
Más política de lo acostumbrado, aunque con comisura. Una gala en la que El Gran Hotel Budapest y, especialmente, Birdman, fueron las grandes triunfadoras. Todo lo que te perdiste mientras dormías.
Mucho se ha habado del duelo de las dos “bes”: Birdman y Boyhood, pero el duelo fue más bien entre El Gran Hotel Budapest y Birdman, resultando esta última la gran triunfadora.
Expectación había (y mucha), con el actor Neil Patrick Harris debutando como presentador de la gala y este es mi veredicto: correcto, pero olvidable, exento de personalidad como presentador. Quizá es que tenía la alargada y genial sombra de Ellen Degeneres en sus espaldas, que, si por nosotrosfuera, presentaría los Oscars todos los años (cómo olvidar aquel selfie que se convirtió en el más retuiteado de la historia de Twitter y que creó tendencia absoluta entre los despistados que aún no conocían el término anglosajón y antes de la irrupción definitiva del palo).
La 78º edición de los Óscars abrió con su correspondiente número musical y sus correspondientes chistes y homenajes a películas que han sido esenciales en la Historia de estos premios.
El primer gag fue la quiniela de Neil Patrick Harris, quien encargó a Octavia Spencer, ganadora del Oscar a Mejor Actriz Secundaria por Criadas y Señoras, y a los propios espectadores a través de una de las cámaras de la retransmisión oficial de ABC, que custodiarían la caja en la que se encontraba, que a su vez se encontraba en una maleta previamente cerrada con llave. Tanto jaleo para que, al final de la noche, abriese una quiniela que no era tal cosa, sino una lista de topicazos sobre los Óscars sin sentido.
El primer premio de la noche, como suele ser tradición en la ceremonia, fue para el Actor Secundario (aunque, dependiendo de la edición, se abre con el actor o la actriz). Confirmando todas las previsiones, el genial J.K., Simmons, se llevó la estatuilla por su increíble interpretación en la película más independiente de las nominadas y, probablemente, una de nuestas favoritas, Whiplash, en la que interpreta a un estricto profesor de música que asustaría al mismísimo Rambo.
Sin tiempo para reponernos, volvimos a la música con Adam Levin, derritiendo a propios extraños e incendiando las redes sociales con su actuación y, digamos más bien y, sin desmerecer, con su belleza tatuada.
Llamar a los Oscars The Dependent Spirit Awards (por los Spirits, o Independent Spirit Awards, los premios del cine independiente) y referirse a Jennifer Lopez como “Jenny From the Block” no fueron precisamente bromas hilarantes, y en este punto ya empezaba a advertir que Neil Patrick Harris no sería del todo santo de nuestra devoción como acabamos por confirmar.
Fue precisamente “Jenny” la que entregó el Oscar a Milena Canonero por mejor vestuario por El Gran Hotel Budapest, merecido igualmente, ya que meterse por todo lo alto en el universo de Wes Anderson en una película basada en la primera mitad del siglo XX no es tarea fácil. Como tampoco lo es hacerse cargo del maquillaje y la peluquería, reconocidos justo a continuación poniendo a la película de Anderson en cabeza con dos estatuillas nada más inaugurar la gala.
Salió la deslumbrante Nicole Kidman acompañada por Chiwetel Eijofor, protagonista de 12 años de esclavitud que no trajeron suerte a ese pedacito que tenía España anoche en la ceremonia de la mano de la brutal Relatos Salvajes y, como era previsible aunque conserváramos la esperanza, el Oscar fue para Ida, siendo la primera nominación y el primer Oscar para Polonia. Previsible porque estar nominada en otra categoría además de en la de Película de Habla no Inglesa (en este caso, Mejor Fotografía), es una garantía segura para ganar, como ya ocurriese con nuestro Almodóvar y su Hable con Ella en 2002 (nominado a Mejor Guión Original y a Mejor Director, ahí es nada) o con Roberto Benigni por su aclamadísima La Vida es Bella, gran triunfadora en la ceremonia de 1998, por recordar dos casos de la Historia reciente de estos galardones.
Y, hablando de Polonia y Europa, justo en ese momento, Hollywood se convirtió en Eurovisión con la actuación de Tegan y Sara, que parecían las t.A.T.u canadienses o bien unas cantantes del este algo desafinadas. Repartieron Óscars de Lego e invadieron el escenario con decenas de bailarines y raperos.
La categoría de cortometrajes la ventilaron rapidísimo concediendo, en el mismo bloque, el de mejor cortometraje y el de mejor cortometraje documental, poniéndoles la temida música en medio de los discursos, esa música que grita: “¡no sois importantes, sois cortometrajistas, coged el maldito Óscar y abandonad el escenario!”. Una lástima que se le de tan poca importancia a estos profesionales, tan esfervecentes y creativos aquí y allá. (Lo que no es una lástima, con perdón, es que, desde hace ya cierto tiempo se decidieran conceder los premios honoríficos en otra ceremonia a parte que se celebra unos días antes, que esos eran discursos de unas cuantas páginas).
Mezcla y edición de sonido también son de esas categorías que no interesan, así que otro bloque rapidito para algo tan esencial en esta industria como es el sonido, pero no en este espectáculo que celebra el cine, claro.
El chiste de Jared Leto diciendo que Meryl Streep estaba nominada a Mejor Actriz Secundaria por una ley impuesta en California introdujo esta categoría en la que, como no podía ser de otra manera, triunfó Patricia Arquette por Boyhood. Impecable actuación e impecable discurso (probablemente uno de los mejores de la noche), en el que, además de agradecer al equipo, reclamó igualdad real para las mujeres.
Un discurso feminista que sigue siendo necesario y que nos hace amar aún más a esta mujer que, ya en ocasiones anteriores, se había revelando contra una industria dominada por el patriarcado en sus más altas esferas diciendo que no adelgazaría para su conocido papel de médium en la serie con el mismo nombre. El discurso levantó los apasionados y efusivos aplausos de Meryl, nuestra querida eterna nominada, que se puso en pie.
Con la sensación de que no nos habían dejado tiempo ni para respirar, Interestelar se resarció de su fracaso en estos premios, llevándose el premio a Mejores Efectos Especiales, que era lo mínimo que podía otorgarle a la cinta de Christopher Nolan como premio de consolación.
Feminista y comprometido también fue el discurso de Cheryl Boone-Isaacs, presidenta de la Academia de Cine, una mujer negra con lo que eso supone, que abogó en un discurso muy rápido, como el ritmo en general de la gala, por la igualdad y la libertad de expresión, además de la defensa de la cultura en general y el cine en particular.
Y cuando eran, exactamente, las 4:24 en España, Birdman abrió la veda con su primera estatuilla de la noche, la de Mejor Fotografía. No sería precisamente la fotografía de Birdman, habiendo nominadas como Ida, pero ahí queda.
Recordándonos, visiblemente emocionada, que sus obras les harán a todos eternos e inmortales, Meryl Streep volvía a cobrar protagonismo, introduciendo el In Memoriam, recordándonos que el 2014 nos arrebató, entre otros muchos, a Lauren Bacall, Robin Williams, Anita Ekberg, Mickey Rooney, Gabriel García Márquez y Mike Nichols, que dirigió a Streep en muchísimas ocasiones y que cerró el siempre emotivo recuerdo a los que se fueron.
A las 4:39 quedaban las categorías más importantes y la anunciadísima actuación de Lady Gaga y ya andábamos algunos pensando que la ceremonia había perdido ese ritmo del que venía presumiendo pero, de repente, Whiplash se llevó su tercera estatuilla, a Mejor Montaje, e Iñárritu y Linklater temblaron por momentos y la cosa se puso muy interesante.
Después llegó la mejor actuación musical de la noche, por parte de John Stephens y Lonnie Lynn al piano con Glory. de la película Selma, poniendo en pie a todo el auditorio, recordándonos como el racismo sigue siendo un tema, por desgracia, muy candente en la sociedad estadounidense. Parecía una bonita premonición porque, muy pocos minutos después se alzaron con la estatuilla a Mejor Canción, con uno de los discursos más emocionantes de la noche, defendiendo la igualdad independientemente del género, raza u orientación sexual y rompiendo una lanza a favor de la libertad de expresión.
La esperada actuación de Lady Gaga no tardó y, a buen seguro, sorprendió: vestida con un sencillo vestido blanco, algo muy inusual en ella, hizo un brillante recorrido por las canciones más míticas de Sonrisas y Lágrimas, que anda de aniversario, demostrando que ella no es solamente esa mamarracha con extravagantes looks, sino que capacidad vocal tiene un rato. Despertó una gran ovación por parte de todos y por la mismísima Julie Andrews, protagonista del film, que se fundió en un abrazo con Gaga y le agradeció, emocionada, el homenaje.
Ocho veces nominado dos de las cuales en esta misma edición por The Imitation Game y El Gran Hotel Budapest, fue por esta última por la que se llevó la estatuilla Alexandre Desplat, en mi opinión, uno de los mejores músicos vivos (firma las bandas sonoras de Las Horas o El Árbol de la Vida entre otras muchas). Por preferir, me quedo con la banda sonora de The Imitation Game, pero el film de Anderson era el que más estatuillas acumulaba en este punto de la noche.
Linklater e Iñarritu volvieron a temblar, pero Birdman se alzó con el premio al Mejor Guión Original y sólo temblaba ya Linklater. Y el Kodak Theatre habló español cuando aquí llevábamos exactamente tres horazas de gala, pero la cosa estaba interesante y el premio al Mejor Guión Adaptado fue a parar al jovencísimo Graham Moore por The Imitation Game, un merecido reconocimiento a una gran película que ha quedado por detrás de las favoritas de este año.
El Mejor Director dejaría claro, de una vez, por dónde irían los tiros, y ese fue Alejandro G. Iñarritu. Así que quince minutos antes de que acabara la ceremonia (5:44, hora local y una menos en Canarias), ya veíamos a Keaton recogiendo el Óscar al Mejor Actor y Birdman ganándole la lucha a Boyhood y a El Gran Hotel Budapest, que, de manera algo inesperada, se había alzado con la mayoría de las estatuillas.
Pero no, fue Eddie Redmayne quien se llevó la estatuilla, y estallamos en júbilo, porque nos parecía, sin duda, la categoría más reñida de la noche, con los enormes trabajos interpretativos de Keaton y Cumberbatch, lo que hace Redmayne en The Theory of Everything es increíble: un trabajo gestual, corporal, vocal que no tiene nombre y se vuelve increíble, como si no pudiese cierta esa metamorfosis tan tremenda. El propio Stephen Hawkings dijo creer verse a si mismo en la pantalla.
No hubo sorpresas, sin embargo y, afortunadamente y que nos perdonen las otras cuatro, en la categoría de Mejor Actriz. Julianne Moore se alzó (¡por fin!) con su merecido Óscar por la olvidable Siempre Alice. Podíamos sentir sus nervios desde el otro lado del charco y la felicidad se apoderó de nosotros por el hecho de que dos actrices que superan los cuarenta se alzaran con las estatuillas en los apartados de interpretaciones femeninas.
“El tío que peor habla inglés aquí”, dijo Iñarritu de sí mismo, volvió al escenario a recoger el premio a la mejor película. Birdman se coinvertía así, y según la Academia, en la mejor película del año cuando pasaban cuatro minutos de las 6:00 en España e Iñarritu defendía a los inmigrantes y a su México querido, y también a Guillermo del Toro y a Alfonso Cuarón, que ya puso, la pasada edición con Gravity, acento hispano en el olimpo hollywoodiense.
El descafeinado Neil Patrick Harris volvió al escenario y nos dedicaba, en español, un “buenas noches. Y es que, ¡viva México!
MEJOR PELÍCULA
Birdman
MEJOR DIRECTOR
Alejandro G. Iñarritu, Birdman
MEJOR ACTOR
Eddie Redmayne, La teoría del todo
MEJOR ACTRIZ
Julianne Moore, Siempre Alice
MEJOR ACTOR DE REPARTO
K. Simmons,Whiplash
MEJOR ACTRIZ DE REPARTO
Patricia Arquette, Boyhood
MEJOR PELÍCULA ANIMADA
Big Hero 6
MEJOR GUIÓN ORIGINAL
Birdman, Alejandro G. Iñárritu, Nicolás Giacobone, Alexander Dinelaris, Jr. y Armando Bo
MEJOR GUIÓN ADAPTADO
The Imitation Game, Graham Moore
MEJOR PELÍCULA DE HABLA NO INGLESA
Ida
MEJOR DISEÑO DE PRODUCCIÓN
El gran hotel Budapest, Adam Stockhausen y Anna Pinnock
MEJOR FOTOGRAFÍA
Birdman, Emmanuel
MEJOR VESTUARIO
El gran hotel Budapest, Milena Canonero
MEJOR MONTAJE
Whiplash, Tom Cross
MEJOR EFECTOS VISUALES
Interstellar, Paul Franklin, Andrew Lockley, Ian Hunter y Scott Fisher
MEJOR MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA
El gran hotel Budapest, Frances Hannon y Mark Coulier
MEJOR EDICIÓN DE SONIDO
El francotirador, Alan Robert Murray y Bub Asman
MEJOR MEZCLA DE SONIDO
Whiplash, Craig Mann, Ben Wilkins y Thomas Curley
MEJOR BANDA SONORA
El gran hotel Budapest, Alexandre Desplat
MEJOR CANCIÓN
Glory de Selma, John Stephens y Lonnie Lynn
MEJOR DOCUMENTAL
Citizenfour, Laura Poitras, Mathilde Bonnefoy y Dirk Wilutzky
MEJOR CORTOMETRAJE
The Phone Call
MEJOR CORTO DOCUMENTAL
Crisis Hotline
MEJOR CORTOMETRAJE ANIMADO
Feast (Walt Disney Studios)
Equipo ColumnaZero Cine
@columnazerocine