Ir marcha atrás no sólo tiene como beneficio el aumento de pérdida de calorías, sino otras como la reducción de la probabilidad de sufrir lesiones de rodilla y espalda o mejorar el equilibrio. El éxito es tal que a la práctica ya se le conoce como reverse Running.
La revista “Roceedings of the Royal Society B: Biological Sciences” ha publicado el resultado de la investigación de un estudio italiano sobre los beneficios de correr hacia atrás. Y las conclusiones son acordes a lo que muchos especialistas recomendaban como complemento del ejercicio aeróbico, siempre y cuando se realice de forma correcta: la marcha atrás reduce el riesgo de lesión, favorece la quema de calorías, mejora el equilibrio y pone en acción otros músculos.
La reducción de calorías poniendo en marcha esta práctica puede llegar a ser hasta el doble y como mínimo un 30% más que de la manera normal. Las lesiones causadas por el desgaste de rodillas pueden evitarse o reducirse si sustituimos buena parte de nuestro entrenamiento por este hábito, así como las de espalda. Además desarrollaremos cuádriceps y conseguiremos un tren inferior más fuerte, sin olvidar que mejorará nuestro equilibrio.
El Reverse Running o Retro running goza de gran éxito en el Reino Unido y sus seguidores crecen exponencialmente. Actualmente se empiezan a crear competiciones exclusivas a medida que se extiende la práctica. Incluso se habla de la posibilidad de incluir alguna prueba de competición en las Olimpíadas de 2020.
Equipo ColumnaZero