CIENCIA: LA TÉCNICA EPR, LA SUSPENSIÓN DE LA VIDA

Un artículo de Antonio Manuel Murcia López para ColumnaZero.
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Dos profesores y cirujanos estadounidenses, Peter Rhee, profesor de la Universidad de Arizona, y Samuel Tisherman, profesor de la Universidad de Maryland, han demostrado que es posible mantener durante horas cuerpos en un estado de ‘animación suspendida’. Se prevé luz verde en breve a un proyecto piloto con humanos.

De momento solo ha sido experimentado con animales, pero los cirujanos del Hospital Presbiteriano de Pittsburgh, aseguran que se puede empezar a probar con seres humanos, suponiendo una gran solución para pacientes que hayan perdido el 50% de sangre por una herida abierta y cuya supervivencia no supera el 8%, tras la publicación de sus estudios a nivel internacional.

El método utilizado con eficacia de un 90% (hasta ahora solo con animales) consiste en drenar toda la sangre del cuerpo, reemplazarla por una solución salina y congelarlo (20°C menos de la temperatura normal corporal) una vez que el corazón del sujeto haya dejado de latir, y así poder tratar la lesión del corazón. Una vez finalizada la intervención, se vuelve a bombear la sangre por la venas y el cuerpo se va calentando poco a poco.

“Es importante que la gente sepa que no se trata de ciencia ficción, que debemos experimentar científicamente y con disciplina antes de poder usarlo como un método para evitar que la gente muera” explica el profesor Tisherman.

Por el estado de congelación, el metabolismo del cuerpo está detenido, logrando los beneficios de la refrigeración o hipotermia inducida. Las células detienen sus actividades, no necesitando apenas oxígeno y relanterizando sus reacciones químicas, ganando por ende tiempo en la intervención.

“En cuanto se empieza a bombear la sangre el cuerpo se pone rosado”, asegura Rhee. “Es raro, a los 30°C el corazón late una vez, de la nada, y luego continúa haciéndolo y recupera el pulso a medida que se calienta”. Aseguran que, asombrosamente, los animales con los que han experimentado han mostrado muy pocos efectos secundarios al despertar. “Están un poco confundidos, pero después de un día vuelven a la normalidad”.

Se trata de un avance a los experimentos realizados en 2002 en la Universidad del Hospital de Michigan en Ann Arbor, en la que se intervino a cerdos tras provocarles heridas hemorrágicas y se les sustituyó la sangre por una solución salina. Sin embargo, a pesar de ganar minutos y lograr que el corazón de los cerdos latieran de nuevo, muchos lo hacían con ayuda eléctrica.

Antonio Manuel Murcia López

@columnazero

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