Se llaman a sí mismos Los Guardianes de la Galaxia.
Por fin ha llegado el día de hablar de la película de la que todo el mundo habla. ”Los Guardianes de la Galaxia” se estrenó en España el pasado 14 de agosto, fecha señalada en el calendario para todos los amantes del cine Marvel, adoradores de los cómics y entusiastas del cine de aventuras en general.
El robo de un misterioso orbe reúne a un variopinto grupo de personajes intergalácticos que deberán enfrentarse a “Ronan, El Acusador”, malvado y poderoso enemigo que pretende destruir un planeta entero en terrible acto criminal. Capitaneados por el saqueador “terrano” Peter Quill, alias “Starlord” (Chris Pratt) la reunión de héroes de serie B deberá tomar parte en una lucha que afectará al devenir del universo.
Al entrar en la sala de cine, descubro que la media de edad de la sala son unos doce o trece años. Al parecer, los chavales son los únicos que quieren arriesgarse el día del estreno, sin complejo de que poder parecer fenómenos obsesionados con los prometedores efectos especiales generados por ordenador. No olvidemos que la película está gestada por el ejército de informáticos responsable de “Los Vengadores”, también de la factoría Marvel. Resultado: padres de familia resoplaban mientras niños supercafeinados saltaban en las butacas entre chillidos. No es para menos.
Desplegado el impresionante espectáculo de luz y colores, nos proponen una reinterpretación que, lejos de asemejarse a la saga de “La Guerra de las Galaxias” (¡por favor!) parece acercarse más al espíritu de las películas de aventuras noventeras, siendo un verdadero referente el estilo de Steven Spielberg en las tres películas buenas de “Indiana Jones”: acción trepidante; personaje principal guapo, canalla pero noble, mujeriego y con toque gracioso; patada-puñetazo-explosión-tiroteo; historia sobre las dificultades para trabar amistad entre personajes dispares que están condenados a entenderse.
James Gunn sabe como distraer a la familia. Ya produjo en 2002 la fácilmente olvidable película de acción real “Scooby-doo” y en 2004 la floja “El amanecer de los muertos”. Esta vez, al parecer con más acierto, se rodea de un elenco en el que podemos señalar a los actores secundarios, con estrellas como Glenn Close, Benicio del Toro, John C. Reilly o Michael Rooker (The Walking Dead). No se preocupen si no consiguen reconocerlos: el magnífico trabajo de maquillaje y la animación por ordenador, consigue que los personajes principales, como por ejemplo el normalmente fácil reconocible Dave Bautista, “Batista”, se transforme inmediatamente en “Drax”, un extraterrestre hipermusculado con enorme vocabulario. Encontramos también muy cambiados a Vin Diesel en el papel del humanoide vegetal “Groot” a Bradley Cooper, que presta su voz al mapache “Rocket”.
En el aspecto negativo, los secundarios de lujo disponen de muy poco margen de actuación, debido a su poca aparición en la pantalla. También debo resaltar la ausencia de sorpresas reales en la trama que se revela bastante predecible: el mapache mutante y malhumorado que dispara una ametralladora gigante va a hacer las delicias del espectador, aunque solo sea por el contraste entre acción-comedia.
Diálogos sencillos con abundantes giros coloquiales (donde todos los “colegas” son unos “pringaos”, ¿“me sigues”? pues “del rollo”), ayudan a encontrarse con una serie de antihéroes de los que gustan en pantalla y repartiendo leña: unos maleducados e irascibles que nacieron de una relativamente desconocida serie de comics de los años 90.
Toques de comedia, banda sonora como parte importante del argumento y la historia sobre la amistad, terminan de redondear un producto disfrutable, de consumo familiar a pesar de la dosis de violencia (algo que ha aumentado su presencia sin aparentes reparos), hará que niños y no tan niños salgan de la sala gritando y jaleando los nombres de los personajes. Y, por supuesto, habrá segunda parte. Así que tengan paciencia.
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Beni Díaz (@bchdiaz)
@Columnazerocine
