El draft de la NBA genera, como cada año, una gran expectación. Ningún equipo quiere desperdiciar sus elecciones en la ceremonia que puede cambiar los designios de una franquicia.
El draft de la NBA es una ceremonia de gran importancia en el devenir de las franquicias de la liga. Una buena elección puede hacer que un equipo pase de ocupar las últimas posiciones de la tabla de clasificaciones a convertirse en aspirante al título en el medio plazo. Los directivos de las franquicias lo saben y, por ello, se vuelcan durante toda la temporada en la búsqueda de jugadores con el mayor potencial posible. En los meses de mayo y junio la batida de caza en busca de las mejores piezas del mercado alcanza un ritmo frenético. Los ojeadores y los entrenadores trabajan codo con codo para buscar al jugador que mejor cubra sus necesidades. Hay plantillas que buscan jugadores altos de gran envergadura, otras necesitan anotadores, otras buscan jugadores jóvenes que puedan convertirse en estrellas en cuatro o cinco años… A medida que se acerca el día señalado (el draft suele celebrarse a finales del mes de junio) los analistas deportivos comienzan a hacer sus previsiones del draft, también denominados “mock drafts”.
Este año todo apunta a que Anthony Davis, la estrella de la Universidad de Kentucky, será elegido por New Orleans Hornets en la primera posición del draft. También hay otros nombres que suenan como elecciones de primera ronda: Thomas Robinson, Bradley Beal, Harrison Barnes o Michael Kidd-Gilchrist. Al menos, estos jugadores son los que han adquirido más fama durante los últimos meses. Sin embargo, el draft es una lotería y nunca se puede prever el impacto que la elección de un equipo tendrá en la Liga. Son muchos los jugadores que venían avalados por buenas críticas y acabaron fracasando. Otros no ofrecieron el rendimiento esperado. Pero también hubo sorpresas; jugadores que fueron elegidos en posiciones menos preciadas y acabaron transformándose en estrellas de la liga.
En Columnazero nos interesa lo curioso, el otro lado de la historia. Por ello, os hemos preparado un serial de las grandes pifias del Draft. Y para ello empezamos con uno reciente que involucra a jugadores conocidos por todos, tanto por amantes del baloncesto como por el ciudadano de a pie. Uno de los ejemplos más sangrantes de cómo desperdiciar una posición de lujo en el sorteo: el Draft de 2003.
Ese año LeBron James tenía asegurado el nº1. Por lo tanto, la duda residía en la elección de los Detroit Pistons, el equipo que poseía el derecho de la segunda posición. Y decidieron apostar por un joven jugador serbio, Darko Milicic, dejando a un lado a Carmelo Anthony (nº3), Chris Bosh (nº4) y Dwayne Wade (nº5). El error es más que aberrante. Milicic nunca ha llegado a jugar a un nivel ni tan siquiera aceptable mientras que Carmelo Anthony se ha convertido en una estrella mediática que acumula reconocimientos individuales, y Bosh y Wade han conseguido junto a LeBron el anillo de campeón este año. Los mandatarios de Detroit aún están tirándose de los pelos por tan desafortunada elección.
Borja Iglesias Tabeayo
Y lo de Fran Vázquez también es de mirar…
Publicado por Antonio | 29 de junio de 2012, 19:06Sin duda, Orlando aún sigue tirándose de los pelos. Pero Fran no resultó una mala jugada, simplemente ni ha resultado porque fue drafteado en 2005 y aún no ha decidido (ni creo que lo decida jamás) dar el paso.
Publicado por Borja Iglesias | 30 de junio de 2012, 20:21