La mayoría de hogares cuentan con una conexión wi-fi que nos permite navegar por Internet sin necesidad de cables. Sin embargo, solo podemos utilizar la red en determinados puntos de la casa debido a la cobertura limitada que tienen los router que nos manda la compañía telefónica. En ColumnaZero te explicamos cómo solucionar este problema.
Muchas veces queremos acceder a Internet desde alguna zona de nuestra casa y nos damos cuenta que la señal emitida por nuestro router no llega. La necesidad de mirar una receta en algún blog mientras vamos elaborándola en la cocina, o poner un vídeo en Youtube para enseñárselo a algún amigo mientras charlamos en el salón y ver que la calidad de señal es nula o insuficiente, podrían ser algunos ejemplos.
Esto tiene solución, por supuesto, pero supone una ligera inversión que puede dejar mucho que desear y no ser la solución a nuestro problema de conectividad. Repetidores de señal, amplificadores de alcance… todo un arsenal de artilugios para mejorar la cobertura de nuestro Internet inalámbrico que no siempre cumplen con nuestras expectativas. Así que hoy vamos a explicarte una alternativa a coste cero para solucionar esta problemática, utilizando para ello algún router que tengamos guardado en esos cajones repletos de trastos olvidados que conservamos en casa.
El material necesario para este remedio casero es el router viejo, el que tenemos activo, y un cable Ethernet. Una vez decidida la posición estratégica donde queremos tener conexión a Internet, lo primero que tenemos que hacer es conectar nuestro router antiguo a la corriente y esperar a que se encienda del todo, un proceso que puede tardar alrededor de 2 minutos.
Acto seguido, debemos conectarlo mediante el cable Ethernet a un ordenador que será desde donde configuremos nuestro nuevo punto de acceso wi-fi. Para ello vamos a teclear en nuestro navegador la dirección IP del router, 192.168.1.1, o bien, 192.168.1.2, donde fijaremos un nombre de usuario y una nueva contraseña, que deberá ser diferente al que trae por defecto, y activar al menos la seguridad WPA.
Una vez hecho esto ya hemos creado una nueva red inalámbrica, aunque aun no dispondremos de acceso a Internet. Para comprobar que vamos bien, desconectaremos el cable Ethernet, y accediendo a la página del router, confirmamos que nos podemos conectar de manera correcta a la recién creada red.
Finalmente dejamos el equipo conectado a la web del router, buscamos su página de configuración y deshabilitamos el servidor de DHCP, dejando las demás opciones como están y guardando la configuración para, posteriormente, reiniciar el aparato. Una vez reiniciado podremos enchufar el Ethernet desde el router principal al secundario y comenzar a navegar desde nuestro nuevo punto de acceso.
Sergio del Pino
