30 DÍAS DE CÁRCEL POR DECIRLE FUCK YOU! AL JUEZ

Las imágenes del juicio recorren la red de forma viral
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Las imágenes del juicio recorren la red de forma viral

Una adolescente maleducada y un magistrado con poco sentido del humor son los ingredientes de lo que ya se ha convertido en un fenómeno viral en Internet.

Nunca vaciles a un juez. Esa puede ser la moraleja de esta rocambolesca historia desarrollada a principios de este mes de febrero en Florida, Estados Unidos. La neoyorquina Penélope Soto, de 18 años, se presentaba ante la justicia acusada por posesión de drogas, concretamente de 26 ansiolíticos de la marca Xanax. Su relación con el juez Jorge Rodríguez-Chomat, hispano al igual que la joven, empezó con mal pie desde el principio. La risa poco contenida de la chica cuando el magistrado leía los cargos pasó desapercibida, pero la cosa se fue complicando.

El fiscal comenzó a hacerle unas preguntas rutinarias sobre su estado económico, necesarias para fijar la cantidad de la fianza. Soto comentó que su salario era de unos 200 dólares semanales y que entre sus posesiones estaban un coche y joyas. Fue entonces cuando el juez entró en escena. Amor a primera vista.

- “¿Cuánto dirías que valen tus joyas”

La chica se rió, lo que molestó al juez. Sería el primer bache en su fugaz, pero intensa relación.

- “Esto no es un chiste, ¿sabes? No estás en una discoteca. Tómatelo en serio”.

- “Me lo tomo en serio, es que me has hecho reír. Lo siento”.

En este momento el juez Rodríguez-Chomat sonrió irónicamente, un gesto que no abandonaría en lo que restaba de juicio.

- “Está bien. ¿Cuánto valen tus joyas?”

- “Mucho dinero”

- “¿Cuánto?”

- “Como… Rick Ross”.

El juez, atónito, observaba cómo la chica comparaba el valor de sus joyas con las del rapero de Miami, quien acostumbra a lucir cadenas al más puro estilo de Mr. T, más conocido como M.A. Barracus en la serie “El equipo A”. Fue entonces cuando quedó claro que Rodríguez-Chomat y la acusada hablan idiomas diferentes.

- “¿Has tomado drogas en las últimas 24 horas”, pregunta el juez.

- “De hecho, no”, responde Soto, quien seguía riéndose y atusándose el pelo.

- “No voy a descontar dinero de tu multa si tienes tantas joyas. Podrías venderlas”, sentencia el magistrado.

Pero éste fue solo el primer paso de su tormentosa relación. El juez decidió mantenerle la fianza de 5000 dólares, y se despidió de la chica con un irónico “bye bye”. La acusada, ni corta ni perezosa, respondió con un “adiós” en perfecto castellano, lo que irritó aún más a un magistrado que volvió a sonreír. Parecía que en ese instante Rodríguez-Chomat ya se había puesto como objetivo darle una lección a la joven.

- “Vuelva, señorita, vuelva. La fianza ahora será de 10.000 dólares”.

La acusada no se lo podía creer. Su insolencia le había costado que la fianza se doblara.

- “¿Habla en serio?”, pregunta boquiabierta.

- “Hablo en serio. Adiós”, responde el juez.

El murmullo en la sala se hacía cada vez mayor a medida que la escena iba in crescendo. Esta tortuosa relación estaba llegando a su fin. Pero todavía faltaba el colofón final. “De perdidos al río”, debió pensar la acusada, quien se despide del juez haciendo una peineta y diciendo “que te jodan”.

- “¡Vuelva, vuelva otra vez! ¿Has dicho que me jodan?

- “Sí señor”.

- “¿En serio has dicho eso? Pues te condeno a 30 días en prisión”.

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Miguel Veríssimo

@mverissímo90

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