Empezó siendo un distribuidor minorista de granos de café y productos para cafeteras.
La empresa Starbucks tal cuál la conocemos hoy se aleja mucho de como fue en sus inicios. En sus instalaciones no se vendía café espresso recién hecho ni podías elegir sabrosos pasteles, y menos aún sentarte en sus sillones mientras degustabas sus productos. Todo ello se debe a una razón, y es que cuando en 1971 Jerry Baldwin, Zev Siegel y el escritor Gordon Bowker invirtieron cada uno 1350 dólares para abrir el primer Starbucks Coffee en Seattle jamás pensaron en la idea de negocio que ahora tiene la empresa.
Su intención fue la de crear un distribuidor minorista para vender granos de café a granel y productos para cafeteras. En 1982, cuando un nuevo empresario, Howard Shultz, se incorporó a la empresa, y les propuso tras un viaje a Milán, ampliar el negocio con la venta de café recién hecho, también rechazaron la opción, pues creían que la actividad distraería el objetivo inicial de la compañía. Fue por ello, que Howard Shucltz abrió su propia cadena de cafeterías para más tarde comprar la cadena Starbucks y convertirla en la que es ahora, la multinacional de café más grande del mundo con más de 17.800 locales.
Equipo ColumnaZero
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