Pavel, artista urbano ruso que empezaba a ser comparado con Banksy, ha fallecido en circunstancias aún desconocidas a los 28 años de edad. Contrario siempre al régimen de Vladimir Putin, dominaba múltiples técnicas que ayudaron a hacerlo mundialmente reconocido.
El artista urbano Pasha 183 o P183, conocido como el “Banksy ruso” gracias a algunos medios británicos como The Guardian, ha fallecido a la edad de 28 años según publica lenta.ru. Las causas aún son un misterio, como la mayoría de información acerca de él, al igual que la de Banksy. Aparte de la edad, sólo se conocen su nombre, Pavel; sus obras, la mayoría realizadas en las calles de Moscú; y que su forma favorita de taparse el rostro es un pasamontañas.
“Agresivo, desafiante, sorprendente e invariablemente ingenioso”, así definía la BBC a este artista urbano con una técnica de graffiti depurada y que también apostaba por la cartelería, por incluir otros elementos del paisaje en sus obras, así como por aprovechar el mobiliario urbano para crear a partir de él y jugar con una técnica artística en plena expansión, la luz y sus reflejos, y los hologramas y proyecciones. Todo ello para crear obras sorprendentes, algunas con matices muy reivindicativos propios de la sociedad contemporánea global aunque sus obras se refieran casi exclusivamente al panorama nacional ruso.
“Lo que hago es más importante que lo que soy. La gente debe conocer mi trabajo, no mi cara”, comentaba hace exactamente un año en el diario alemán Der Spiegel, que afirmaba que la mayor diferencia que mantenía Pavel con Banksy era que el ruso solo hablaba de su arte, de su trabajo. Respecto a por qué pinta, P183 respondió a Russia Today: “No quería que mis pensamientos se quedaran en una hoja de papel, quería que fueran escuchados. Con mi trabajo quiero comunicarle a la gente ciertas ideas”.
En lo que sí se parecía al artista británico era que rechazaba lo que para él era propaganda política, así se limitó a colgar el teléfono cuando la televisión estatal rusa, mera propaganda del Kremlin para él, le contactó para realizar un reportaje. Porque Pasha 183 tenía una postura política e ideológica contraria a Vladimir Putin, presidente ruso desde 2012 que también lo fue anteriormente entre el 2000 y el 2008. Así lo demostraba en unas declaraciones a la BBC: “Mi obra a veces trata de política, pero para mí es más importante la sociedad. A mí no me gustan muchas cosas de la política de Rusia y de Putin”, sentenciaba. Por eso siempre sostuvo que tanto el gobierno de Moscú como sus ciudadanos estaban “categóricamente en contra del arte urbano, al que siempre se encargan de tapar, más rápido aún si contiene un mensaje político o social”.
A pesar de todo, él siguió siempre centrado en su obra, porque “expresar tu opinión es una forma de defensa civil. Mi misión era animar al movimiento de la oposición y hacer saber a la gente que no están solos en esto”. Sus obras aparecían y desaparecían fugazmente de cualquier calle, esquina, rincón; pero las fotos y el mensaje quedarán para siempre.
Pablo Cañeque (@paul_wine)