
Un thriller psicológico sólido e inteligente, que logra atrapar peligrosamente desde el primer giro.
The Gift (El regalo) logra colocarse, aunque a base de algún empujón, entre lo mejorcito de la primera línea del thriller de lo que va de año a pesar de su falta de personalidad. La intriga bien medida, con toques morales y existenciales, sorprende hasta el punto de apabullar al espectador que se deja moldear como plastilina cada vez que acude al cine. De ahí que la película sea un regalo en sí mismo en estos tiempos de sequía.
El debut del director australiano Joel Edgerton, también guionista y actor del film, por el que le ha valido el premio al mejor actor del último Festival de Sitges, cuenta la historia de un matrimonio recién llegado a California al que la vida se les complica tras aparecer en ella un excompañero del colegio del marido que les seduce con inquietantes regalos que revelará un secreto.
Es un combo de maldad y sutileza, una seducción de la línea roja entre la compasión y el odio, en el que el trío protagonista, con Jason Bateman y Rebecca Hall y que en algún momento recuerda a “Marnie” de Hitchcock, se mueven como peces en el agua en ese ambiente enrarecido en el que se embulle la película.
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Equipo ColumnaZero
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