
El cine gótico como impostura.
Puntual a su cita, Tim Burton nos trae una nueva producción al ritmo al que nos tiene acostumbrado, esto es, casi una película por cada par de temporadas. Esta vez su propuesta es más personal y muy alejada de la neutra y realista Big Eyes. En efecto, El Hogar de Miss Peregrine para niño peculiares vuelve a contar con un despliegue del imaginario fantástico que le es más afín a su talante creativo, un ejercicio de fantasía más próximo a Big Fish, con ciertos toques de tenebrismo, pero buscando una mirada más positiva desde la peculiaridad de los personajes que pueblan el mundo de Miss Peregrine (Eva Green), una suerte de institutriz que reúne en su nebuloso hogar a chicos con peculiaridades que no son aceptadas por la sociedad.
Basada en la novela homónima de Ramsom Riggs, publicada en 2011, realmente el libro es una fábula aterradora ilustrada con fotografías vintage con las que se cohesiona la narración escrita. El interés de Tim Burton por llevarla al cine fue inmediato; es indudable que la plasticidad de las ilustraciones de la novela evoca, cuando menos, un mundo paralelo y distinto, una siniestra vertiente infantil y freak donde el realizador norteamericano se siente muy a gusto, a la par que cierto tono psicoanalítico sobre la infancia perdida una vez que nos convertimos en adultos -tema recurrente en la filmografía de Tim Burton-, destacando ese mundo fantástico y desprejuiciado que se pierde traspasada la adolescencia. El personaje de Eva Green, Miss Peregrine, es el de una mujer adulta que ha decidido quedarse allí, en el universo fantástico y fabuloso, acogiendo en su casa a esos niños con poderes, para enseñarles a canalizar sus posibilidades y enseñarles la singularidad y el valor de sus rarezas. No hace falta decir que este argumento, y salvando las distancias, nos recuerda enormemente al principio fundacional de la saga X-Men.
En el reparto no sólo vamos a destacar la magnética y burtoniana presencia de Eva Green, también el excelente trabajo de Asa Butterfield y el más discreto pero importante papel de Samuel L. Jackson (Mr. Barron) como el villano de la función, que, por cierto, no aparece en la novela original. Tim Burton también incorpora brevemente al veterano actor Terence Stamp en un exiguo pero importante papel. Eva Green vuelve a encarnar a la prototípica heroína burtoniana, oscura, simpática, de armas tomar, tenebrosa y perfectamente adaptada con su atuendo negro a una estética colorista y plena de detalles por doquier; la dirección de arte de El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares incide en un look cuidado y colorista, pero sombrío y decadente a veces, sin desdeñar para nada todas las posibilidades que esta variante de cine neo-gótico puede ofrecer a la fértil imaginación del cineasta.
Si la carrera de Tim Burton está trastabillando o no es lo que menos importa en el visionado de El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares. El director de Sombras Tenebrosas sigue machacando su empatía por las atmósferas góticas y los sueños fantásticos. Hay pocas dudas, viendo su filmografía más reciente, de que su creatividad ha caído en una especie de bucle del que no parece querer salir. El realizador, que ya cuenta con 58 años de edad, no parece dispuesto a cambiar pese a los reveses de sus últimos títulos en la taquilla, pero consigue mantener el tipo gracias a un fiel base transgeneracional de fans que admiran en él su extraordinaria capacidad para transportarle a mundos vetados para otros realizadores, y es que sus fans tienen razón, Tim Burton sólo hay uno, rechacen imitaciones y repasen su filmografía, encontraremos una selección de títulos con tanta riqueza cinematográfica como imaginación y empeño en transportarnos a mundo que sólo existen en la mente de Burton.
[vsw id=»6WgCZWiCkOg» source=»youtube» width=»425″ height=»344″]
Alfredo Paniagua
@columnazero