Viajes en el tiempo.
Todavía resuenan ecos de la adaptación al cine del videojuego Warcraft (2016) cuando llega a nuestras pantallas un nuevo lanzamiento basado en Assasin´s Creed (2016), un éxito de ventas que se salda con una adaptación de lujo protagonizada por Michael Fassbender y Jeremy Irons. Esta adaptación y la de Warcraft se parecen como un huevo a una castaña. Mientras que en Warcraft los personajes principales se diluían en un mar de efectos digitales y de hordas de seres maquillados, creciendo éstos en más protagonismo que el plantel protagonista, Assasin´s Creed se sostiene en gran parte gracias a estos dos actores que asumen el peso de gran parte de la estructura narrativa de la película. En la dirección encontramos al australiano Justin Kurzel, realizador bastante desconocido que debutó con la agresiva y poco complaciente Snowtown (2011). No obstante, el aterrizaje de Kurzel en un marco más mainstream lo realizó con la atmosférica y poco comprendida Macbeth (2014), que contaba nuevamente con Michael Fassbender en el papel del príncipe escocés ideado por William Shakespeare.
Assasin´s Creed no se inspira directamente en ninguna de la entregas del videojuego, ni aún sigue la cronología ideada por sus creadores, su adaptación cinematográfica es algo más prosaica, desde el punto de vista cinematográfico. Si el videojuego nos ofrece saltos en el tiempo que aprovechan de un modo más efectivo el periodo medieval, el filme refuerza el origen de la historia de Callum Lynch (Michael Fassbender), dejándole mucho más tiempo en la época actual. No obstante, se respetan muchos aspectos inspiradores procedentes del videojuego, como el «salto de fe» o el dispositivo «Animus», que permite revivir vidas pasadas a través del ADN. También se ha querido aplicar una pátina de artesanía más que notable en la producción mediante el no-abuso de los efectos digitales y la intervención de especialistas en parkour durante las escenas de coreografía acrobática, incluyendo el salto al vacío más peligroso realizado hasta la fecha, desde una altura de 30 m.
En el contexto histórico, Assasin´s Creed utiliza la poco conocida relación entre la secta de los Templarios y la secta de los Assasins (ubicada geográficamente entre Siria e Irán). Aunque en la realidad ambos grupos mantuvieron relaciones tensas pero, de algún modo, fluidas, el videojuego se toma la licencia de crear entre ellos una enemistad casi atávica, fabricando el consabido «choque de civilizaciones»: aquí en Occidente el hipercontrol y el fanatismo cristiano, y allá en Oriente, la anarquía y el primitivismo. Ante lo maniqueo de la trama del videojuego, Justin Kurzel quiere introducir elementos que equilibren de manera más justa una balanza que, de otro modo, no daría pie a que el público desarrollara ni una gota de empatía con los villanos: Kurzel tiene claro que ambas sectas pueden ser brutales y entre ellas puede hablar héroes y villanos por igual.
El extraordinario trabajo del director y la implicación del equipo, especialmente de Michael Fassbender en las labores de producción y promoción de la película, hacen muy posible una secuela que previsiblemente será más cara que la actual producción -el presupuesto ronda las mareantes cifras de 150 a 200 millones de dólares-; mitología se puede encontrar de sobra en cualquiera de las entregas del videojuego, y obviamente, una producción de este tipo no se pone en marcha si hubiera una posibilidad alta de continuación -excepto por un imprevisible descalabro en taquilla-. La fecha del estreno es el 21 de diciembre, día en el que -en el videojuego-, un comandante Assasin salvó a la humanidad, pero también casi coincide con la del estreno de Rogue One (2016), una nueva entrega relacionada con el universo Star Wars, así que, en la práctica, ambos títulos se disputarán al público navideño adolescente, y no tanto…en la actualidad, el jugador de videojuegos tiene un perfil de edad muy difuso, y nos encontraremos con un gran sector de público maduro que puede ser fan de un videojuego como Assasin´s Creed y conocer al dedillo su saga y personajes.
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Alfredo Paniagua
@columnazerocine
