“Hasta que la muerte nos separe” nunca resultó tan peligroso.
Pocas veces la adaptación cinematográfica de un libro resulta estar a la altura de este. Con Perdida, el último trabajo del director estadounidense David Fincher, queda demostrado que sí es posible. No resulta extraño, ya que la guionista de la cinta no es otra que la autora del best seller, Gillian Flynn. Son pocos los directores que han podido contar con el autor del libro dentro de su equipo.
Poco se puede contar de la película sin desvelar demasiado. La trama gira en torno al matrimonio formado por Nick Dunne (Ben Affleck) y Amy Elliott Dunne (Rosamund Pike). Son una pareja joven y enamorada hasta que, en la celebración de su quinto aniversario, ella desaparece. La situación resulta demasiado rara. Nick empieza una carrera mediática para encontrar a su esposa, pero pronto los focos se centrarán sobre él señalándolo como el principal sospechoso. Eso sí: en esa película, nada es lo que parece.
El film supone un análisis psicológico de los personajes, una disección del matrimonio, del amor y, sobre todo, de la obsesión. David Fincher, director de películas como El club de la lucha (1999), Zodiac (2007) o El curioso caso de Benjamin Button (2008), cambia de registro y nos sorprende con Perdida. Continúa creando mundos oscuros y peligrosos, pero esta vez sin artificios. Crea una atmósfera aparentemente bonita, pero malsana por detrás. El ritmo es ascendente. Empieza de una manera bastante plana, presentándonos a los personajes para dar un giro de 180º involucrándonos en la búsqueda de Amy Elliott Dunne. Destaca también la crítica directa a los juicios mediáticos. Fincher no se corta en mostrar lo peligroso y agresivo que puede llegar a ser cuando un crimen sin resolver traspasa lo policial para crear amarillismo.
Siguiendo con aspectos más técnicos, destaca el sonido y la música gracias al perfecto trabajo de Trent Reznor y Atticus Ross, con los que Fincher ya trabajó en La red social (2010). Reznor y Ross ayudan a conseguir esa atmósfera malrollista
A nivel artístico, el peso recae sobre la pareja protagonista. Muchos son los críticos con Ben Affleck, pero en Perdida logra mantener el equilibrio perfecto entre desesperación y contención para presentarnos a un Nick Dunne lleno de matices. Por su parte, Rosamund Pike destaca sobremanera y borda el papel de la ambigua esposa siendo ella lo mejor de la película. Neil Patrick Harris, aunque con ciertos vicios adquiridos de la serie How I Meet Your Mother, mantiene el punto inquietante de su personaje que resulta fundamental para la conclusión de la historia.
Perdida resulta una de las películas más sencillas del director, pero sólo en apariencia; nada es gratuito. Lo que empieza como una historia más, convencional, cambia de registro para sorprendernos. Camina en una línea muy fina entre el drama psicológico y el terror para que el espectador se pregunte si esa situación podría llegar a darse. David Fincher apunta alto con Perdida, sobre todo después de la mala crítica de su último largometraje, la versión americana de Los hombres que no amaban a las mujeres (2011) de la saga Millenium. Nos encontramos ante un director carismático y consagrado al que varias veces se le ha escurrido la ansiada estatuilla dorada de los Oscar. Lo intentará de nuevo con Perdida, una apuesta fuerte con sabor a éxito.
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Víctor Mopez (@vimopez)
@ColumnaZeroCine
David Fincher es un gran director, espero que deje de resistirse, por fin, la estatuilla. Genial la película.
Muy buen artículo!!!
Genial! En cuanto pueda veo la pelicula. Parece interesante.
Rara es la película de David Fincher que no te tenga enganchado hasta el final y esta hay que verla. Vamos a ver que tal Affleck, porque para mi es muy irregular. Muy bien la crítica.