Una reflexión sin conclusión.
Si cualquiera de nuestras madres fuesen al cine a ver Joven y Bonita, saldrían escandalizadas. Noventa y cuatro minutos de materia prima dirigida por François Ozon, contada a través de cuatro estaciones del año con un nexo común: la sexualidad incomprendida de la joven y bonita Isabelle (Marine Vatch), a sus 17 años.
Dicen que la adolescencia es el momento más difícil de nuestra vida. “La mía fue de verdad horrible, es un momento de muchos cambios en el que se desmitifica a los padres”, confiesa el director. Se trata de un momento en el que empezamos a hacer lo que realmente queremos, indiferentemente de lo que digan nuestros mayores. Si queremos beber, lo vamos a hacer; si queremos acostarnos con alguien, encontraremos el momento para hacerlo sin que nadie se entere. Es el momento de la locura, de empezar a conocerse a uno mismo y empezar a tomar las riendas de una vida que, por primera vez, se bautiza como nuestra.
Aquí es donde empiezan los problemas para Isabelle. Porque las cosas que uno quiere hacer no siempre están bien vistas por los demás; porque nuestros padres no son capaces de aceptar que nos hacemos mayores; porque somos capaces de subir al cielo y estrellarnos contra el suelo en cuestión de segundos. La doble vida que se conjuga entre lo que debes ser y lo que quieres hacer, en una edad en la que la confusión se convierte en protagonista.
Todo empieza en verano. Isabelle y su familia se han ido a la playa a pasar las vacaciones. El sol, la playa, el aburrimiento y la temperatura, hacen que Isabelle tenga su primera experiencia sexual con un chico alemán. Un polvo cualquiera en una playa cualquiera, que no le satisface pero que, a pesar del fracaso, marcará un antes y un después en su vida.
Cuando caen las hojas de los árboles, cae también la inocencia de Isabelle. Es aquí cuando empezaremos a conocerle como Lea. Será este el pseudónimo con el que nuestra pequeña Isabelle nos introducirá en su segunda vida paralela: el mundo de la prostitución. Y con este cambio llegan las dudas, la incomprensión del espectador ante una joven que empieza a vender su cuerpo sin tener ningún tipo de necesidad económica. Con Lea llegan todas las preguntas que el propio Ozon no busca responder, sino plantear en el espectador. ¿Por qué lo hace?
Isabelle nos concede el privilegio de espiarla; nos hace confidentes de todos los secretos que guarda bajo el nombre de Lea. Aunque nos adentremos en el invierno y cada vez llevemos más tiempo siendo testigos de todo lo que vive, el espectador desde el principio se convierte en un vouyerista que sólo podrá verla, pero en ningún momento llega a entenderla. La continencia es la característica que puede resumir a una Isabelle que nunca va a estallar, que nunca parece estar satisfecha; una continencia que refleja más un acto de rebeldía que una elección. Un “no saber” constante que provocará la misma insatisfacción en el espectador.
Será en este momento del frío de invierno cuando Isabelle tendrá que abandonar a Lea por presión de sus padres. Por más que lo intente, no consigue ser una chica como las demás. No encuentra la plenitud en chicos de su edad, ni parece tampoco que la encuentre con los clientes con los que se acuesta.
Y cuando llega la primavera, crecen las flores y con ellas una Isabelle que parece haber cambiado, que parece haberse aceptado. Será con esta estación con la que François Ozon finaliza su Jeune et Jolie, sembrando en nosotros la duda ante una Isabelle que no sabemos si ha dejado de ser Lea.
“Hago películas así porque considero que son suficientemente inteligentes para entenderse. No estoy aquí para dar respuestas, sino para plantear preguntas. Lo que me interesa es el misterio. Pretendo que cuando uno salga de la película siga pensando en ella” dice Ozon, director galardonado por Dans la maison y con una larga filmografía a sus espaldas. Consigue que el espectador se plantee cosas acerca de Isabelle y su vida, pero ¿es eso suficiente para que digamos que es una buena película?
[vsw id=»XVR41CryI40″ source=»youtube» width=»425″ height=»344″]
Blanca Ramos
@columnazerocine
Que buena película la verdad, me agradó mucho, pero el final no lo he comprendido, por favor me podrías ayudar con él. O donde puedo encontrar información acerca de la película.
Además es cierto que es un film basado en la vida real, de alguna persona si es así en que persona se basó
gracias. contestar lo antes posible
yo te explico el final. La esposa quiere conocer quién fue la última persona que lo vió antes de morir. Al ver a Isabelle fue imposible tener algún grado de celos o enojo. Cuando fueron a la pieza le pidió que se recostaran, la miró y la acarició…
Los encuentros de George con Isabelle le recordaban lo bella que era su mujer cuando la conoció a los 17 años. Esos «ojos melancólicos».
No se basó en ninguna persona en particular.
Olvidé algo importante, si Isabelle no hubiera tenido esas características ni esa edad, La esposa no hubiera tenido ese comportamiento tan «especial» (de seguro era escorpión con ascendente en acuario). Es fácil la esposa comprendió que George la amaba tanto que eligió una mujer muy parecida a ella y joven, añorando su bello pasado de juventud.
Creo que a lo que Damian se refiere es a si ella finalmente, como en muchas ocasiones nuestro apreciado director a dicho: La primavera es la ultima parte, el cierre del ciclo, en el que vemos a una isabelle que se acepta así misma, que comprende justamente lo que respondes, ya que ni su nueva vida de adolescente ni la vida que tenia como mujer ocasionalmente, le eran suficientes, no le llenaban ese vacio existencial que tenia pero con las pequeñas pinceladas que nos dan puedes tener diferentes teorías, ella podría haber comprendido al fin con ese ultimo gesto en su rostro de la escena final, que ha madurado, ha conocido lo que le daba curiosidad, pero que tambien puede amar, puede ser amada, que lo que en realidad encontró, sin buscar, fue ese sentimiento especial que tenia por un hombre como georges. Algo que puede entenderse al escucharla decirle a su hermano menor «y tu que sabes?» cuando el le comenta que son iguales, el tampoco puede enamorarse. Me gustaría tener un hilo de esperanza donde al unir esas pequeñas piezas, ella descubre que no necesita mas a lea porque con ahora su madurez, isabelle y lea están en ella al mismo tiempo pero en un sentido diferente. Ha experimentado, madurado, sufrido, amado, descubierto tantas cosas como lea pero sigue siendo isabelle, una adolescente que buscaba todo lo que obtuvo como lea y mas que nada, se completara ella misma a partir de esa primavera ahora que se volvo una isabelle equilibrada pues el final es donde culmina su transición al mundo adulto pues ha probado todo lo que debía a pesar de no ser la manera mas correcta. O bien podría no ser nada de lo que digo y simplemente se perdono asi misma de la culpa que sentía por perder a georges, el único cliente que pudo despertar sentimientos especiales en ella porque el le expresaba los que sentía por su esposa estando el en una parte de su vida donde el recuerdo es un tesoro. Creo que esta pelicula la comprende cada uno según cuanta atención le dimos a los mas mínimos detalles, y debo decir que la percibo con unos rasgos similares a belleza adormecida, donde igualmente la muerte de un cliente marca un fuerte cambio en la vida de las protagonistas, no solo en lo externo sino en lo interno que las definía.
Por favor díganme que opinan.
Como fanatico del cine aprendi queal ver una película la primera vez conoces lo que cuenta el director, la segunda como lo cuenta, en la tercera ya miras los detalles, eso me paso con Cinema Paraiso y la he visto mas de veinte veces, Joven y Bella voy por la segunda pero en max prime y no he podidi ver el principio, pero ayer comprendí lo que quiere contar Ozon, me atarpo la melancolia de Isabelle, y el final es maravilloso, no hay cuento de hadas, queda a nuestra imaginación.