CRÍTICA CINE: EL VIENTO SE LEVANTA

Una crítica de Miguel Ángel Postigo para ColumnaZero Cine.
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Una crítica de Miguel Ángel Postigo para ColumnaZero Cine.

Anuncia su retirada uno de los grandes genios del cine, Hayao Miyazaki (El viaje de Chihiro, 2001; Mi vecino Totoro, 1988). Y lo hace a lo grande con este film lleno de belleza y ternura. El maestro del cine de animación, con más de 40 años dedicado a este género, nos deja una de sus tramas más personales y humanas, eso sí, sin dejar a un lado su enorme imaginación y la carga de magia en su relato.

En esta ocasión Miyazaki nos traslada al Japón de principios de siglo XX. Jiro, que sueña con volar y diseñar hermosos aviones, se inspira en el famoso diseñador aeronáutico italiano Caproni, con el que compartirá su viaje a través de los sueños hasta convertirse en uno de los ingenieros más prestigiosos de su tiempo. Mientras recorre su camino compartirá su amor con Naoko. Film biográfico que recrea hechos históricos que marcaron la vida de Jiro.

Miyazaki vuelve a hacer referencias a la aviación, a los sueños, y sobre todo al amor. Con imágenes realmente hermosas y un diseño de animación único, carga la pantalla de recreaciones pictóricas que recuerdan a Sorolla o Monet, para provocar el sentimiento suficiente para que te entre por los poros tan sutil historia.

En el transcurrir de las dos pretensiones fundamentales del personaje principal, conseguir ser ingeniero y compartir su vida con la persona a la que ama, Miyazaki nos enseña varios momentos desoladores como el terremoto de Japón, la primera guerra mundial, o los estragos de la tuberculosis. Pero esto no hace más que valorar las dos ensoñaciones que muestra Jiro, creando un halo de esperanza y un canto a la vida y la forma en que la has de vivir.

En el caso de los sueños, nos muestra una diferencia muy pragmática entre el mundo onírico como tal, donde la imaginación vuela hasta donde tu mente te permita; y el sueño como requerimiento para alcanzar un objetivo vital. Pero no es anodino en su cometido, ya que en un presente donde se impulsa cada vez más el deseo de conseguir los sueños como idea primordial, Miyazaki nos sabe mostrar que no es sueño, sino pasión y amor por lo que te interesa, te gusta y te emociona, por lo que no hay que perseguirlo con el afán de autocomplacencia, sino trabajarlo y disfrutar de cada uno de los momentos que las pasiones nos ofrece.

Comparativamente a los sueños, te muestra el amor, y la forma de tratarlo. Sin duda Miyazaki es una apasionado del amor y de la humanidad, en el sólo reside belleza por lo que sólo sabe emitir belleza. Y si dejas que te lleve por los senderos de su imaginación, comenzaras a sentir y palpar lo aparentemente invisible, te llenará de emoción y ahondará entre todos los entresijos de tu parte más sensorial. Nos muestra una historia de tono realista y sereno con paisajes cotidianos con un trabajo espectacular de la luz y del cuidado minucioso del detalle, con un tratado pictórico propios del impresionismo totalmente remarcado en la figura de Naoko y su afición pictórica, para llevarnos a un melodrama hondo y hermoso donde resalta la idea de la resignación.

Si finalmente Hayao Miyazaki se retira, nos deja un sinfín de historias mágicas con reminiscencia a sus pasiones, el mundo de la aviación, los sueños, y el amor al ser humano. Y en el caso particular de El viento se levanta, posiblemente su película menos espectacular en su discurso mágico, pero más emotiva y seria. Un gran regalo de despedida del maestro de la animación.

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Miguel Ángel Postigo

@miguel_postigo

@Columnazerocine

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