
La vuelta de vacaciones nos da de bruces con la realidad. La vuelta a la rutina no nos gusta y que levante la mano quién opine lo contrario. Ya hayas tenido las vacaciones de tu vida o te hayas quedado en casa, el descanso y el desconectar nos viene bien a todos. Ese cambio de “chip“ que necesitamos tras largas jornadas de trabajo o cursos académicos y que aporta el “cargarse las pilas“ y volver con energías renovadas. El despertador marca el comienzo del día y dependerá de muchas circunstancias que lo afrontemos de una manera u otra.
¿Qué pasa cuando las vacaciones se han terminado?
El ocio y el disfrute dan paso tanto a largas jornadas de trabajo, clases y demás responsabilidades como a que también impliquen un conjunto de procesos asociados a la transición del verano al otoño, que impactan en todos los seres vivos. Las horas de luz se reducen y al final ofrecemos algún tipo de resistencia a que la rutina se vuelva a implantar en nuestras vidas porque en cierto modo, nos quedamos anclados en lo bien que estamos de vacaciones y en lo que el verano nos aporta.
Se hace inevitable que la rutina llame a la puerta y que las costumbres, que hemos tenido durante las vacaciones, cambien. Poco a poco aquello que habíamos dejado atrás en el comienzo de nuestras vacaciones, vuelve para quedarse y hay personas que esa misma rutina se les hace más cuesta arriba que a otras y esos periodos de adaptación pueden acabar en inadaptación, pudiendo provocar desde insomnio hasta depresiones en los casos extremos.
Se ha llamado de muchas maneras, depresión, síndrome postvacacional y dicen sufrirlo el 45% de los españoles, teniendo como daños colaterales el bajo rendimiento en el trabajo, dolores de cabeza, problemas de atención, de memoria, etc. Sí que es verdad, que tras dos semanas, si no es nada grave, ese síntoma ha desaparecido y volvemos a acostumbrarnos a los horarios habituales y a los quehaceres del día a día.
Para evitar que la vuelta al trabajo no sea tan ardua, deberíamos tener en cuenta ciertas recomendaciones que nos pueden ayudar:
- Hacer una correcta transición de las vacaciones al trabajo y no pretender hacer todo el mismo día que te incorporas, sino priorizar tareas y tratar de marcar objetivos diarios/semanales/mensuales.
- Tener propósitos, como si de un año nuevo se tratase. Parece que septiembre siempre ha sido una buena época para renovar los votos con nuestros objetivos. Sí, esos que dejamos a un lado a los pocos días de empezar el año y con los que adquirimos un compromiso, que luego rompimos. Márcate pequeñas metas que te ayuden a estar un poco más cerca cada día de tu gran objetivo.
- Tener en cuenta que las vacaciones que hemos disfrutado no son el único periodo vacacional del que disponemos durante el año, sino que los fines de semana y los puentes largos nos sirven también para desconectar. Planifícalos con antelación, de manera que puedas disfrutarlos lo máximo posible.
- Practica la rutina sana, si es que en vacaciones te relajaste con ellas: una alimentación equilibrada y el deporte te facilitarán volver a tu rutina de una forma más saludable, mejorando tu calidad de vida.
- ¿Qué tiene de positivo tu trabajo? El trabajo nos aporta muchas satisfacciones y mantener una actitud positiva en el trabajo, nos ayuda a ver todas las situaciones que en él se puedan dar desde una perspectiva diferente y poder así crear más soluciones a los problemas a los que nos tengamos que enfrentar.
- ¿Qué de positivo tiene lo que tengo? Al igual que el trabajo, tu vida personal, social, etc. tiene muchos aspectos positivos que puedes tener en cuenta a la hora de tener un bajón por volver de esas vacaciones. Por un momento párate a pensar en todo lo bueno que tiene tu vida y sácale partido. Reúnete con familiares y amigos, ellos son una fuente de energía.
- Recuerdos SOS. En el artículo anterior: ¿Qué te llevas y qué te traes en tu maleta de vacaciones? te recomendamos que te guardaras en TU maleta todos aquellos recuerdos que te hayan hecho vibrar y que los utilices a la vuelta cada vez que te haga falta durante los momentos del año en los que el estrés o la rutina se apoderen de ti.
Ahora te invito a reflexionar, a que cojas papel y bolígrafo y que pongas música de fondo, te relajes y respondas a las siguientes preguntas:
- ¿Qué te aporta la rutina?
- ¿Qué te aporta TU trabajo?
- ¿Qué cosas tienes en tu vida que te aportan cada día?
- ¿Qué han tenido de bueno las vacaciones que puedas incorporar a TU rutina?
Al final la vida no es la vuelta de vacaciones, no es el trabajo, es lo que TÚ quieras hacer con ella y tienes miles de opciones para vivirla de la manera que TÚ elijas. Esa elección te llevará por los caminos que quieras recorrer y lo más importante es que sepamos y queramos tomar las riendas de nuestra vida para recorrer ese camino con más seguridad, ya que cuando salgan imprevistos que haya que resolver, también tendremos otra disposición para enfrentarnos a ellos.
Lourdes Pozo
Coach ejecutiva y personal en Feel Unique Coaching
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