticuado. Por este motivo Henry Ford decidió finalizar la producción de este mítico automóvil a mediados de 1927, que logró vender 15 millones de unidades en los veintiún años que se comercializó. Este vehículo tuvo en su posesión el récord del automóvil más vendido de la historia durante más de cuarenta años, hasta que en los años setenta se lo arrebatase la marca alemana Volkswagen con su modelo Beetle, el escarabajo.

Diego Ávila

@diegomotor_15

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