CRÓNICA: 63ª EDICIÓN FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN (I)

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Una crónica de Adrián para ColumnaZero.
Una crónica de Adrián Abril para ColumnaZero.

Las olas del mar Cantábrico rompen enfrente del Kursaal, un barco varado cubierto por una enorme persiana translúcida, que desde el pasado viernes funciona como centro neurálgico de la sexagésimo tercera edición del Festival de Cine de San Sebastián. La alfombra roja, extendida en paralelo a la Playa de Zurriola, conserva las pisadas de las estrellas de Hollywood, de los planetas europeos y de los satélites nacionales. En la presente edición han desfilado hasta la fecha personalidades como Emily Blunt, Ricardo Darín, George Miller, Blanca Suárez, Benicio del Toro, Charlie Kaufman y Paprika Steen, la espléndida actriz y directora danesa que preside el jurado de la Sección Oficial.

Los primeros días del festival, iluminados por el flash de las cámaras fotográficas en las calles del barrio de Gros, y por los destellos plateados del sol en la Bahía de la Concha, vienen marcados por la presencia de tres producciones españolas. Alejandro Amenábar inauguró el festival con Regresión, una película de suspense protagonizada por Ethan Hawke y Emma Watson, que la crítica internacional ha recibido con moderado entusiasmo. Horas después desembarcó en San Sebastián Cesc Gay para presentar Truman, película que opta a premio en la Sección Oficial y cuyos actores principales, Ricardo Darín y Javier Cámara, provocaron la risa y el llanto del público en idéntica proporción. Un estruendoso aplauso liberó a los presentes del peso emocional que emana de un film sencillo y honesto. Mientras tanto, en las antípodas de la sobriedad, Álex de la Iglesia estrenó Mi gran noche, una comedia esperpéntica sobre el medio televisivo, sustentada por un denso entramado de sucesos demenciales, y narrada con un tempo tan frenético que los espectadores delicados corren el riesgo de convulsionar.

Otras películas de la Sección Oficial que han derramado ríos de tinta –o dicho de modo menos obsoleto, que han agotado las baterías de los dispositivos- han sido Evolution de la cineasta francesa Lucile Hadzihalilovic y Sparrows, dirigida por Rúnar Rúnarsson. La primera es una macabra alegoría de la evolución biológica, que describe los hábitos de una comunidad insular formada por criaturas marinas con cuerpo de mujer y por adolescentes sometidos a siniestros tratamientos médicos. Un argumento exótico para un film vacuo y esteticista, que cuenta con numerosos admiradores gracias a una soberbia labor fotográfica. Evolution recuerda por momentos a las primeras obras de Jean-Pierre Jeunet (Delicatessen, La ciudad de los niños perdidos), pero restando vitalidad y sumando truculencia. La segunda es un relato elegante y comedido sobre un adolescente islandés que debe abandonar la ciudad para vivir en una región rural de los fiordos occidentales, donde reside su padre. El film prueba que no es necesario viajar a Japón para conocer otros planetas, pues existen astros remotos girando en nuestra misma órbita. Islandia es un país tan peculiar que el espectador disfruta cada minuto descubriendo las costumbres de los habitantes de una isla perdida en el norte del Mundo. Entre ellas encontramos el baño en contenedores de agua gélida, la adopción como mascota de crías de foca o la cacería desde la cubierta de lanchas motoras. La película, pese a la lentitud narrativa y a un tramo final que pierde aliento, resulta fascinante a causa de la constante tensión que existe entre un adolescente en pleno bullicio interno y un entorno social y natural de una frialdad devastadora. El protagonista busca con ansia contenida la presencia de un interlocutor competente, en mitad de un desierto de hielo. En definitiva Islandia es otro planeta pero también habitado por seres humanos.

CRÓNICA: 63ª EDICIÓN FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN (I)

En la categoría Perlas, que reúne las mejores películas del panorama cinematográfico internacional, han destacado Sicario de Denis Villeneuve y Me and Earl and The Dying Girl de Alfonso Gómez-Rejón. Y en la sección de Nuevos Directores, dedicada a cineastas noveles, ha triunfado The New Kid de Rudi Rosenberg, un divertido relato sobre el proceso de adaptación social de un adolescente, que evoca con un estilo particular a Napoleon Dynamite (2004).

Adrián Abril (@PubliElio_)

@ColumnaZeroCine

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