
El cantautor gallego enamora todos los oídos que visita. Desde Ferrol, a Madrid, y como se suele decir, de Madrid al cielo.
Nació en el mar, y para vivir en él se lo llevó al centro de la tierra. Con los dedos constantemente enredados en las cuerdas de una guitarra, compuso sus primeras canciones en su ciudad natal, Ferrol. Allí, en 1983 conoció a sus abuelos, Mundo y Soledad, quienes bien podrían ser una paradoja, pero fueron nexo entre su nieto y la música. A ellos Andrés les dedicó una canción, Rosa y Manuel, que retrata la enfermedad que ambos sufrieron, alzheimer.
La primera vez que abandonó Ferrol fue a los 18 años para estudiar Magisterio Musical en la Universidad de Santiago de Compostela. Sus letras comenzaron a recorrer las salas gallegas, hasta que en 2002 publica su primer disco, De ida. Al terminar sus estudios hizo las maletas con destino Madrid. Su voz y sus acordes empezaron a resonar en los rincones madrileños, incluso haciendo sus pinitos en el metro. El Café Libertad 8 fue el mejor mostrador de su música gracias a los micros abiertos, llevándole hasta su segundo álbum, Maneras de romper una ola, que fue coproducido en 2007 por el famoso cantautor Tontxu, quien también había encontrado sus mejores apoyos en el reconocido local del barrio de Chueca.
El nombre de Andrés Suárez comenzó a ganar brillo. Canciones como Números Cardinales, Quiero ver, o No te quiero tanto fueron la carta de presentación del gallego, carta de amor. Tejiendo frases con romanticismo, sin olvidar los motivos marinos (Marinero), sus letras se convirtieron en la banda sonora de los desencontrados, por lo que su disco alcanzó las 4000 ventas.
El desencanto fue la principal regla en su siguiente publicación. Cuanto más dura es la pena más cargado viene el ron dice en su tema Más de un 36, incluido en el EP Piedras y Charcos, de 2010. Y es que sus canciones tiene un componente doloroso, hacen daño, contando historias de amor finalizadas que sus letras hacen eternas, como se refleja en Sálvate tú.
Ya consolidado, en abril de 2013 lanzó su último trabajo, Moraima, el impulso definitivo a su carrera. Fue grabado en directo, ante un público afortunado que además de escuchar de nuevo las mejores composiciones del gallego también disfrutaron de tres nuevas canciones: Así fue, 6 caricias y Necesitaba un Vals para olvidarte. Este disco fue el bautismo de Andrés Suárez, su sueño, esa isla en la que él siempre había soñado y que ha logrado sacar a flote; el final del comienzo, y el prólogo de un cuento por terminar. Sus canciones son como un suspiro que nunca será voz, historias que quedaron por hacer.
Los conciertos se fueron sucediendo por toda España, siempre bajo el cartel de “no hay entradas”. Acompañado por su banda, en la que destaca su inseparable Marino Sáiz (violín) y el productor de Moraima y amigo suyo, Alfonso Pérez (pianista). Tal es la confianza de Andrés en su productor que en su tema Benijo (una historia contada desde una playa de Tenerife) el gallego aceptó componer una canción con un acompañamiento musical sencillo por consejo de Pérez, cuando prefería confeccionarla para toda la banda.
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Tras pasar por la Joy y La Riviera, Andrés Suárez despide Moraima con un concierto el 10 de enero de 2015 en el Palacio de Vistalegre de Madrid, en el cual se prevé otro lleno, la venta de entradas lo confirma. A sus 31 años y con una cantidad envidiable de incondicionales, ha alcanzado la cima, pero con Andrés Suárez Madrid tiene asegurado el mar. Andrés destaca por su cercanía al público, su simpatía, su buen humor, y por ello, nos despedimos con la frase que abre sus conciertos en Libertad 8: es un placer cantar en el salón de casa, con la familia de viajes y escenarios.
Óscar Reyes